La iglesia de Santa Cruz era una de las más antiguas de Madrid. Se construyó en el siglo XIII en uno de los arrabales extramuros de la Villa. El templo primitivo estaba en la plaza de Santa Cruz, esquina a la calle de la Bolsa, siendo una ermita en época remota con derecho a parroquia, desde el tiempo de los árabes, por estar el terreno poblado de cristianos que vivían fuera de la población. No se sabe cuanto tiempo estuvo esta ermita haciendo de parroquia, pero sí que a finales del siglo XV, fue edificado el templo que antecede al actual. Destacaba su torre, que junto a la de San Salvador, era la más alta de Madrid, motivo por el que se le denominaba "Atalaya de la Corte". La torre ostentaba en sus muros el oso y el madroño, junto con el dragón, emblemas de Madrid. Se gratificaba a los sacristanes por subir hasta su cima a tocar las campanas y tenía un famoso reloj. La torre sufrió un incendio en 1620, quedando seriamente dañada, no levantándose hasta 1680, pero esta vez sin reloj y sin blasones. Fue obra del arquitecto Francisco del Castillo. La fachada era sencilla, toda de granito, obra de José Jiménez del Oso y en el segundo cuerpo existía un bajorrelieve, con el tema de la Invención de la Santa Cruz, de Pablo González Velázquez.
Grabado de la antigua iglesia de Santa Cruz
Antigua iglesia de Santa Cruz antes de su demolición
A los tres años de haberse terminado la torre, se declaró otro incendio que acabó con todo su patrimonio, trasladándose lo poco que quedaba al vecino convento de Santo Tomás de dominicos, mientras durase su reedificación. Se acabó en el año 1767, y en 1968 hubo que demoler la iglesia, pues amenazaba ruina, momento en que se trasladó la parroquia al convento de Santo Tomás definitivamente. Pero parece que la mala suerte viajó al convento y en 1872, otro voraz incendio, afectó a la iglesia de este convento y en 1876 por Desamortización de Mendizábal, el Estado decide demoler el conjunto dominico. Las obras del nuevo templo que nos ocupa, comenzaron en 1889 en los terrenos del desaparecido convento y se encargó el proyecto al arquitecto diocesano Marqués de Cubas.
Convento de Santo Tomás, en el lugar donde se levantaría el nuevo templo de Santa Cruz
El templo es de estilo neogótico, y a Francisco de Cubas le siguieron los arquitectos Miguel de Olabarría, Ricardo Guereta y Juan Moya. Los materiales empleados para su construcción fueron el ladrillo y la piedra blanca de Colmenar, que forman en su combinación una acertada bicromía.
La fachada presenta un gran arco apuntado con arquivoltas coronado por un gran gablete, que remata una cruz. En su centro luce un relieve con la Apoteosis de la Cruz, obra de Aniceto Marinas. La proyección de este elemento, origina la torre de 85 metros de altura, en cuyo primer cuerpo se abre un gran rosetón y en el segundo destaca un reloj en medio de una decoración de Sebka. El reloj se debe a Losada, el mismo relojero de la Puerta del Sol. La torre de Santa Cruz volvía a lucir un famoso reloj, como pasó en la antigua Atalaya de la Corte.
Relieve de la Apoteosis de la Cruz, obra de Aniceto Marinas
El tercer cuerpo es el de campanas y está rematado por un soberbio matacán, que le da aspecto de fortaleza y que en el proyecto primitivo se cubría por un techo de pizarra en forma de flecha y rematado por una cruz, pero que nunca se llegó a construir. A los lados de este cuerpo central, se disponen dos calles separadas por contrafuertes, en las que se abren ventanales apuntados. Las portadas laterales de la calle Concepción Jerónima y Santo Tomás, presentan vanos con arcos conopiales.
Interior de la iglesia
La planta es de una sola nave con ocho capillas laterales y otra en la cabecera. Los soportes son pilares con baquetones. Se cubre con bóveda de crucería en la nave y capilla mayor y con bóvedas de terceletes en los brazos del crucero. Las bóvedas en las tribunas del crucero son estrelladas sobre tambor, sujetado por trompas. Sobre las capillas corre un segundo cuerpo de vidrieras. Los muros, pilastras y bóvedas están pintados al temple, imitando sillares. Algunas partes, como en los florones y arranques de los nervios de las naves altas, se hallan policromadas en óleo y oro.
Las vidrieras del templo merecen especial atención por su belleza y diseño. Fueron realizadas por Talleres Maumejean de Madrid, bajo bocetos de Arturo de Mélida. Las que corresponden a la cúpula, quedaron destrozadas en la Guerra Civil de 1936, las restantes, aunque deterioradas por la contienda, han podido recuperarse. Todas constituyen un ciclo iconográfico de los santos relacionados con la parroquia.
