Mostrando entradas con la etiqueta Monumentos estatuas y fuentes. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Monumentos estatuas y fuentes. Mostrar todas las entradas

sábado, 16 de octubre de 2010

Plaza del Dos de Mayo III: Monumento a Daoíz y Velarde



El Monumento a Daoíz y Velarde, se encuentra junto al Arco de Monteleón en mitad de la plaza del Dos de Mayo. Fue construido por José Solá en 1822 en Roma, en mármol blanco de Carrara, y el pedestal de Francisco Jareño, con las figuras de los héroes en actitud de prestarse mutuo juramento de morir por la patria. Ambos llevan una espada en la mano y un cañón se aloja detrás de ellos.
Mientras tiraba algunas fotos al monumento, a mi lado había dos chicos que hablaban entre ellos y uno le decía al otro: "Esta estatua es muy gay, con esos ricitos en el pelo, esas túnicas, marcando los muslos, mirándose y agarraditos de la mano"







En 1831 llegó el monumento a España y fue expuesto en el Museo del Prado, donde estuvo casi 15 años.






Estamos ante el monumento más viajero de todos los de la capital. Se ha movido tanto de sitio, que solo le falta estar en la Puerta del Sol. Fue Fernando VII el que promovió el proyecto y fue pagado por el Cuerpo de Artillería.
El monumento pasó del Museo del Prado, al Parterre del Parque del Retiro, luego fue trasladado al Museo de Escultura y en 1869 se colocó en la Era del Mico, lo que es hoy la calle Carranza, al final de la calle de Ruíz. Si nos fijamos en la fotografía siguiente, veréis al fondo la estatua en lo que hoy es la calle Carranza.





Después en 1879 volvieron al Museo del Prado, pero a un sitio privilegiado... la fachada principal, el lugar que ocupa hoy el monumento a Velázquez.





De nuevo vuelve a moverse en 1901 para ir hasta Moncloa, donde permanece 30 años




y en 1932, es colocado en la Plaza del Dos de Mayo a unos metros del Arco de Monteleón en un foso redondo con verja.





Acabada la guerra, el monumento es trasladado más cerca del Arco en donde permanece hasta nuestros días. El pedestal ya no es el original y no sé en qué momento se perdió o por lo menos esa es la conclusión que yo saco viendo las fotos antiguas y recordando mi niñez cuando era blanco y ahora podemos verlo de otra forma y de granito gris. La verja que rodea el monumento es también otra moderna.





Actualmente no contiene ninguna de las dos espadas que sujetan Luis Daoíz y Pedro Velarde, ya que después de restaurarlas varias veces, siempre acaban por desaparecer y en su lugar a menudo podemos contemplar algunos cascos de botellas de cerveza, así son de graciosos los visitantes a nuestro barrio.


Enlaces relacionados:

Plaza del Dos de Mayo I: el antes

Plaza del Dos de Mayo II: el después

Recreación de la defensa del Parque de Monteleón

martes, 21 de septiembre de 2010

Fuente de la Cibeles



La Fuente de la Cibeles, representa a la fecunda deidad, hija del cielo y de la tierra y hermana de Saturno. La diosa tiene una corona mural y está reclinada en el carro del que tiran dos leones. El diseño fue de Ventura Rodríguez, y es la primera de las tres fuentes monumentales que proyectó para el Salón del Prado, a instancias del rey Carlos III. Está construida con mármol de Montesclaros (Toledo) y piedra de Redueña (Madrid), por Francisco Gutiérrez, que hizo la estatua de la diosa, Roberto Michel, que labró los leones y Miguel Ximénez el que la adornó.
La Fuente estuvo en sus orígenes, situada junto al Palacio de Buenavista, y mirando a la de Neptuno y en aquéllos momentos, la Plaza donde está ubicada, se llamó "Plaza de Madrid".


La Fuente de Cibeles en su ubicación original al lado del Palacio de Buenavista



En aquellos momentos la Fuente estaba a un lado de la Plaza y mirando hacia Neptuno



Habría que esperar hasta 1900, para que el nombre se cambiara a "Plaza de Castelar". Lo curioso de esta Plaza, que muchos no conocen, es que de los cuatro edificios que la forman, cada uno pertenece a un barrio distinto.

