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viernes, 23 de julio de 2010

Palacio de Parcent



El Palacio se construyó en 1728 por el arquitecto Juan Valenciano para la marquesa de Breña y después lo habitó María Isidro de Guzmán y de la Cerda, primera mujer recibida en la Real Academia de la Lengua en 1784 cuando tenía dieciséis años y la primera mujer a la que se concedió el título de Doctor de Alcalá, título que tuvo que autorizar personalmente Carlos III. En el siglo XIX, el palacio perteneció a la duquesa de San Fernando, luego unas monjas lo usaron como colegio para niñas, pasó un tiempo deshabitado y finalmente pasó a la condesa de Parcent.

La época de los Austrias no fue una buena época para la música. Los Austrias daban más importancia a la pintura, a diferencia de las grandes ciudades europeas. Hasta el mismísimo Beethoven que quería a todos los monarcas de Europa como suscriptores de honor de la edición de su Misa solemnis, tuvo en Fernando VII la excepción, monarca al que odiaba a muerte. Buena música se empezaba a oir en los palacios recién construidos, como el de Liria, Buenavista o Vistahermosa. En los palacios de Osuna y Liria se oye música de Haydn y la aristocracia empieza a escuchar música poco a poco. Pero la verdadera música, la de los jóvenes Albéniz, Arbós, Granados y Casals, sería en otros sitios donde se les iría a oir. Los palacios de la calle de San Bernardo, el Palacio de los Bauer y el Palacio de Parcent, serán los sitios privilegiados.
El palacio se llamaba popularmente la casa de los siete jardines porque así se llamaba entonces una de las calles a las que da el palacio, la que hoy se llama Espíritu Santo.




Doña Trinidad von Scholtz-Hermensdorf, condesa de Parcent, era malagueña, hija de padre malagueño y madre alemana y desde pequeña tuvo una educación brillante. En Dresde, París y otras ciudades, ella y su hermana tuvieron los mejores profesores de música, ya que el padre era un gran aficionado, desde pequeña fue educada con los mejores profesores y pronto era una gran artista tocando el piano. Se casó en París con Manuel de Iturbe, un aristócrata que pertenecía a una familia vasca. En un hotel de su propiedad en Francia, dieron grandes fiestas, que pronto eran las más reputadas de toda la alta sociedad francesa. Fiestas donde el protagonista absoluto era el arte, eran fiestas originales, llenas de obras artísticas y suntuosidad. Ella crearía la Sociedad de Amigos del Arte, una sociedad que divulgaba el arte español en grandes exposiciones y catálogos. Quiso convertir en arte cualquier objeto que antes no lo era, gracias a lo cual, se crearon nuevas fábricas en Talavera, promovió el arte en los muebles incluyéndolos en catálogos, el arte en el abanico, en las pinturas de retratos, el Museo del Traje, vamos, que todo lo que tocaba lo convertía en arte. Cualquier empresa ligada al nombre de la condesa, era sinónimo de éxito. Los huéspedes de su palacio eran literatos y artistas. Una vez que enviudó, se casó con el duque de Parcent, del que le viene el título con el que la conocemos.
Si algo le gustaba a la duquesa, era organizar grandes fiestas en su palacio, fiestas que ya se produjeron en el primer palacio donde se alojó, el palacio de Xifré.
El Palacio de Parcent era un verdadero museo por la cantidad de obras de arte que había en su interior.




La portada del edificio es barroca, muy sencilla, pero muy bella, de estilo ribereño, dicen... Yo no he encontrado información de su autor, así que cada vez que bajo San Bernardo, al pasar por la torre de Montserrat, que esa sí que es de Pedro de Ribera, siempre pienso: y ahora la portada del Palacio de Parcent, que podría ser de Alberto Churriguera (como la portada de San Martín) o del mismísimo Ribera...
Pero ya sabéis... eso es de mi cosecha.








miércoles, 23 de junio de 2010

Palacio del Cordón



El palacio del Cordón, es un edificio barroco del siglo XVII que es conocido por los dos cordones de piedra que existen a ambos lados de las orejeras de la portada principal, sobre la que está basada toda la simetría del edificio. Vanos, balcones y rejerías están diseñadas a partir del balcón principal que se haya encima de la portada que sirve de eje a la distribución.