En el presbiterio se sitúa el retablo neogótico, obra de Emilio Tudanca en 1962. En sus laterales se destacan las imágenes de los cuatro Evangelistas y de los apóstoles Pedro y Pablo. Lo culmina un calvario. En los costados hay pinturas de Escolá Sabaté de 1962. En la parte inferior figura la Exaltación de la Cruz. Bajo el cimborrio del altar mayor, hay una cruz relicario con el "Lignum Crucis" o madero de la cruz, procedente de las monjas carmelitas del Cerro de los Ángeles, obra de Francisco de la Cruz. La sillería fue colocada en la guerra de 1936 en los balcones para protegerse de la metralla. El ábside fue decorado por Talleres Granda con una enorme cruz, que al hacer el nuevo retablo, ha quedado oculta en gran parte por él.
Retablo neobarroco de 1940 en la Capilla de Nuestro Padre Jesús del Gran Poder. En el ático una pintura con el escudo de la Hermandad, sostenido por ángeles. La hornacina central acoge una imagen de Jesús Nazareno, de Víctor González Gil de 1978 y a los lados son la Esperanza de Triana de 1978 y la de San Judas Tadeo, ésta de Talleres Granda de 1989, que recibe una gran devoción entre los madrileños.
Jesús Nazareno, de Víctor González Gil de 1978 y a los lados, la Esperanza de Triana de 1978 y la de San Judas Tadeo, ésta de Talleres Granda de 1989
En el machón de ingreso a esta capilla, sobre un fondo de madera oscura, se venera al Santísimo Cristo de las Penas de autor anónimo.
Capilla de San Antonio de Padua, "El Guindero". Con un retablo neogótico de Emilio Tudanca de 1962, coronado por una Inmaculada de la escuela sevillana. Lo preside el famoso lienzo de San Antonio "El Guindero", del siglo XVII y a sus lados las pinturas del mismo autor del retablo que representan escenas del milagro.
El apodo de "El Guindero" viene del siglo XVII, cuando subía por la Cuesta de la Vega un hortelano con su asno, cargado de guindas. Resbaló el animal y esparció por el suelo la carga, que apurado, intentó recoger el hortelano, no sin antes invocar a San Antonio. Acertó a pasar por aquel lugar un fraile, que le dijo: "no te aflijas, que yo te ayudaré a recogerlas", el rústico ofreció como pago una cesta de las mismas al monje, a lo que éste respondió: "Llevadlas a la iglesia de San Nicolás". Al día siguiente se acercó el hortelano a esta iglesia y allí le dijeron que no había más fraile que el que figuraba en un cuadro de San Antonio. Al acercarse al lienzo, el hortelano comprobó que la imagen era la del fraile que le había ayudado a recoger la fruta. Esta pintura comenzó a tener una profunda devoción por parte de los madrileños y en 1720 se fundó en la iglesia de San Nicolás de los Servitas, la Congregación, figurando en sus filas algunos de nuestros reyes. El cuadro pasó por diferentes iglesias y por último a la de San Luis, salvándose de incendio. Se escondió durante la Guerra Civil de 1936 y a mediados del siglo XX, se instaló definitivamente en Santa Cruz.
Lienzo de San Antonio "El Guindero", obra del siglo XVII
En la Capilla de la Virgen del Pilar, de Agustín Fernández de 1943, se encuentra un retablo neoclásico que imita mármol y lo preside en una hornacina una Virgen del Pilar de 1943, copia de la que se venera en la Basílica Zaragozana. A los lados, imágenes de Santiago Apóstol y Santa Lucía, de 1945.
Retablo gótico de madera sobredorada, con una pintura de la Virgen de Gracia, la patrona de Archidona (Málaga), obra de Antonio Burgos en 1959.
La última capilla del lado de la epístola, antes del crucero, se encuentra bajo el amparo de la Virgen de la O, que preside desde un retablo gótico. La titular es abogada de los sin hogar. Esta imagen procede de San Luis, salvándose del incendio.
A sus lados esculturas de San Sebastián, patrono de Huelva, y la Virgen del Rocío, patrona de Almonte, ambas realizadas en 1958. Debajo del retablo de Nuestra Señora de la O, hay una urna que encierra imagen de Nuestra Señora del Tránsito, considera anterior al siglo XV. De pequeñas dimensiones, representa la muerte de la Virgen. Perteneció a la Orden de los Templarios y traída a Madrid desde el convento de la Orden junto a Talavera de la Reina, fue deposita en la ermita de Santa Bárbara, cuidando de ella la beata Mariana de Jesús entre 1618 a 1628. Desde Diciembre de 1939 se encuentra en esta iglesia de Santa Cruz.
En la misma capilla, retablo gótico en madera sobredorada, que aloja un cuadro de la Virgen de la Cinta, patrona de Huelva, de J. Martín Estévez.