El proyecto se realizó entre 1777 y 1782, y la Fuente estaba destinada para los jardines del Palacio de la Granja de San Ildefonso en Segovia, pero una vez que se empezó a remodelar el Salón del Prado, la Fuente fue colocada en la Plaza, aunque no empezó a funcionar hasta 1792. Durante más de 100 años, la Cibeles estuvo ubicada junto al Palacio de Buenavista y mirando a Neptuno, hasta que en 1895, en medio de una gran polémica entre el Ayuntamiento y las Bellas Artes de San Fernando, la Fuente fue trasladada al centro de la Plaza.

La Fuente en su ubicación definitiva, mirando hacia Alcalá y en el centro de la Plaza








Pero pasemos a describir un poco la Fuente:



La diosa está sentada en un carro sobre unas rocas, que se elevan en medio de un pilón redondo. Lleva en sus manos un cetro y una llave y en el pedestal hay un mascarón que eleva agua por encima de los leones, hasta llegar al pilón. También hay una rana y una culebra que muy pocos conocen. Los dos leones que tiran del carro, representan a personajes mitológicos: Hipómenes y Atalanta, convertidos en leones de piedra por Zeus, que les pilló haciendo el amor en uno de sus templos, y por eso, Cibeles los puso a tirar de su carro para mantenerlos siempre juntos. Otra leyenda cuenta que fue la propia Cibeles quién les convirtió en leones de piedra por haber hecho el amor en uno de los templos sagrados de la diosa.




La Fuente de Cibeles, la conocemos hoy como un monumento artístico, pero en sus comienzos, fue de utilidad para los madrileños, ya que tenía dos caños de los que se podía coger agua hasta 1862. En uno de ellos, los aguadores oficiales y del otro, todo el público. Del pilón bebían los caballos. Además, hemos de comentar, que eran de muy difícil acceso para recoger el agua, ya que los caños se encontraban donde hoy en día están los surtidores y por eso el Ayuntamiento decidió cambiar los caños, por dos figuras simbólicas que representaban un oso y un lagarto mitológico (grifo), que además se colocaron mucho más accesibles para el público.
En 1895, cuando se la situó en el centro de la Plaza, se le puso una verja alrededor para evitar el acceso a la fuente, subiéndola de altura. La verja duró poco tiempo y se volvió a quitar. En aquél momento, la mayoría de la gente ya tenía agua potable en sus casas y la función que daba la Fuente, no tenía utilidad, con lo cual se aprovechó para quitar el oso y el grifo. Fue el momento en que se le añadieron los famosos "Amorcillos" en la trasera de la Fuente, por los escultores Miguel Ángel Trilles y Antonio Parera. Uno sujeta una ánfora que echa agua y el otro una caracola.





A mediados del siglo XX, la fuente fue remodelada de nuevo, momento en que se la añadieron nuevos surtidores, cascadas y la iluminación nocturna.






El 18 de Junio de 1986, Emilio Butragueño, jugador del Real Madrid, marcó cuatro goles en la Copa Mundial de Fútbol de 1986 en México, cuando jugaba contra Dinamarca en la eliminatoria de octavos de final. Decenas de personas se concentraron a los pies de la diosa Cibeles, y estando muy cerca las elecciones generales que se celebrarían ese año, se oyeron los gritos de "oa, oa, oa... Butragueño a la Moncloa". Fue el comienzo de la tradición de que el Real Madrid, celebrara sus victorias y sus títulos en la diosa Cibeles, que ya va para 24 años. Al principio todo el mundo se encaramaba a la Fuente, pero hace ya algunos años, que solamente el capitán del equipo, subirá a poner la bufanda a la diosa, mediante una pasarela. Esto está firmado en un acuerdo entre el Ayuntamiento y el Real Madrid.
También hemos de comentar, que la diosa ha sido víctima de la barbarie callejera, y en dos ocasiones, le mutilaron y robaron una mano. La primera vez apareció, pero la segunda, hubo que construir una nueva que ya no es la original.