En este viejo caserón vivieron personajes de la talla de Manuel Becerra o el alcalde de Madrid, Alberto Aguilera.

El palacio se encuentra en la plaza del Cordón y mucha gente confunde esta casa con las que existieron en el mismo lugar donde se encuentra nuestro palacio, que se llamaban Casas del Cordón y fueron las que dieron nombre a la plaza. Estas casas del Cordón fueron la residencia de los condes de Puñonrostro y se encontraban justo enfrente del palacio que nos ocupa, y que todavía hoy, lo recuerda una placa en la fachada del edificio que se levanta en su antiguo solar, separadas de la parroquia de San Justo por el callejón de puñonrostro, las cuales se unían por un pasadizo que discurría por debajo del pasadizo y de la Casa de Cisneros por la estrecha calle del Cordón. Recorría la fachada principal que daba a la plaza, un grueso cordón de piedra, tributo de la orden franciscana y sirvieron de cárcel a Antonio Pérez, el secretario traidor de Felipe II.

En el siguiente siglo se construiría esta caserona, añadiendo los cordones a su portada, tal vez por imitar un poco a sus edificios vecinos, los que verdaderamente eran la Casa del Cordón y que fueron derribados a mediados del XIX, no llegando ninguno de ellos hasta nosotros.

miércoles, 21 de abril de 2010

Palacio de Amboage (Embajada de Italia)



El Palacio de Amboage fue construido entre 1914 y 1917 por el arquitecto Joaquín Rojí Lopez-Calvo, para los marqueses de Amboage en pleno barrio de Salamanca en Madrid. El marqués de Amboage era inmensamente rico y con un título de nobleza concedido por el mismísimo Vaticano.
El palacio ocupa toda una manzana que comprende las calles de Lagasca, Padilla, Velázquez y Juan Bravo.





Con influencia francesa, mezclando detalles en estilo rococó con elementos neobarrocos, obtuvo el premio del Ayuntamiento de Madrid a la mejor construcción en 1918, y contar como anécdota que durante la Guerra Civil, dicho Ayuntamiento estuvo un tiempo alojado en este edificio. Es uno de los palacetes más grandes de Madrid y un precioso edificio que cualquiera le podría situar en otra época anterior a la que fue construido.

Detalle de la fachada principal en la calle de Juan Bravo



Fachada en la calle de Velázquez


La Embajada de Italia se encontraba en el Palacio del Duque de Abrantes (del que hablaremos en otro momento) y en 1940 el Palacio de los marqueses de Amboage, lo compró el Estado Italiano para su sede diplomática en España. La Embajada alberga numerosas obras de arte en su interior, con donaciones temporales donadas por la Galería Nacional de Roma, el Museo Nacional de Roma, el Museo de Nápoles, la Galería Uffizi de Florencia y otras obras propiedad del Ministerio de Asuntos Exteriores de Madrid. Entre las obras de arte que aloja, podemos destacar los cuadros italianos del siglo XVII, de la escuela de Nápoles y la de Parma. Pintura flamenca de los siglos XVII y XVIII, y una escultura de Mariano Benlliure que representa a la bailaora Pastora Imperio.

Fuente de esta foto: Web de la Embajada de Italia
fachada en el jardín




El día que asista a alguna de sus fiestas en el jardín, prometo enseñaros nuevas fotos.

lunes, 8 de febrero de 2010

Palacio Longoria



El Palacio de Longoria, o Casa Longoria, es un palacete que se encuentra en el barrio de Chueca, en la calle de Fernando VI, esquina con la calle Pelayo. Es muy difícil pasar por este edificio y no recorrer la mirada por sus fachadas.

