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sábado, 26 de abril de 2014

En busca de Cervantes



Cervantes fue enterrado el 23 de Abril de 1616 en el convento de San Ildefonso de las Trinitarias descalzas a los 69 años. En 1639 se decide reformar y construir de nuevo la iglesia y el claustro, motivo por el que a partir de este momento, no sabremos el sitio exacto donde se encuentra enterrado Cervantes, por haberse perdido la capilla y la lápida o cualquier resto que nos pudiera indicar su paradero. Pero el actual edificio que conocemos data de 1673 y es obra del arquitecto Marcos López, proyecto que siguió en 1693 José de Arroyo durante los últimos cinco años de su construcción hasta 1698. Todo esto hace que casi imposible saber donde se encuentra el escritor.
Tal vez el vínculo que unió a Cervantes con las Trinitarias fuese que en él profesó Isabel, hija de Cervantes. Cuando el escritor fue apresado en Argel por los piratas turcos que abordaron el barco en el que regresaba a España tras participar en la guerra contra el imperio otomano, su liberación fue costeada por la orden Trinitaria, motivo por el que Cervantes estuvo desde entonces como recadero de las Trinitarias en agradecimiento por su liberación hasta el día en que murió, que por expreso deseo del mismo, fue enterrado junto a su esposa Catalina de Salazar.

Yo escribía en el blog el día 7 de septiembre del 2010 en el artículo sobre el Convento de las Trinitarias:

"Como acabamos de comentar, en el convento está enterrado Miguel de Cervantes, pero sin saber el sitio exacto de sus restos. Fue enterrado humildemente y como tantas y tantas tumbas en las iglesias de Madrid, la de nuestro escritor desapareció para siempre también. Sabemos que fue enterrado en el convento, pero la verdad es que no tenemos ni idea si fue en la iglesia, en el claustro o en el interior del convento, de todas formas al reformarse y construirse la iglesia de nuevo, la antigua capilla que contenía el convento, fue derruida, y a saber ahora donde se encontrarán sus huesos... pero por tratarse de quien se trata, creo que ya se debería haber investigado para encontrar al escritor, el ayuntamiento junto a las Trinitarias o de quien dependa, ya tenían que haber intentado encontrar el lugar exacto. Don Miguel de Cervantes, merecería tener un sepulcro en condiciones, aunque el destino ha querido que se encuentre en algún lugar desconocido para el resto de los mortales. No obstante, una placa en la fachada del convento, recuerda que allí fue enterrado."


Ahora las cosas han cambiado y el próximo lunes se iniciará la búsqueda de los restos del autor español más universal de la historia según leemos en la prensa. Todo está preparado para que un prestigioso equipo formado por el georradarista Luis Avial, el antropólogo forense Francisco Etxeberría y el historiador Fernando de Prado, comiencen los trabajos para encontrar los restos en tres fases. En una primera fase de detección, se buscara en el subsuelo con el georradar y en los muros con sensores de infrarrojos. La segunda fase consistirá en excavación de los sitios que el georradar haya detectado como posibles sitios en los que pudiera encontrarse los restos (no será tan fácil porque se supone que existen otros quince cuerpos enterrados en el convento) y una tercera que serán de análisis forenses. Esta última fase no sería muy difícil si tenemos en cuenta que Miguel de Cervantes recibió tres impactos de arcabuz durante la Batalla de Lepanto en 1571, dos en el pecho y uno en la mano izquierda (hecho por el cual le quedó la mano inútil y de ahí que le llamaran el "Manco de Lepanto"), junto a que según él mismo escribió, "era un hombre cargado de espaldas posiblemente provocado por una artrosis, con una naríz curvada y que le quedaban seis dientes en la boca". Esto facilitaría su identificación por las secuelas físicas del esqueleto y sobre todo por la mano que se le quedó atrofiada y que no se la amputaron como muchos piensan. Al no tener funcionalidad en la mano, deja secuelas en los huesos.