La Diosa Cibeles sigue ahí, en mitad de la Plaza que lleva su nombre desde después de la guerra, y mirando hacia Sol, donde empiezan todos los caminos de Madrid. Rodeada de cuatro magníficos edificios representativos de la ciudad, como son, el Palacio de Buenavista (cuartel General del Ejército), el Banco de España, el Palacio de Linares (Casa de América) y el Palacio de Correos y Comunicaciones (Ayuntamiento de Madrid), (edificios que iremos viendo uno a uno en otros artículos en este blog) y muy cerca de sus colegas Apolo y Neptuno. La Cibeles ha sido, es y será... uno de los grandes símbolos de Madrid.




La Fuente resguardada durante la guerra, para su protección








Fuente de las fotos antiguas: VIEJO-MADRID Y URBANITY

sábado, 11 de septiembre de 2010

Monumento ecuestre a Felipe III



En 1847, gracias a la intervención de Mesonero Romanos, la Plaza Mayor se ornó en su centro con la estatua de Felipe III, obra del siglo XVII, de los escultores Juan de Bolonia y Pietro Tacca, antes instalada, desde 1616, en la entrada de la Casa de Campo. La estatua tiene la siguiente leyenda: "La reina doña Isabel II, a solicitud del Ayuntamiento de Madrid, mandó colocar en este sitio la estatua del señor rey don Felipe III, hijo de esta villa, que restituyó a ella la corte en 1606, y en 1619 hizo construir esta Plaza Mayor. Año de 1848".


Fue regalada al monarca por el gran duque de Florencia, Cosme de Médicis y traída a España desde Florencia por Antonio Guidi, cuñado de Tacca.



Estatua de Felipe III, obra del siglo XVII realizada por Juan de Bolonia y Pietro Tacca

jueves, 9 de septiembre de 2010

Fuente de Juan de Villanueva



La fuente de Juan de Villanueva, se encuentra en el Paseo de Camoens del Parque del Oeste y se construyó para conmemorar el centenario de la muerte del arquitecto Juan de Villanueva. El proyecto que salió a concurso público, fue ganado por los arquitectos Victor d'Ors y Manuel Ambrós, y esculpida por el escultor Santiago Costa.
En su inauguración, en 1952, se instaló en la Glorieta de San Vicente, donde estuvo hasta mayo de 1995, que se trasladó al sitio donde se ubica actualmente. Pero en su traslado, perdió parte del monumento. La fuente tenía en el pilón tres grupos de esculturas que representaban tres temas madrileños, El Madrid de San Isidro, el Madrid artesano y el Madrid capital. Uno de ellos se encuentra en el Retiro, el que representaba al Madrid de San Isidro, otra parte del segundo, está en el Parque de la Dalieda de San Francisco y los demás no tengo ni idea, aunque creo que seguirá en el taller de Cantería de la Casa de Campo, o lo que es lo mismo, la Casilla de la Casa de Campo, de donde salen muchos de los monumentos, estatuas, fuentes y bordillos de las aceras de las que podemos observar por la ciudad.

Fuente de Juan de Villanueva



La estatua está construida en granito y el interior es de hormigón, imitando a los estilos arquitectónicos que utilizó Villanueva, dórico, jónico y corintio, de los que podemos observar en el trazado de la fuente, diversas columnas en su estructura, imitando esos estilos. También contiene unos relieves con forma de medallones, representando las distintas obras del arquitecto.


