jueves, 26 de noviembre de 2009

Que fue de la torre de telecomunicaciones de Calatrava?


Montaje mío a partir de una foto de Alberto Lunas de Meteored y la torre de Toronto

Que fue de aquel proyecto que Santiago Calatrava presentó en el Ayuntamiento, de una nueva torre de telecomunicaciones con una altura de más de 500 metros?. En 1998 Calatrava se reunió con los técnicos municipales para presentar su maqueta que llevó bien envuelta en un estuche junto a los bocetos para un nuevo pirulí.
La torre tenía a media altura una especie de barco donde estaría el centro de control y hasta una discoteca (a unos 200 metros de altura). A la salida del Ayuntamiento, dijo que aspiraba a hacer la torre más bonita del mundo y que tendría como poco, 500 metros de altura. Con este proyecto, Calatrava dijo que así se podrían quitar todas las antenas parabólicas y el impacto visual tan horrible que causan. El proyecto costaría entre 10.000 y 14.000 millones y tardaría 18 meses en construirse. También dijo que la aguja debería estar en el lugar más alto de Madrid y que seguramente sería cerca a la zona de la Castellana. El ejemplo a seguir, según dijo Calatrava, era la torre de Toronto (549 metros), la cual se ha integrado perfectamente en el entorno de la ciudad, constuyéndose a su alrededor todos los sitios de ocio, congresos y radiotelevisión.
El Ayuntamiento pondría los terrenos para su construcción y sacaría a concurso la adjudicación de las obras y la explotación del nuevo edificio.
Pues bien, todo este proyecto debe de estar guardado en algún cajón del Ayuntamiento a la espera de un momento idóneo para llevarlo a cabo. Os imagináis si la nueva torre estuviera integrada junto a las Cuatro Torres Business Area en la Castellana?

miércoles, 25 de noviembre de 2009

Palacio de los Lasso de Castilla



El Palacio de Lasso de Castillo se encontraba en la costanilla de San Andrés con la calle de Mancebos y la calle de Redondilla. Tenía más de sesenta mil pies cuadrados y más de cien habitaciones.

Algunos autores afirman que fue construido por don Pedro de Castilla -bisnieto de Pedro I y casado con Catalina Lasso, hija del señor de Mondéjar- a finales del siglo XV, pero otros creen que esta familia ya estaba afincada en Madrid años antes pues parece que el palacio databa de finales del siglo XIV.

Probablemente don Pedro ampliaría el palacio y hacia 1490 mandó construir una enorme torre que fue derribada en 1816. El palacio lo heredó su hijo don Pedro Lasso de Castilla y en él residieron los Reyes Católicos, así como Fernando el Católico y su segunda mujer, Germana de Foix; Juana la Loca y su marido Felipe el Hermoso y, posteriormente, los regentes del reino el Cardenal Cisneros y el deán de Lovaina (que llego a ser Papa con el nombre de Adriano VI). Desde uno de los balcones de este palacio fue donde el Cardenal Cisneros pronunció la célebre frase «Estos son mis poderes, y con ellos gobernaré hasta que el príncipe venga.»

En el siglo XVI se construyó un pasadizo levadizo que unía el edificio (a través de la citada torre) con la iglesia de San Andrés para comunicar los aposentos de los Reyes Católicos con la tribuna de la iglesia. En 1611 el palacio pasó a los duques del Infantado, siendo derribado en 1882. En su solar, el marqués de Cubas, construyó, varios edificios de viviendas. En la foto podéis observar la placa de mosaico que marca el sitio exacto donde se juntaba el pasaje voladizo desde el Palacio hasta la iglesia. Lo que veis en la foto está a unos diez metros del suelo.

martes, 24 de noviembre de 2009

Palacio del Duque de Anglada




Don Juan de Anglada construyó su Palacio en el Paseo de la Castellana en la década de los años 70 del siglo XIX, el cual dicen se convirtió en uno de los más bellos y lujosos edificios del nuevo Ensanche de Madrid. En el plano realizado hacia 1875 la zona aún aparece sin urbanizar.

Plano Gral. Ibáñez de Ibero (h.1875) Anglada encargó su casa al arquitecto Emilio Rodríguez Ayuso. La vivienda fue construida en el centro del gran solar que ocupaba toda la manzana entre el paseo de la Castellana y las calles de Marqués de Villamagna, Serrano y José Ortega y Gasset, rodeada de árboles y jardines. Plano Parcelario (1940) Cuentan las crónicas que, tanto para el exterior como para el interior, se utilizaron los mejores materiales, el granito, la piedra de Novelda, el ladrillo y el hierro. Además del propio palacio, en las esquinas del solar se construyeron diversos pabellones o edificios auxiliares (cocheras, cuadras, casetas para los guardas, gimnasio, etc.).