Fue José Grasés Riera el arquitecto que construyó el palacete en 1902, por encargo de un financiero que poseía una gran fortuna, Javier González Longoria. En 1912, el edificio fue comprado por la Compañía Dental Española, para residencia de su presidente por 500.000 pts y en 1946, los herederos lo vendieron a Construcciones civiles. En 1950, la Sociedad General de Autores de España (SGAE), compró el edificio por menos de cinco millones de pesetas.
Hay mucha gente que cuando ve el edificio, piensa que es de Gaudí, pero el arquitecto catalán no tiene ninguna construcción en nuestra ciudad. José Grasés Riera, también era catalán, y fue compañero de Gaudí, no discípulo, como muchos dicen, y además construyó este Palacio, mucho antes que Gaudí sus obras más famosas. Una vez que se trasladó a vivir a Madrid, trabajó para la alta sociedad madrileña, de la que formó parte, siendo un gran arquitecto de prestigio, que además trabajaba con total libertad en sus edificios y evolucionando con los gustos y las corrientes arquitectónicas del momento. Un buen número de edificios y monumentos han quedado en la capital, de la mano de este arquitecto. El Monumento de Alfonso XII en el Retiro, el edificio de la Equitativa (Sede del Banesto), el teatro Lírico, el monumento a Emilio Castelar, etc.

El Palacio de Longoria, es el mayor exponente del modernismo en Madrid, construido con una clara ornamentación barroca con influencias francesas. El edificio, que hace esquina, consta de dos cuerpos rectos, unidos en el centro, justo donde se forma esa esquina, por un torreón con forma circular que rompe las líneas rectas, dándole un gran prestigio visual.



torreón circular que rompe los dos cuerpos rectos de la estructura del palacio




Ornamentación barroca con influencias francesas en el torreón







balconada del torreón



Las fachadas dejan un pequeño paso de separación, hasta llegar a una valla, con verja de hierro forjado que lo separa de la calle, haciendo un efecto más volumétrico.






Las paredes, balcones y ventanas, están decoradas simétricamente, con esculturas y decoraciones vegetales.












La tercera planta, abuhardillada, contiene óculos ovalados con guirnaldas imitando medallones antiguos.




El interior es fantástico. Una entrada de carruajes se encuentra en el torreón que hace esquina, enlaza con un hall, donde comienza una maravillosa escalera que se abre en dos brazos, dentro de un cilindro enmarcado por una barandilla de hierro forjado y bronce, envuelta por una columnata que sostiene una cúpula de vidrieras de colores. Todo el espacio de la escalera es de hierro, bronce y mármol.



comienzo de la hermosísima escalera del edificio







vista de la escalera y la cúpula con vidrieras de cristal de colores




Tiene un patio-jardín en el interior, donde los balcones con galerías, tienen unas columnas con forma de palmera.



balcones en el patio-jardín interior,con las columnas con forma de palmera







Es una lástima que el edificio no se pueda visitar, ya que los detalles del interior, son igualables o incluso superiores a los del exterior, pero si hay algo que podamos agradecer a la SGAE, es el haber mantenido este maravilloso edificio en las condiciones con las que ha llegado hasta nuestros días. El edificio ha tenido varias reformas, dos de ellas siendo la SGAE dueña del inmueble. Esta sociedad ha declarado hace poco, que mudaban la sede al palacio del Infante en Boadilla del Monte (esta gente va de palacio en palacio) y sería un buen momento para que todos los madrileños y visitantes, pudieran contemplar este exponente modernista que tenemos en Madrid, sin que nos cobren un canon por hacerlo.
Como podéis imaginar, la visita al interior del edificio, ha sido imposible, y todos mis intentos, negativos y frustrados. Así que las fotos del interior que veremos, pertenecen al libro, Palacios de Madrid de Ramón Guerra de la Vega. Las exteriores, he intentado que sean lo mejor posible, pero es que el colorcito del edificio se las trae...
Este palacio hay gente que no le gusta nada y dice que parece de chocolate, pero el que sea admirador del modernismo y el buen gusto, seguro que sabrá apreciar la maravilla modernista que tenemos en nuestra ciudad.


miércoles, 25 de noviembre de 2009

Palacio de los Lasso de Castilla



El Palacio de Lasso de Castillo se encontraba en la costanilla de San Andrés con la calle de Mancebos y la calle de Redondilla. Tenía más de sesenta mil pies cuadrados y más de cien habitaciones.