Surtidor y taza superior de la fuente



taza central, donde podemos ver las columnas dóricas y corintias








Curiosamente, nos encontramos ante una fuente que no tiene nombre y que la conocemos por el arquitecto al que fue dedicada. La fuente, es digna de verse en todo su esplendor. El agua que fluye desde los 22 metros de altura, cae a la taza de la parte superior, para verterse a otra taza mucho más grande en la parte central, que a su vez se vierte al pilón central en la parte inferior de la fuente. El efecto es espectacular, la caída del agua no deja ver la estructura de la fuente, cuando está en funcionamiento, solo se ven dos cascadas redondas de agua cayendo y con las corrientes de aire y el viento, el agua salpica todo el entorno, no dejando a ningún coche que pase por la Glorieta, a salvo de salir empapado mientras giran por ella. Pero hace ya un tiempo que los chorros superiores se han cortado al mínimo para no empapar la calzada, que supongo que será por el invierno y para que no se hiele el agua que queda por el suelo, y la espectacular caída ha desaparecido, dejando en su lugar una discreta caída de agua. La fuente iluminada por la noche es muy bonita y es una pena que muchos madrileños desconozcan este gran monumento que dedicado al gran Villanueva, perdura en nuestra ciudad.


La fuente sin nombre, dedicada al gran arquitecto del edificio del Museo del Prado

sábado, 4 de septiembre de 2010

Monumento del Ángel Caído



A 666 metros a nivel del mar, se encuentra en el Retiro, la fuente, estatua o monumento del Ángel Caído. Dicen que es la única estatua en el mundo dedicada a Lucifer, pero eso no es cierto, ya que existen muchas otras en otros lugares del planeta, basta con navegar un rato por internet para comprobarlo. Lo cierto es que la glorieta del Ángel Caído, ha sido medida por la Red Oficial de Gerencia y Urbanismo de Madrid, dejando constancia de la exactitud de los 666 metros. Pero yo no podía escribir este artículo sin comprobarlo, así que el que quiera hacerlo también, es tan fácil como llevar un GPS a dicha glorieta del Retiro y comprobará in-situ el número de la bestia. Curioso es saber que en la época que fue construido, no existían mecanismos técnicos que midieran esa altitud tan exacta, con lo que tenemos que dejar al azar y la casualidad, la coincidencia del número del diablo. Pero también es justo mencionar que toda esa zona de Madrid, se haya en torno a los 667 metros, con lo que dejamos la casualidad un poco más en "causalidad".



Lo cierto, es que la estatua es bella como pocas y no deja indiferente a nadie. Sobre un tronco de madera, se apoya contorsionada la bella figura de Lucifer con uno de sus pies sobre unas rocas, el ángel más bello y hermoso que por desafiar y desobedecer a dios, cayó del paraíso a la tierra y con un gesto de espanto, desesperación y consternación, mira hacia el cielo convertido en Satanás, despechado, con odio y gran soberbia por haber sido vencido y arrojado del Paraíso a los abismos del mal.
Con un cuerpo perfecto y sus alas extendidas, lleva el brazo izquierdo hasta la cabeza, mientras que las serpientes rodean su brazo derecho y sus piernas.









Para muchos es la estatua más bella de toda la ciudad. Estatua en la que en los años 30 y 40, se reunían a su alrededor sectas satánicas, akelarres y otros actos esotéricos, y hasta hubo un tiempo en que llegó a peligrar su existencia por ese motivo, llegándose a plantear su retirada del Retiro. La policía tuvo que actuar y vigilar el lugar para evitar esas reuniones nocturnas y nuestro Ángel llegó hasta nuestros días, en el mismo sitio en el que se inauguró. A pesar del mal rollo que creó la estatua entre la sociedad de la época y algunos representantes de la iglesia, nadie pudo impedir que se pusiera, ni siquiera la iglesia, que al final no puso ningún impedimento, y es que en su momento ya se pronunció diciendo que la estatua no representaba al diablo en sí, y que el Ángel Caído era un pasaje de la biblia.