Diario El Globo, 21 jul. 1880 (Biblioteca Nacional) El Palacio de Anglada fue levantado alrededor de un gran patio cerrado, al estilo árabe que entonces estaba de moda. Su calidad era tan alta y las escayolas imitando las formas de la Alhambra de Granada tan perfectas, que impresionaba a los visitantes. . En el palacio se daban cita muy distintos estilos como elementos neoegipcios en la fachada, neoclásicos en el patio y griego, romano, gótico y renacimiento en los distintos salones. El edificio estaba construido en piedra y ladrillo. Tenía dos plantas y un ático. Lo más notable de este palacio era el patio central, realizado por Contreras que reproducía al mismo tamaño, el famoso Patio de los Leones de la Alhambra. En torno a él se distribuían las distintas dependencias, dormitorios, comedor, despachos, gabinetes, tocadores… Además, los mejores pintores y escultores participaron en la decoración interior. En la buhardilla se hallaban las habitaciones destinadas a la numerosa servidumbre que solían tener este tipo de personajes y que realmente necesitaba el cuidado de un palacio de tales dimensiones, y tan costoso. Pero, antes de que terminara el siglo, Anglada se arruinó, y el Banco Hipotecario se hizo cargo del edificio. En junio de 1895 se abrió al público para una exposición de arte que alcanzó gran notoriedad en la prensa de la época debido a las maravillas que mostraba. Posteriormente, el edificio permaneció cerrado hasta que en los comienzos del siglo XX pasó a ser propiedad del Marqués del Genal y sus sobrinos los marqueses de Larios. La Ilustración Española y Americana, 8 jun. 1895 (BNE) Como era habitual entre los aristócratas de la época, el marqués del Genal era un gran coleccionista de arte, y adquirió numerosas obras muy valiosas que adornaron los salones del palacio. Pinturas –un Goya incluido-, suntuosos tapices, una sillería Luis XIV, etc. El patio árabe se convirtió casi en un museo. Para entonces los árboles que rodeaban el palacio se habían convertido en un bosque frondoso, quedando el palacio encerrado entre verdes praderas y árboles gigantes. El Palacio en un principio conocido como de Anglada, luego Palacio de Larios, fue derribado en la década de los 60 del siglo XX. Cuentan los periódicos de la época que era tal la riqueza de los materiales y elementos de la construcción que algunas personas acudieron a adquirir los azulejos, columnas de mármol, espejos, etc. para llevarlos a sus residencias. Incluso el Ayuntamiento rescató algún elemento. Como recuerdo de aquella gran mansión, hoy día podemos admirar la portada de hierro de su jardín instalada en una de las entradas al Retiro, la Puerta de O’Donnell esquina Menéndez Pelayo, abierta en 1968.
El palacio fue el primero de una larga lista de palacios del paseo de la Castellana que se derribó, en 1962. Algunos fragmentos de la entrada fueron trasladados al moderno parque de San Isidro, en Aluche, donde permanecen hoy. En su solar se construyó en 1972 el hotel Villa Magna. Los árboles situados frente a la fachada del hotel pertenecen al antiguo palacio.









Hoy día, en su solar se encuentra el hotel Villamagna






Arte en Madrid (gracias a Mercedes Gómez)
y fotos de artedemadrid y 3 de Juanjo de Urbanity

sábado, 21 de noviembre de 2009

San Andrés: El barrio de San Isidro



En torno a la parroquia de San Andrés, nos situamos en uno de los centros fundamentales y de mayor historia del Madrid antiguo. Aquí estaban los palacios de los Lasso de Castilla, de los Vargas, de los Lujanes, los de Alvarez de Toledo, los de Anglona, etc. La zona está enmarcada por tres plazas: La plaza de la Paja, la de Carros y la de San Andrés. Está la parroquia de San Andrés, la Capilla del Obispo y la Capilla de San Isidro. Todo incluido en un recinto amurallado con un conjunto de calles estrechas, cuestas y la Puerta de Moros. Aquí fue donde nació, vivió y murió nuestro patrón San Isidro y por eso, parte de sus vestigios, son herencia de ello. Pasear por este barrio nos evoca recuerdos de un pasado latente de un Madrid medieval con sus intrincadas callejuelas, su empedrado en el suelo, la escasez del tráfico de coches gracias a sus calles estrechas y topografía del terreno. La historia pasada se hace presente, una y otra vez, andando por sus callejas, donde el visitante quedará cautivado por la belleza de sus rincones y por la tranquilidad que se respira. Aunque subiré un artículo por cada edificio, hagamos un breve recorrido por la zona.

