jueves, 16 de diciembre de 2010

Hotel Palace



El Hotel Palace de Madrid se edificó en la Quinta del Prior, solar del antiguo Palacio del duque de Lerma, un palacio tan solemne, como elegante y majestuoso, de los mejores de Madrid. Eran tan numerosas las dependencias de la casa, que todos los oficios se hallaban reunidos en su recinto y donde se fueron estableciendo a su alrededor todo tipo de comercios y profesionales que satisfacían sus necesidades sin necesidad de tener que salir de sus muros para abastecerse. El palacio pasó más tarde a sus descendientes, los duques de Medinaceli y mientras estuvo en pie, este enorme palacio rivalizó con las suntuosas fiestas del Palacio del Buen Retiro, alojándose en sus estancias muchos válidos de Austrias y Borbones. Incluso el monarca Felipe V, a la muerte de su primera esposa, María Luisa Gabriela de Saboya, se trasladó a vivir al palacio del duque de Medinaceli, residencia en aquél entonces de la princesa de los Ursinos.

En 1910, por deseo de Alfonso XIII para que Madrid tuviera un hotel de lujo, se construye el Hotel Ritz, un hotel que intenta comprar el dueño de la cadena de hoteles Palace, George Marquet, pero los propietarios se negaron a venderlo, con lo cual, Marquet tiró por la calle de en medio y decidió construirse el suyo propio. Después de comprar el solar del desaparecido Palacio del duque de Medinaceli, y con proyecto del arquitecto Eduard Ferrés Puig, que viajó por todo Europa para conocer los mejores hoteles del continente, comienzan las obras bajo la dirección del arquitecto Manuel Álvarez Naya y se levanta en tan solo 18 meses la gran mole del que será el mejor y más confortable de los hoteles de la ciudad. Era el día del Pilar, 12 de Octubre de 1912 cuando se inaugura el hotel más grande de Europa.










El Hotel Palace ha sido testigo de la historia de la Villa y Corte, y más que testigo, diría yo que ha formado parte de ella, es más, la historia se hospedó aquí. Testigo de sucesos históricos y centro de reuniones, fiestas y otros grandes acontecimientos sociales de transcendencia del país, el Palace ha sido y seguirá siendo parte activa de la vida de Madrid.






Desde su inauguración, el Palace ha sido escenario del paso de los años y de las gentes que los vivieron. Frecuentado por aristócratas, reyes, artistas, deportistas, intelectuales y políticos, en sus libros de registro quedan nombres como Federico García Lorca, Salvador Dalí, Pablo Picasso, Hemingway, los toreros Manolete y Belmonte, actores como Buster Keaton, Mary Pickford, Josephine Baker, cantantes, escritores, directores y reales, Carlos Gardel, Ramón María de Valle Inclán, Miguel de Unamuno, John Steinbeck, Carol de Rumanía, Humberto de Italia, Mario Moreno, el duque de Windsor, Glenn Ford, Sophía Loren, Alberto de Mónaco, Los Rolling Stones, Gary Kasparov, David Bowie, Michael Jackson, Vicente Blasco Ibáñez, Nikinsky, La Pavlova o Luis Buñuel. Grandes bellezas como Ava Gardner, María Félix, Dolores del Río y Rita Hayworth con su marido Orson Welles.


vista del hotel desde la plaza Cánovas del Castillo




Los salones del Palace nunca podrán olvidar a Sarah Bernhard apoyada en las columnas de su rotonda, ni a la bailarina y espía Mata Hari, cuyo nombre no se encuentra en los registros por haber utilizado un seudónimo que nadie nunca llegó a saber y con ella fue su secreto, o tal vez, por eso de que en aquella época las acompañantes femeninas se registrasen como "señora de...", quizás algún agente alemán que le acompañase en el último viaje antes de que fuera fusilada por un pelotón al que hubo que vendar los ojos para no sucumbir a sus encantos.



recepción del Palace








vista de la preciosa "Rotonda".








En la Guerra Civil, el Palace fue requisado por el gobierno republicano para convertirlo en hospital. Su famosa rotonda donde se hicieron tantos bailes se transformó en quirófano, donde su enorme cúpula de cristal servía para seguir operando con luz natural en los frecuentes cortes de electricidad.



Cúpula de cristal de la "Rotonda".




Por su cercanía con las Cortes, muchos políticos llenaron sus salones, pero nunca tomó tanta importancia política como el 23 de febrero de 1981, en el intento de golpe de Estado por parte de algunos mandos militares y cuyo episodio más conocido fue el asalto al Congreso de los Diputados por un numeroso grupo de guardias civiles al mando del teniente coronel Antonio Tejero cuando se estaba celebrando la votación a presidente del gobierno del candidato Leopoldo Calvo-Sotelo. El Palace se convertía en el centro de operaciones de los medios de comunicación, los subsecretarios del Gobierno y la cúpula militar desde donde tuvieron lugar muchas de las gestiones cruciales aquella noche.

Otra noche crucial fue la del 28 de octubre de 1982, cuando el Partido Socialista ganaba las elecciones generales y donde una famosa fotografía ha pasado a formar parte de la historia. Fotografía en la que Felipe González y Alfonso Guerra saludaban desde una ventana del Palace.

Aquí también se sentaron por primera vez árabes y judíos para negociar en la Conferencia de Paz de 1991 en Madrid.






El Hotel Palace, que pertenece desde el 1 de marzo del año 2000 a la Westin Hotels and Resorts y conocido desde entonces como The Westin Palace Madrid, seguirá siendo punto de encuentro y protagonista de los acontecimientos relevantes relacionados con la historia de este país, y testigo de excepción de las visitas de artistas, personalidades y otras personas interesadas en observar la vida de Madrid desde los salones y habitaciones de un hotel que se convirtió y que fue deseo de su creador, en el hotel más cosmopolitan de toda la ciudad.


fachada de la entrada al hotel




marquesina de la entrada principal



detalle del interior del hotel












El Hotel Palace cumplirá 100 años en el 2012, para entonces seguro que tendremos un nuevo artículo que complemente a este de hoy. Mientras tanto disfrutad de esta visita virtual.


3 comentarios:

antonioiraizoz dijo...

Hola Bélok, un par de reproches a la cadena Westin que reformó completamente el hotel hace bastantes años. Cambió de sitio la preciosa lámpara art nouveau en forma de palmera que originalmente estaba bajo la cúpula para ponerla en la recepción (entonces se dijo que se la quisieron llevar pero no pudieron al estar protegido todo el conjunto). La última foto muestra perfectamente la de dudoso gusto hollywoodense que la sustituyó. Finalmente la recepción, pintada con horror vacui y con esos apliques de forja tiene poco o nada que ver con el estilo del hotel.
Saludos y gracias por tus magníficos reportajes.
Antonio

Esetena dijo...

Hola Bélok. Magnífico reportaje, como siempre!! Impagable la foto que adjuntas del hotel construyéndose. Es preciosa!! La cúpula de cristal es una maravilla.

Un abrazo, Jesús

Mercedes dijo...

Es un hotel precioso, por fuera y por dentro, gracias por esta visita virtual, Bélok.
besos

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