Pero sepamos más sobre el monumento...
Fue el duque Fernán Nuñez el creador del proyecto del Ángel Caído que incluso donó 11.000 duros para su realización. El escultor madrileño Ricardo Bellver construye la obra en yeso, inspirado en la obra de Milton "el Paraíso perdido", con motivo de la Exposición Nacional de Bellas Artes en 1877, ganando el primer premio de dicha exposición. El Estado adquirió la obra y decidió presentarla al año siguiente a la Exposición Universal de París. En dicha Exposición solo se admitían obras en mármol y bronce, con lo que la estatua se fundió en bronce para enviarla a París y más tarde se destruyó el molde de yeso. Una vez acabada la exposición fue expuesta en el Museo Nacional. En 1879, el director del Museo, Benito Soriano Murillo, quiso exponer la estatua públicamente, diciendo que debería estar expuesta al aire libre para contemplación de todo el mundo dada su originalidad y material del que estaba hecha, no debía estar en una sala cerrada, sino en un sitio público al aire libre, donde el espacio y el horizonte remalcase su belleza artística visual. La petición tuvo sus frutos y la estatua fue donada al Ayuntamiento para ser expuesta al aire libre tal y como quiso el director. El lugar elegido sería el solar de los Jardines del Buen Retiro que ocupara la ermita de San Antonio Abad y que una vez derribada, se construiría por orden de Carlos III, la antigua Fábrica de Porcelanas de la China, destruida en la invasión francesa.






El arquitecto Francisco Jareño sería el encargado de diseñar el pedestal donde se alojaría la escultura de Bellver. La base consistió en un pedestal octogonal, con caras de diablos en cada lado, que sujetan peces, lagartos y serpientes, con tres surtidores cada cara y alojado en una fuente con pilón, todo construido en granito, piedra y bronce. Todo el conjunto está rodeado por parterre.





Hoy en día, en la glorieta del Ángel Caído, confluyen los paseos del Duque de Fernán Nuñez, el de Cuba y el de Uruguay.

Lucifer, nombre que significa "el que da luz", "el más brillante del cielo", "hijo del lucero del alba y de la Aurora". Pero en su caída se convirtió en Satanás o Diablo, que significa "el Opositor", "el calumniador, "el acusador", "el adversario", "el enemigo"... y paradojas del destino que se quedó a vivir en Madrid, en el Retiro. Al fin y al cabo, como ya sabéis que "De Madrid al cielo... y un agujero para verlo", pues que mejor lugar para estar vigilado desde arriba, que nuestra ciudad. Si alguien quiere, no hace falta que vaya hasta el infierno, puede venir al Retiro a visitar el Ángel que por desobediencia y envidia, se convirtió en estatua de bronce para quedarse a vivir aquí, por ser el mejor sitio que se vigila desde el cielo.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Templo de Debod



Salvado de las aguas de la Presa de Asuán, el Templo de Debod se encuentra en la montaña del Príncipe Pío, en lo que fue el solar del Cuartel de la Montaña. Es uno de los poquitos templos egipcios completos que se pueden admirar fuera de Egipto y desde luego, único en España.
Cuando se trasladó a España, se situó de manera que conservase la misma orientación que en su lugar de origen, de este a oeste. Fue desmontado en Egipto y montado de nuevo en Madrid, piedra a piedra, en un trabajo dificilísimo, donde se aprovechó para reconstruir algunas zonas con piedra blanca traída de Salamanca y que era de distinto color a la original del Nilo, esto se hizo así para poder distinguir la parte antigua, de la parte reconstruida.





El Templo de Debod fue un regalo que Egipto hizo a España en el año 1968, en compensación por la ayuda española, tras el llamamiento internacional realizado por la UNESCO para salvar los templos de Nubia, principalmente el de Abu Simbel, en peligro de desaparición debido a la construcción de la presa de Asuán. Egipto donó cuatro de los templos salvados a distintas naciones colaboradoras: Dendur a los Estados Unidos (se encuentra actualmente en el Museo Metropolitano de Nueva York), Ellesiya a Italia, Taffa a Holanda y Debod a España.
Algunos templos se quedaron sepultados para siempre bajo las aguas. En la antigua y primera presa, antes de que se construyera la gran Presa de Asuán, el Templo de Debod estuvo durante nueve meses entre las aguas, pero no bajo ellas, motivo por el que perdió las policromías y relieves, pero antes de la construcción de la gran Presa, nuestro Templo fue salvado y mandado a Madrid desde el puerto de Alejandría.