Abside de la Capilla del Obispo y cúpula de la Capilla de San Isidro


Vamos a situarnos en la Plaza de los Carros, donde se encontraba la Puerta de Moros, que daba acceso al camino de Toledo. Desde allí podemos contemplar la grandiosidad de la Capilla de San Isidro, construida en parte con las piedras de la muralla que cerraba la zona. El Palacio de los Marqueses de Villafranca es un edificio con dos puertas adinteladas, flanqueadas por columnas y donde residió Jose Alvarez de Toledo, duque de Alba por su matrimonio con la Duquesa Cayetana. Si bajamos por la Costanilla de San Andrés, nos encontramos a la derecha con la parroquia de San Andrés. Una de las más antiguas de la ciudad y posiblemente construida en lo que fue la mezquita árabe más importante de la zona. En esta parroquia fue bautizado San Isidro y donde hasta el día que murió, siempre entraba para rezar. La parroquia estaba unida con el Palacio de los Lasso de Castilla, que fue residencia del Cardenal Cisneros y de los Reyes Católicos, que mandaron construir un pasadizo elevado desde la gran torre, que comunicaba el Palacio con la tribuna real de la parroquia para los grandes actos religiosos, uno de ellos fue cuando apadrinaron a Rodrigo Díaz de Vivar que fue bautizado en esta parroquia y que todavía hoy se puede ver en una placa, el lugar donde estaba el pasadizo. Al lado de la parroquia estaba el cementerio de San Andrés, que fue donde se enterró a San Isidro después de su muerte, aunque en 1212 al comprobar que su cuerpo estaba incorrupto, fue trasladado a la parroquia para venerarle. Al lado del cementerio, está la Casa de Francisco Vargas, descendiente de Iván de Vargas, al que sirvió San Isidro. Francisco Vargas construyó una nueva capilla en la parroquia de San Andrés. En el sitio donde estuvo el cementerio, levantó la nueva capilla dedicada a Santa María y a San Juan de Letrán y destinada para albergar el cuerpo de San Isidro, donde estuvo desde 1518. Pero en 1544, discrepancias entre los clérigos de la parroquia y los de la capilla, hizo que de nuevo se trasladara el cuerpo a San Andrés e incluso se tapió el acceso de la iglesia con la capilla, quedando totalmente desvinculadas para siempre, ya que donde estaba el acceso, más tarde se construiría el sepulcro de Gutierre de Carvajal y Vargas, obispo de Plasencia, que renovaría la capilla y la destinaría como panteón familiar de los Vargas. Allí están los sepulcros de su padre don Francisco Vargas, su mujer Inés de Carvajal y el del propio obispo, siendo este último una maravilla del plateresco, junto al retablo de la capilla, que llega a ser el plateresco más puro de todo Castilla, del que hablaremos cuando publique el artículo sobre la Capilla del Obispo.
En el siglo XVII para dar especial veneración al santo en su canonización, se construye una nueva capilla que también estará pegada a San Andrés, dando a la plaza de los Carros, con estilo barroco madrileño, con una bella cúpula encamonada. Ya hemos dicho que hay que derribar parte de la muralla con la que se construirá la capilla, además de los Palacios de de Fadrique Enríquez y del duque de Béjar y en ese lugar se empieza la edificación. El cuerpo del santo es trasladado el 15 de mayo de 1669, aunque estuvo muy poquitos años, y pasaría a la Colegiata de San Isidro donde permanece hasta nuestros días. Junto a la Capilla, estaban las casas de Antonio de Luxán, donde Iván de Vargas tenía una de ellas con las vaquerizas. Aquí vivió San Isidro y en ella se encuentra el pozo donde cayó su hijo (palacio de los condes de Paredes), aunque se está descubriendo ultimamente que realmente donde vivió el santo y donde se encuentra el verdadero pozo fue en el Palacio de los Luxanes de la Morería (actual Colegio de San Ildefonso). En la parte baja de nuestro recorrido, llegamos a la Plaza de la Paja, llamada así por que era donde se vendía la paja a los clérigos de la Capilla del Obispo. Aquí podemos ver el Palacio ya mencionado de los Luxanes de la Morería, y al otro lado de la plaza, la lateral del Palacio del Marqués de la Romana con el jardín, más tarde el Palacio del Príncipe de Anglona, de la familia de los marqueses de Javalquinto. Al final de esta calle contemplamos la torre mudéjar de San Pedro el Real. De cada uno de estos edificios y monumentos, hablaremos en sucesivos artículos.

Palacio del Príncipe de Anglona


Lateral del Palacio del Príncipe de Anglona y la torre mudéjar de San Pedro al fondo


Plaza de la Paja y al fondo la entrada a la Capilla del Obispo. Encima, la torre de la parroquia de San Andrés