Algunos autores afirman que fue construido por don Pedro de Castilla -bisnieto de Pedro I y casado con Catalina Lasso, hija del señor de Mondéjar- a finales del siglo XV, pero otros creen que esta familia ya estaba afincada en Madrid años antes pues parece que el palacio databa de finales del siglo XIV.

Probablemente don Pedro ampliaría el palacio y hacia 1490 mandó construir una enorme torre que fue derribada en 1816. El palacio lo heredó su hijo don Pedro Lasso de Castilla y en él residieron los Reyes Católicos, así como Fernando el Católico y su segunda mujer, Germana de Foix; Juana la Loca y su marido Felipe el Hermoso y, posteriormente, los regentes del reino el Cardenal Cisneros y el deán de Lovaina (que llego a ser Papa con el nombre de Adriano VI). Desde uno de los balcones de este palacio fue donde el Cardenal Cisneros pronunció la célebre frase «Estos son mis poderes, y con ellos gobernaré hasta que el príncipe venga.»

En el siglo XVI se construyó un pasadizo levadizo que unía el edificio (a través de la citada torre) con la iglesia de San Andrés para comunicar los aposentos de los Reyes Católicos con la tribuna de la iglesia. En 1611 el palacio pasó a los duques del Infantado, siendo derribado en 1882. En su solar, el marqués de Cubas, construyó, varios edificios de viviendas. En la foto podéis observar la placa de mosaico que marca el sitio exacto donde se juntaba el pasaje voladizo desde el Palacio hasta la iglesia. Lo que veis en la foto está a unos diez metros del suelo.

martes, 24 de noviembre de 2009

Palacio del Duque de Anglada




Don Juan de Anglada construyó su Palacio en el Paseo de la Castellana en la década de los años 70 del siglo XIX, el cual dicen se convirtió en uno de los más bellos y lujosos edificios del nuevo Ensanche de Madrid. En el plano realizado hacia 1875 la zona aún aparece sin urbanizar.

Plano Gral. Ibáñez de Ibero (h.1875) Anglada encargó su casa al arquitecto Emilio Rodríguez Ayuso. La vivienda fue construida en el centro del gran solar que ocupaba toda la manzana entre el paseo de la Castellana y las calles de Marqués de Villamagna, Serrano y José Ortega y Gasset, rodeada de árboles y jardines. Plano Parcelario (1940) Cuentan las crónicas que, tanto para el exterior como para el interior, se utilizaron los mejores materiales, el granito, la piedra de Novelda, el ladrillo y el hierro. Además del propio palacio, en las esquinas del solar se construyeron diversos pabellones o edificios auxiliares (cocheras, cuadras, casetas para los guardas, gimnasio, etc.).