Se construyó en el siglo IV antes de Cristo y tiene una antigüedad de unos 2200 años por el rey nubio Adijalamani de Meroe hacia 200-180 a. C., dedicado a Amón de Debod. Posee importantes añadidos de época ptolemaica y romano-imperial, por los Césares Augusto y Tiberio, época en que se dedicó a la adoración de Isis.
Actualmente podemos ver dos portales de los tres que tuvo, que marcan el eje monumental de la entrada al templo y que era la vía procesional desde el embarcadero al templo. Como aquí no tiene el río al pié de sus portales donde poner el embarcadero, se construyó un estanque poco profundo, para intentar dotar al Templo de la belleza que le daba el Nilo.























sábado, 21 de agosto de 2010

Obelisco a los héroes del dos de mayo



Estamos ante uno de los monumentos más olvidados y desconocidos de Madrid. Es curioso que este mismo monumento levantado en cualquier otra ciudad europea, sería centro de atención por parte de los turistas y vecinos, pero en la nuestra, además de desconocido, por si fuera poco, lo tenemos escondido dentro de un pequeño jardín entre unos frondosos árboles que no le dejan lucirse, (el mismo problema que tiene el Museo del Prado, que manía en esta ciudad de poner árboles delante de monumentos y donde tiene que haberlos, los quitan) una reja lo circunda, con lo cual, la única forma de verlo es rodeando la verja, para llegar al punto de partida, que ni siquiera desde la verja es posible contemplarlo en todo su esplendor.
En este mismo lugar, que hoy es la Plaza de la Lealtad, el general encargado de las tropas francesas, Joachim Murat, mandó fusilar a 48 madrileños. Fueron días muy difíciles para nuestra ciudad. Durante el 2 y el 3 de mayo, las tropas francesas se cebaron con el pueblo que se había levantado contra el ejército francés.
El monumento consta de una base, donde alberga una urna de piedra, donde reposan las cenizas de los madrileños fusilados, entre los que se encuentran Daoíz y Velarde, héroes de aquel levantamiento, por haber defendido el Cuartel de Monteleón, del que hablaremos cuando lleguemos al artículo de Malasaña.





Sobre el cuerpo de la base y a continuación de un medallón con las efigies de los mencionados Daoíz y Velarde, se encuentra otro cuerpo con esculturas que modeló el escultor Esteban de Ágreda y que representan la Constancia (Francisco Elías), el Valor (José Tomás), la Virtud (Sabino Medina) y el Patriotismo (Francisco Pérez).




y encima de todo ello, nos encontramos con el obelisco del cual no os puedo dar su altura, ya que según he leído en varios sitios, unos dicen que mide 29 metros, algunos que 34 y otros que 46, así que mientras no me coja un metro y vaya un día a medirlo, lo único que os puedo decir, es que está construido de granito común azulado de las canteras de Alpedrete, granito de color teja de Hoyo del Manzanares y piedra blanca de las canteras de Colmenar y que fue un proyecto con concurso público y suscripción popular, donde incluso trabajaron madrileños de calle anónimos, y que ganó el arquitecto Isidro González Velázquez, el cual presentó dos proyectos fuera de plazo, y que el primero se trataba de una pirámide y el segundo, este que ganó, con un obelisco.





En 1821 se colocó la primera piedra, pero por la vuelta de absolutismo a Madrid, se paró hasta que en 1836 se reemplende, inaugurado como no podía ser de otra forma, el 2 de mayo de 1840. En 1985, tras su restauración, el Rey Juan Carlos I reinauguró de nuevo el monumento y pasó a llamarse "Monumento a los caídos por España", colocándose una llama de gas que no se apaga nunca (salvo a principio de la década de los 90, cuando un corte de suministro al Ministerio de Defensa que estaba con déficit presupuestario, dejó sin combustible el monumento) y que así se equiparaba a otros monumentos en el mundo, donde se refleja la tumba al soldado desconocido. Comentaros también, que junto a este monumento, se encuentra el madroño más grande de la ciudad, del que hablaremos en otro artículo cuando nos refiramos a los madroños de Madrid.