sábado, 18 de abril de 2015

Puerta de Toledo



La Puerta de Toledo, fue mandada construir por Napoleón como un arco triunfal cuando arrebató el reino a Fernando VII, aunque en un principio iba dedicado a su hermano José Bonaparte. Pero quién le iba a decir al Emperador, que el gran arco triunfal que había proyectado para representar su triunfo contra el rey español, se volvería contra él, representando justo lo contrario, ya que el destino quiso que al final se convirtiera en un monumento triunfal en honor del rey Fernando VII y su triunfo contra Napoleón.

Esta es la tercera puerta de Toledo que se construye, ya que la primera data del siglo XV, y una segunda en el siglo XVII cuando se construyó la cerca de Felipe IV. Pero de estas puertas no sabemos apenas nada, así que vamos a centrarnos en la tercera y actual Puerta de Toledo, la última gran puerta monumental que se construyó en Madrid.

En sus cimientos, Pepe Botella mandó enterrar algunas monedas, calendarios, guías y constituciones de su reinado, pero en 1813, una vez expulsado el rey plazuelas, el Ayuntamiento constitucional de Madrid acordó continuar la obra con el fin de que fuera un símbolo de independencia contra los invasores franceses. Se extrajeron las reliquias enterradas para sustituirlas por el texto de la Constitución española, junto a medallas de Fernando VII, el mismo rey que luego hizo remover sus cimientos, al abolir la Constitución de 1812, y pasó de ser un monumento constitucional, a un monumento absolutista.

La puerta tiene similitud con la Puerta de Alcalá y está construida de granito, pero esta contiene solo tres vanos. Un gran arco central de medio punto y a los lados dos puertas adinteladas. La decoración consiste en medias columnas jónicas estriadas enmarcando el arco central y pilastras del mismo estilo enmarcan las puertas laterales.





Sobre el arco central, se encuentra un gran ático que expresa el predominio de la cabeza sobre el cuerpo, donde se encuentra el grupo escultórico de José Ginés que representa la alegoría de España portando el escudo de Madrid y al lado, la personificación de las Artes con una matrona que simboliza las provincias. Completa el grupo, un león que representa el poder monárquico y distintos trofeos militares.
El proyecto fue del arquitecto don Antonio López Aguado, y la parte escultórica de José Ginés, que fue ejecutada en piedra por Ramón Barba y Valeriano Salvatierra.









Hay dos cartelas: una en latín y otra en castellano, que dicen: "A Fernando VII el Deseado, padre de la Patria, restituído a sus pueblos, esterminada la usurpación francesa, el Ayuntamiento de Madrid consagró este monumento de fidelidad, triunfo y alegría. Año de 1827"
En las revoluciones de 1854 y 1868 se destruyeron estas inscripciones, que han sido modernamente rehechas.





Veamos unas fotos antiguas en donde la Puerta se usaba como tal, y por debajo de sus arcos pasaban transeúntes, carros, caballos y tranvías, teniendo los arcos sus puertas que cerraban el acceso de la cerca. (Fotos de Urbanity)










Como anécdota contaremos que desde que se construyó el túnel que pasa por debajo del monumento, el arco central de la puerta se encuentra deformado al haber cedido parte del terreno, aunque no es perceptible a primera vista.
Es una lástima que una puerta tan maravillosa y grandiosa como esta, se encuentre rodeada de edificaciones sin ningún interés y ningún valor estético. La Puerta fue construida pensando en una entrada monumental desde el camino de Andalucía y Toledo, cuadrada con el eje del magnífico puente de Toledo de Pedro de Ribera y esa increíble vista desde esa zona inferior en altura, perfilándose la Puerta en lo alto del camino de Toledo.




Para rematar el conjunto, se pensó en una grandiosa remodelación de la zona urbanística que rodea a la Puerta y que nunca se realizó. Por tanto, este gran monumento neoclásico, sobrio y grandioso, se encuentra alejado del resto de grandes edificaciones de la época, y la plaza quedó en un cruce de caminos, que no hace honor a la Puerta y que merecería un marco mucho más digno que en el que se encuentra. Una lástima que no haya habido todavía ningún cargo que se encargue de dar a esta Puerta el reconocimiento que merece. Puestos a imaginar... que fama tendría esta Puerta, si hubiera estado en la glorieta de Atocha, por ejemplo??, entre el Jardín Botánico, el edificio del Reina Sofía, el Ministerio de Agricultura, la marquesina de la Estación de Atocha y el Observatorio astronómico en lo alto de la Cuesta Moyano. Seguro que tendría el rango que merece, verdad?.


2 comentarios:

vicente moreno saenz dijo...

Ahhh, la puerta de toledo, visita inexcusable, cuando visito Madrid, me gusta dar un paseito por el rastro y contemplar un ratito la puerta de Toledo, ahora con tu información la disfrutare un poco mas.
Un abrazo.

David dijo...

Hola interesante artículo, pero no estoy de acuerdo con el comentario de que la puerta está rodeada de edificios sin interés. Creo que la biblioteca pública Pedro Salinas y el edificio de servicios al otro lado dela calle Toledo, ambos de Eduardo Navarro Baldeweg suponen un magnifico ejemplo de arquitectura contemporánea que enmarcan dignamente la puerta. No hay que olvidarse tampoco del antiguo mercado de pescados hoy en día ocupado por la Univesidad Carlos III que también tiene interés como ejemplo de arquitectura modernista en Madrid. También quería discrepar con la supuesta deformación producida en el arco por el paso subterráneo. Si se observan las fotos antiguas incluso las del siglo 19, se ve como las piedras de encima del arco central están movidas, seguramente por un asiento del terreno producido poco después de su construcción dado el descomunal peso del conjunto.

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