En caso de encontrarse el sitio donde reposan sus restos, no será posible el estudio por ADN por que la única descendencia directa actual es la de su hermano Rodrigo, pero después de 400 años de ADN, lo que pudiera tener en común con Cervantes sería mínimo y con muy poca fiabilidad. No se pretenden sacar los restos ni cambiarlos de lugar, pero sí darles el prestigio que se merecen bajo una placa que lo acredite.

Por lo que he podido leer, la búsqueda en principio se limita a los suelos, paredes de la iglesia y a una cripta que permanece sellada y en la que no entra nadie desde 1955. Pienso que no será tan fácil si no amplían la búsqueda a otras partes del convento, ya que las numerosas obras y remodelaciones que se hicieron después de su muerte puede seguramente haber cambiado la iglesia del emplazamiento original de la construcción primitiva.

domingo, 3 de junio de 2012

Ermita de la Virgen del Puerto



La Ermita de la Virgen del Puerto está situada en lo que fue el soto del Parque del Palacio, más tarde llamado Paseo Nuevo de la Corte, hoy día Paseo de la Virgen del Puerto. Fue fundada el 8 de marzo de 1725 por parte de don Francisco Antonio de Salcedo, Marqués de Vadillo, Corregidor de Madrid y Consejero de Indias. Cuando el Marqués de Vadillo presidió el Ayuntamiento de Madrid, arregló la zona de los Campos de la Tela y del Moro, mandando allí edificar una ermita dedicada a la patrona de su localidad de origen, Plasencia, municipio de la provincia de Cáceres, por la mucha devoción que le profesaba. Con anterioridad la imagen de la Virgen había estado venerándose en el Colegio Imperial desde 1718. El Marqués fundó allí unas escuelas para enseñar a los niños pobres de la zona, habitada principalmente por lavanderas. El Marqués de Vadillo ya había realizado otras obras importantes durante su mandato, como el Cuartel de Conde-Duque y el Puente de Toledo, siendo el artista que efectuó estos trabajos Pedro de Ribera, autor también de este pequeño templo, al que supo dar una cierta magnificencia a la obra, unificando la ermita y sus alrededores. Su concepción se basó en las ermitas del Buen Retiro. Siguió el modelo de los Austrias en la fachada flanqueada por dos torres coronadas por los madrileños chapiteles. La nota más dinámica es la cúpula ochavada enmarcada por torres.














En su interior dispuso un ordenamiento muy borbónico, no hay que olvidar que el edificio se construyó durante el reinado de Felipe V, con un ordenamiento centralizado, con sección longitudinal dentro de una planta octogonal. A los lados dispuso cuatro medias elipses, la del fondo correspondiente al presbiterio, detrás del cual hay un camarín. La altura hizo que hubiese unos grandes machones que sostienen la cúpula, la cual está constituida por fuertes nervios que se unen en ángulo y enlazan a través de un juego de molduras. El espacio centralizado del edificio es una continuación de lo que se había realizado en Europa durante el Renacimiento. Los modelos usados por Pedro de Ribera son los de Borromini.





El edificio se inauguró el 10 de septiembre de 1718 y al poco tiempo vinieron a descansar aquí los restos del fundador, el cual falleció en 1729. Durante el reinado de Fernando VI se hizo el Camino Alto de la Virgen del Puerto, para salvar el desnivel se construyó una doble escalinata.




Doble escalinata que salva el desnivel de la ermita



Al principio del siglo XX se cambiaron las pizarras de la cúpula por impropias planchas de cinc y en 1936 la ermita fue asaltada, perdiéndose todos los retablos e imágenes que formaban un todo con la estructura arquitectónica. Se la reconstruyó y restauró en 1945 por parte del arquitecto Mendoza, autor de la canalización del Manzanares. Con posterioridad se la volvió a restaurar, eliminando los revocos de las fachadas, dejando al aire libre la sillería y el ladrillo. Aparte se le habían devuelto las tradicionales cubiertas de pizarra. En la actualidad se han reconstruido los retablos, el de la Capilla Mayor en el año 2000 y los de las capillas laterales hace seis años.