Diario El Globo, 21 jul. 1880 (Biblioteca Nacional) El Palacio de Anglada fue levantado alrededor de un gran patio cerrado, al estilo árabe que entonces estaba de moda. Su calidad era tan alta y las escayolas imitando las formas de la Alhambra de Granada tan perfectas, que impresionaba a los visitantes. . En el palacio se daban cita muy distintos estilos como elementos neoegipcios en la fachada, neoclásicos en el patio y griego, romano, gótico y renacimiento en los distintos salones. El edificio estaba construido en piedra y ladrillo. Tenía dos plantas y un ático. Lo más notable de este palacio era el patio central, realizado por Contreras que reproducía al mismo tamaño, el famoso Patio de los Leones de la Alhambra. En torno a él se distribuían las distintas dependencias, dormitorios, comedor, despachos, gabinetes, tocadores… Además, los mejores pintores y escultores participaron en la decoración interior. En la buhardilla se hallaban las habitaciones destinadas a la numerosa servidumbre que solían tener este tipo de personajes y que realmente necesitaba el cuidado de un palacio de tales dimensiones, y tan costoso. Pero, antes de que terminara el siglo, Anglada se arruinó, y el Banco Hipotecario se hizo cargo del edificio. En junio de 1895 se abrió al público para una exposición de arte que alcanzó gran notoriedad en la prensa de la época debido a las maravillas que mostraba. Posteriormente, el edificio permaneció cerrado hasta que en los comienzos del siglo XX pasó a ser propiedad del Marqués del Genal y sus sobrinos los marqueses de Larios. La Ilustración Española y Americana, 8 jun. 1895 (BNE) Como era habitual entre los aristócratas de la época, el marqués del Genal era un gran coleccionista de arte, y adquirió numerosas obras muy valiosas que adornaron los salones del palacio. Pinturas –un Goya incluido-, suntuosos tapices, una sillería Luis XIV, etc. El patio árabe se convirtió casi en un museo. Para entonces los árboles que rodeaban el palacio se habían convertido en un bosque frondoso, quedando el palacio encerrado entre verdes praderas y árboles gigantes. El Palacio en un principio conocido como de Anglada, luego Palacio de Larios, fue derribado en la década de los 60 del siglo XX. Cuentan los periódicos de la época que era tal la riqueza de los materiales y elementos de la construcción que algunas personas acudieron a adquirir los azulejos, columnas de mármol, espejos, etc. para llevarlos a sus residencias. Incluso el Ayuntamiento rescató algún elemento. Como recuerdo de aquella gran mansión, hoy día podemos admirar la portada de hierro de su jardín instalada en una de las entradas al Retiro, la Puerta de O’Donnell esquina Menéndez Pelayo, abierta en 1968.
El palacio fue el primero de una larga lista de palacios del paseo de la Castellana que se derribó, en 1962. Algunos fragmentos de la entrada fueron trasladados al moderno parque de San Isidro, en Aluche, donde permanecen hoy. En su solar se construyó en 1972 el hotel Villa Magna. Los árboles situados frente a la fachada del hotel pertenecen al antiguo palacio.









Hoy día, en su solar se encuentra el hotel Villamagna






Arte en Madrid (gracias a Mercedes Gómez)
y fotos de artedemadrid y 3 de Juanjo de Urbanity

sábado, 21 de noviembre de 2009

San Andrés: El barrio de San Isidro



En torno a la parroquia de San Andrés, nos situamos en uno de los centros fundamentales y de mayor historia del Madrid antiguo. Aquí estaban los palacios de los Lasso de Castilla, de los Vargas, de los Lujanes, los de Alvarez de Toledo, los de Anglona, etc. La zona está enmarcada por tres plazas: La plaza de la Paja, la de Carros y la de San Andrés. Está la parroquia de San Andrés, la Capilla del Obispo y la Capilla de San Isidro. Todo incluido en un recinto amurallado con un conjunto de calles estrechas, cuestas y la Puerta de Moros. Aquí fue donde nació, vivió y murió nuestro patrón San Isidro y por eso, parte de sus vestigios, son herencia de ello. Pasear por este barrio nos evoca recuerdos de un pasado latente de un Madrid medieval con sus intrincadas callejuelas, su empedrado en el suelo, la escasez del tráfico de coches gracias a sus calles estrechas y topografía del terreno. La historia pasada se hace presente, una y otra vez, andando por sus callejas, donde el visitante quedará cautivado por la belleza de sus rincones y por la tranquilidad que se respira. Aunque subiré un artículo por cada edificio, hagamos un breve recorrido por la zona.