Altar con imagen de vestir de Nuestra Señora de las Nieves, patrona de Almagro (Ciudad Real).
Capilla del Santísimo, iluminada por una gran vidriera, que representa Los Desposorios de la Virgen y San José, cuyo boceto realizó Arturo Melida. El sagrario es de plata y de estilo neogótico, firmado por el platero Moratilla. A la izquierda y en caja de nogal con marquetería, un soberbio altorrelieve de la Virgen con el niño, considerado como del siglo XVI. También aquí se veneran las imágenes de los Sagrados Corazones de Jesús y de María de Fernández Andés, fechadas en 1940.
En el crucero del lado del Evangelio, se erigen tres altares modernos, que ostentan las tallas de Santa Marta, de Víctor de los Ríos de 1957, Milagrosa, de Santiago Lara de 1942 y del Santo Ángel de la Guarda, del siglo XIX, patrono de los Maceros del Ayuntamiento.
Vamos a destacar la talla del Santo Ángel de la Guarda, que fue salvado del incendio de la noche del 10 de diciembre de 1580, cuando se celebraba la victoria sobre Portugal, se dispusieron tantas luminarias en la Puerta de Guadalajara, que ardió esta. En esta puerta se encontraban las imágenes de Santa María y del Santo Ángel de la Guarda, que fueron salvadas y trasladadas a la iglesia de San Salvador. Posteriormente se hizo cargo de la imagen del Santo Ángel, el Ayuntamiento, que la entregó a los Maceros para que cuidasen de su culto, fundando los referidos una cofradía titulada del "Santo Ángel de la Guarda". Desde entonces, imagen y cofradía sufrieron un éxodo por diferentes iglesias de la Villa, hasta su definitivo acomodo en Santa Cruz en 1940, celebrándose su fiesta el 1 de marzo. La imagen original imagino que desaparecería como siempre, en el 36, aunque no os lo puedo asegurar.
Capilla de la Sagrada Familia, con un retablo de estilo barroco, con columnas salomónicas, de Francisco Palma Burgos, de 1943. El grupo de la Sagrada Familia es obra de Ricardo Pons, del mismo año.
Retablo barroco con esculturas de San Isidro y Santa María de la Cabeza. En el centro, pintura con la aparición de la Virgen de la Almudena a San Isidro. El conjunto es de Emilio Tudanca de 1963.
Dentro de una urna se venera una talla del Cristo yacente, llamado de la Vida Eterna, de Jacinto Higueras de 1941. El Cristo sustituye al primitivo de Pedro de Mena, desaparecido o quemado en?... efectivamente, en el 36.
En esta misma capilla se venera la imagen de Nuestra Señora de la Paz, realizada por Talleres Gallegos en 1960.
Retablo neogótico en madera bajo la advocación de la Virgen de los Dolores, de Casa Garín de 1942, en el que destaca la talla del Cristo de la Agonía y debajo la de Nuestra Señora de los Siete Dolores. Ambas son de 1945. La antigua imagen desapareció igualmente en 1936, teniendo un gran fervor popular, figurando entre sus congregantes varias personas reales.
Nuestra Señora de los Siete Dolores, imagen de vestir de 1945
Capilla de la Virgen del Carmen, con un retablo negótico de Agustín Fernández de 1942. La escultura que se encuentra en el retablo no es la titular primitiva y acoge bajo su protección a la Primitiva Congregación de la Purísima Concepción y rezo diario del Santísimo Escapulario de Nuestra Señora del Carmen. Esta cofradía fue fundada en 1745 en la iglesia de Montserrat, en la calle de San Bernardo. Por la expulsión de los monjes en el siglo pasado, fue trasladada a Santa Cruz.
Esta imagen, a los pocos días de acabar la Guerra Civil, un comisario comunicó al párroco la existencia de una imagen del Carmen y solicitó de él su reconocimiento como propiedad de la iglesia. El párroco después de verla dijo que no pertenecía a Santa Cruz, pero el comisario le rogó que se la llevase hasta que apareciese su propietario. Así lo hizo y nadie hasta la fecha la ha reclamado.
A sus lados, esculturas modernas de Santa Teresa y San Juan de la Cruz.
La Virgen de los Desamparados, patrona del reino de Valencia. Tanto el retablo como la imagen son de la Casa Garín, posteriores a 1940, ya que el retablo y la imagen primitiva se perdieron en la Guerra Civil. A los lados, esculturas de San Vicente Mártir y San Vicente Ferrer, ambas del siglo XX.
Copia de la Anunciación de Murillo del Museo del Prado, de principios del siglo XIX
Lienzo de la Aparición de la Virgen con santos valencianos: Vicente Ferrer, Luis Beltrán, Francisco de Borja y el obispo Valero, de la escuela valenciana del XVIII