En el exterior una sencilla fachada que se encuentra enmarcada por dos torres, que se hallan constituidas por tres cuerpos, siendo el superior el de las campanas, rematadas por sencillos chapiteles. La portada es simple. La puerta es adintelada, enmarcada por una simple moldura. Más interesantes son los óvalos-ventanas de los lados que dan una cierta animación a todo el conjunto. A la vez que los balcones que se ubican en todo el espacio, destinados para que los patronos asistiesen desde ellos a los festejos que se celebraban en septiembre en los alrededores del templo, en honor a la Virgen del Puerto, conocida popularmente como "La Melonera".






portada de la ermita con las puertas adinteladas
























Interior de la ermita







La ermita de la Virgen del Puerto es en su interior un hermoso edificio de estilo barroco, construido en la época borbónica dentro de la estética peculiar madrileña. Tiene una planta de cruz griega, con dos capillas semicirculares a los lados, y tuvo otras dos independientes de planta ovalada junto al presbiterio. El arco triunfal de la capilla mayor y los arcos de las laterales son de medio punto. El edificio está sustentado por pilastras, que sustentan una cornisa sujetada por canecillos o ménsulas. En los machones se abren balcones y en los arranques de la cúpula se sitúan grandes medallones decorados con jarrones y azucenas, símbolos de la pureza virginal de María. Se cubre por medio de bóvedas elípticas en las zonas laterales, mientras que en el centro hay una gran cúpula de planta ochavada, el elemento más destacado de todo el conjunto.















Cúpula













Interior de la cúpula



La Capilla Mayor se encuentra dentro de un espacio semicircular, con un retablo moderno imitando modelos barrocos, con columnas que sustentan el entablamento. En su centro se halla una bonita escultura de la Virgen del Puerto, réplica de Víctor González Gil, de la que se venera en su ermita placentina. Nos muestra a María dando el pecho al Niño, en un bello conjunto.

Capilla Mayor




Escultura de la Virgen del Puerto




En el espacio semicircular del lado de la epístola, en un sencillo altar de imitación barroca, se encuentra una escultura de Nuestra Señora de Sopetrán






Imagen de Nuestra Señora de Sopetrán



En el lado del Evangelio hay otro retablo similar que contiene una escultura copia del Santísimo Cristo de Lepanto, obra de talleres catalanes de mediados del siglo XX, traído a la ermita a mediados del XX, siendo copia del que se venera en su capilla de la Catedral de Barcelona. También hay una talla de San Calixto Papa, la cual fue realizada en 1969, y donada a la ermita por la Asociación de Antiguos Alumnos del Colegio de Huérfanos de la Constancia, localizado en Plasencia, lugar de donde es patrona la Virgen del Puerto.

Retablo del Santísimo Cristo de Lepanto





Imagen de San Calixto Papa, realizada en 1969




En el atrio se encuentra el escudo del Marqués de Vadillo y en el interior el sepulcro donde descansan sus restos
















lunes, 12 de marzo de 2012

Sacristía de los Caballeros



La Sacristía de los Caballeros se encuentra en el convento de las Comendadoras de Santiago, muy cerca de su iglesia de Santiago el Mayor, siendo construida por necesidades propias a las ceremonias de la Orden de los Caballeros de Santiago. Se inicia en 1746, durando las obras hasta 1753, siendo el arquitecto encargado del proyecto, Francisco Moradillo, creando un magnífico ejemplo del barroco madrileño.

Por algún extraño motivo que no llegamos a conocer, la sacristía tenía una capa de pintura blanca en todas sus paredes, ocultando las auténticas policromías originales. Por si esto fuera poco, en 1914 a causa de la peste, se le dio una capa de cal a todos los paramentos y posteriormente, en otras cuatro reformas, se dieron otras cuatro capas de pintura. Tras la restauración realizada en la estancia, ha salido a la luz la auténtica decoración policromada de sus paredes en verde azulado, amarillo siena y rojo carmín, que representan los colores de la Orden de las Comendadoras de Santiago.