Abside de la Capilla del Obispo y cúpula de la Capilla de San Isidro


Vamos a situarnos en la Plaza de los Carros, donde se encontraba la Puerta de Moros, que daba acceso al camino de Toledo. Desde allí podemos contemplar la grandiosidad de la Capilla de San Isidro, construida en parte con las piedras de la muralla que cerraba la zona. El Palacio de los Marqueses de Villafranca es un edificio con dos puertas adinteladas, flanqueadas por columnas y donde residió Jose Alvarez de Toledo, duque de Alba por su matrimonio con la Duquesa Cayetana. Si bajamos por la Costanilla de San Andrés, nos encontramos a la derecha con la parroquia de San Andrés. Una de las más antiguas de la ciudad y posiblemente construida en lo que fue la mezquita árabe más importante de la zona. En esta parroquia fue bautizado San Isidro y donde hasta el día que murió, siempre entraba para rezar. La parroquia estaba unida con el Palacio de los Lasso de Castilla, que fue residencia del Cardenal Cisneros y de los Reyes Católicos, que mandaron construir un pasadizo elevado desde la gran torre, que comunicaba el Palacio con la tribuna real de la parroquia para los grandes actos religiosos, uno de ellos fue cuando apadrinaron a Rodrigo Díaz de Vivar que fue bautizado en esta parroquia y que todavía hoy se puede ver en una placa, el lugar donde estaba el pasadizo. Al lado de la parroquia estaba el cementerio de San Andrés, que fue donde se enterró a San Isidro después de su muerte, aunque en 1212 al comprobar que su cuerpo estaba incorrupto, fue trasladado a la parroquia para venerarle. Al lado del cementerio, está la Casa de Francisco Vargas, descendiente de Iván de Vargas, al que sirvió San Isidro. Francisco Vargas construyó una nueva capilla en la parroquia de San Andrés. En el sitio donde estuvo el cementerio, levantó la nueva capilla dedicada a Santa María y a San Juan de Letrán y destinada para albergar el cuerpo de San Isidro, donde estuvo desde 1518. Pero en 1544, discrepancias entre los clérigos de la parroquia y los de la capilla, hizo que de nuevo se trasladara el cuerpo a San Andrés e incluso se tapió el acceso de la iglesia con la capilla, quedando totalmente desvinculadas para siempre, ya que donde estaba el acceso, más tarde se construiría el sepulcro de Gutierre de Carvajal y Vargas, obispo de Plasencia, que renovaría la capilla y la destinaría como panteón familiar de los Vargas. Allí están los sepulcros de su padre don Francisco Vargas, su mujer Inés de Carvajal y el del propio obispo, siendo este último una maravilla del plateresco, junto al retablo de la capilla, que llega a ser el plateresco más puro de todo Castilla, del que hablaremos cuando publique el artículo sobre la Capilla del Obispo.
En el siglo XVII para dar especial veneración al santo en su canonización, se construye una nueva capilla que también estará pegada a San Andrés, dando a la plaza de los Carros, con estilo barroco madrileño, con una bella cúpula encamonada. Ya hemos dicho que hay que derribar parte de la muralla con la que se construirá la capilla, además de los Palacios de de Fadrique Enríquez y del duque de Béjar y en ese lugar se empieza la edificación. El cuerpo del santo es trasladado el 15 de mayo de 1669, aunque estuvo muy poquitos años, y pasaría a la Colegiata de San Isidro donde permanece hasta nuestros días. Junto a la Capilla, estaban las casas de Antonio de Luxán, donde Iván de Vargas tenía una de ellas con las vaquerizas. Aquí vivió San Isidro y en ella se encuentra el pozo donde cayó su hijo (palacio de los condes de Paredes), aunque se está descubriendo ultimamente que realmente donde vivió el santo y donde se encuentra el verdadero pozo fue en el Palacio de los Luxanes de la Morería (actual Colegio de San Ildefonso). En la parte baja de nuestro recorrido, llegamos a la Plaza de la Paja, llamada así por que era donde se vendía la paja a los clérigos de la Capilla del Obispo. Aquí podemos ver el Palacio ya mencionado de los Luxanes de la Morería, y al otro lado de la plaza, la lateral del Palacio del Marqués de la Romana con el jardín, más tarde el Palacio del Príncipe de Anglona, de la familia de los marqueses de Javalquinto. Al final de esta calle contemplamos la torre mudéjar de San Pedro el Real. De cada uno de estos edificios y monumentos, hablaremos en sucesivos artículos.

Palacio del Príncipe de Anglona


Lateral del Palacio del Príncipe de Anglona y la torre mudéjar de San Pedro al fondo


Plaza de la Paja y al fondo la entrada a la Capilla del Obispo. Encima, la torre de la parroquia de San Andrés