Veamos la sacristía con más detenimiento y llevemos nuestra mirada hacia la bóveda, donde creeremos estar debajo de la bóveda de una iglesia al ver una estructura con nervaduras que van desde la cornisa del entablamento hasta el centro del recinto donde se juega con las curvas y los espacios de forma semicirculares. Grandes arcos y semiesferas que repartidos con tanta maestría, nos hacen pensar cuando miramos de frente que estamos en una iglesia de planta basilical, en la que vemos de frente debajo de un gran arco el presbiterio coronado por una bóveda en el ábside donde el arquitecto juega con unos efectos espaciales y focales donde el efecto visual es de unos lunetos que no existen. Los detalles y las formas, unidos a la disposición de todo ello, dan como resultado que la sala parezca mucho más grande en proporciones de lo que es en realidad.







En el centro de la bóveda se encuentra una linterna que ilumina la estancia.












Aquí podemos ver un busto delante de una ventana




Aquí podemos observar algo verdaderamente curioso. Los muros están pintados de tal forma que parece que existieran ventanas con esculturas delante, pero son trampantojos que imitan ventanas con bustos y floreros como los que tienen las ventanas de verdad que tiene la sacristía, que realmente solo son tres, sin contar la del transparente. El efecto de parecer que estamos ante una bóveda con ventanas es increíble y no dejan de ser los muros macizos lo que tenemos ante nosotros.


trampantojos en los muros de la bóveda




detalle de una de las ventanas que tiene la sacristía




Los paramentos tienen pilastras corintias, arcos de medio punto cegados como si de capillas laterales se tratase, y diversas hornacinas ornamentadas que contienen las estatuas de 8 reyes de España, cinco austrias y tres borbones. Estas esculturas simulan estar hechas en bronce, pero en realidad son de yeso pintadas simulando bronce. Los nervios de la bóveda están sujetos por 12 columnas corintias. La decoración aparte de las estatuas de los reyes, se complementa con 7 enormes y magníficas cajoneras de madera amoldadas a la forma de las paredes, siendo algunas de ellas de forma cóncava para poder ajustarlas a las curvas de las paredes. Estas cajoneras que guardaban las ropas necesarias para las ceremonias de la Orden, son una auténtica obra maestra. En las paredes cuelgan cuadros de estilo flamenco, con escenas de la vida de la Virgen.






















Presidiendo la sacristía, se encuentra el Transparente, una pequeña sala que se comunica con la sacristía con un arco de medio punto donde la luz de una ventana sirve para iluminar una escultura de Santiago Matamoros, realizada en 1917 por Francisco Font.






Escultura de Santiago Matamoros, obra de 1917 realizada por Francisco Font




En el centro de la sacristía adorna una mesa de estilo barroco.




El suelo de la sacristía imita el suelo original, del que se salvaron algunas baldosas que sirvieron para enlosar el suelo de la antesala a la sacristía y que en esta foto podemos ver al otro lado de la puerta.





Y hablando de puertas, diremos que la sacristía tiene cinco. La de entrada en arco de medio punto desde el interior y cuatro cuadradas con dintel. Por estas puertas se puede pasar al deambulatorio que bordea la sacristía. Una de ellas da a la Capilla de la Fuente de los Caballeros, llamada también Fuente de los Tritones, realizada en mármol rojo y negro. En esta Capilla es donde los Caballeros se lavaban antes de la ceremonia.



Capilla de la Fuente de los Caballeros o Fuente de los Tritones






Fuente de los Caballeros o Fuente de los Tritones










Entrada a la Sacristía de los Caballeros











Otra puerta lleva a la Capilla del Tránsito, desde donde se pasa al Locutorio, al patio de Moradillo, y a las capillas de las Flores y de las Niñas.

Ya que estamos hablando de puertas, no puedo dejar de recordaros que sigue el programa de "Abierto por obras", en la que los visitantes pueden visitar las obras de restauración de la iglesia y las estancias ya restauradas.






No quiero acabar mi artículo sin felicitar desde aquí a todo el equipo que ha participado en la formidable restauración que se ha llevado a cabo en esta sacristía, dirigiendo el proyecto la arquitecta Emanuela Gambini, encargada también del proyecto de restauración de todas las estancias, de la cúpula recientemente restaurada, y de las obras que siguen para la restauración del zaguán del templo, las torres y el interior de la iglesia.