viernes, 19 de febrero de 2010

Basílica de la Virgen Milagrosa



La Basílica de la Virgen Milagrosa, pertenece a la congregación de los Padres Paúles de Madrid. Estos tuvieron en Madrid su primera residencia en la calle Barquillo, hasta la desamortización de Mendizábal en 1836, luego estuvieron en la calle Leganitos hasta 1868 y más tarde, en vista de que se habían quedado pequeñas sus capillas, se decide levantar un templo de grandes proporciones en honor a San Vicente de Paúl. El proyecto sería de Juan Baustista Lázaro, arquitecto leonés, que había trabajado con Aparici y Madrazo en construcciones neogóticas y que más tarde en sus trabajos en Toledo, incorporó al estilo mudéjar.


fachada gótico-mudéjar de la basílica



El edificio está construido de ladrillo, de planta basilical, tiene tres naves sin crucero, siendo la nave central de más altura y divididas en tramos con doce columnas y con girola poligonal, siendo inaugurada en 1904.



interior de la iglesia con la monumental vista de la nave central







vista exterior de la girola poligonal



La fachada es de estilo mudéjar con elementos góticos, o lo que es igual, de gótico-mudéjar, con una portada que consiste en un solo arco ojival con tímpano, el cual tiene un mosaico de 1975 de la Casa Santarrufina de Madrid. Anterior a este mosaico, había una cerámica de Daniel de Zuloaga.




En el segundo cuerpo se encuentra un rosetón, remata la fachada un frontón con cruz. El cuerpo central está flanqueado por dos torres cuadradas hasta el frontón, donde toman forma octogonal y acaban en agujas piramidales.






torres que flanquean el cuerpo de la fachada




En el interior de la iglesia podemos observar en la cabecera, la imagen de la Virgen Milagrosa, que se encontraba hace años en una capilla lateral, mientras que la imagen que ocupaba el retablo, era la de San Vicente de Paúl. En el momento que se nombra el templo como Basílica menor, se construye un nuevo retablo neogótico dorado de tres cuerpos. Pero en 1936 el templo quedó arrasado, quemándose todas las imágenes y el retablo, todo quedó destruido por el fuego y lo que no, saqueado, además de asesinar a 15 religiosos y quedando el edificio como cine provisional durante toda la guerra. La imagen de la Virgen Milagrosa fue estrella de excepción, siendo quemada a las puertas de la Basílica. Terminada la guerra, los Padres Paúles carecían de dinero para reconstruir nada y tuvieron que alquilar la huerta, la mitad del edificio y así poner un Calvario de escayola, una imagen de San José y otra de San Vicente de Paúl. Más tarde, en una hornacina de la cabecera, se pudo colocar la imagen de la Milagrosa, esculpida por el mismo autor que la anterior, Claudio Rius.






imagen de la Milagrosa, obra de Claudio Rius, dentro de la hornacina camarín, construido por los talleres Granda



Fue declarada Basílica menor por Pío XI el 28 de julio de 1923.




vista de la basílica desde la calle García de Paredes



arcos ojivales y vidrieras



vidrieras de la Casa Maumejean, inspiradas en las de la Catedral de León




órgano del templo, obra de Ricardo Rodríguez. Suelen darse conciertos habitualmente



templo con planta basilical, sin crucero y sin cúpula



jueves, 11 de febrero de 2010

Iglesia de San Ildefonso



La iglesia de San Ildefonso, se encuentra en la plaza del mismo nombre, al comienzo de la calle de Colón y a un lado de la calle Corredera Alta de San Pablo, en pleno barrio de Malasaña. Esta iglesia ha sufrido toda clase de penurias desde su construcción. Se construyó en 1629, como templo destinado a San Martín, filial al Convento Benedictino del mismo nombre en la Plaza de las Descalzas. En 1635, ya nos aparece como iglesia de las Capuchinas, aunque sigue perteneciendo a San Martín. Era un gran templo de tres naves, con planta basilical, que ocupaba todo lo que hoy es la plaza aneja. En 1809, llegó José Bonaparte y su afán de tirarlo todo, y derribó el templo para hacer una de sus ansiadas plazas. Por cierto, que algún día haremos un artículo sobre Pepe botella o el rey Plazuelas, porque a pesar de todo, José Bonaparte, fue un buen rey, además de ser muy culto e inteligente, pero Madrid estaba muy dolido con lo ocurrido en 1808, pero eso será en otra ocasión. Sigamos con el templo que nos ocupa.
En 1827, se volvió a levantar el templo, que es el que hoy conocemos, proyecto del arquitecto Antonio Cuervo, pero en 1832, nuestro templo sufrió un incendio que la dejó casi destruida por completo. Restaurada posteriormente, hubo que recortarle los pies, que fue donde sufrió más con el incendio, con lo que hubo que diseñar una nueva fachada. Aquí, desde luego que ahí se lucieron, porque la fachada del templo, no puede ser más normalita y feílla. Durante la guerra, convertida en un almacén de víveres, volvió a sufrir grandes destrozos e incendios, y no quedó apenas nada del proyecto original de Cuervo, pero muchas de las imágenes habían sido guardadas por algunos feligreses en sus casas y gracias a ello, se conservaron hasta nuestros días.
En 1952, se restauró y remodeló totalmente la iglesia, revistiendo las torres de losetas, y quitando el enfoscado de las fachadas.

El exterior consta de un cuerpo central, flanqueada por dos torres achatadas, rematadas con tejadillos con campanarios de balcones enrejados. En la mitad de la fachada, sobresale su único ornamento, un óculo con un octograma, que sirve de vidriera rosetón al templo. En la torre derecha, se encuentra un reloj.

reloj en la torre derecha de la fachada




Con planta de cruz griega, el interior de la iglesia, es bastante más interesante de lo que en un principio nos hace creer el exterior y enseguida nos damos cuenta que el itinerario habrá merecido la pena.




interior de la iglesia









vista del presbiterio y la bóveda del ábside








En el retablo, de estilo neoclásico, se encuentra enmarcado el relieve que representa la imposición de la casulla a San Ildefonso, atribuido a Gaspar Becerra, del siglo XVII. De lejos queda hasta bonito, pero de cerca, a mí particularmente, no me gusta nada, y la restauración exagerada menos. Dicha restauración corrió a cargo de Mariano Bellver en 1861 y el dorado al maestro Isidro. A los lados en el presbiterio, dos tribunas estilo imperio.

retablo neoclásico con dos gigantescas columnas corintias que enmarcan el relieve atribuido quizás a Gaspar Becerra, que representa la imposición de la casulla a San Ildefonso, restaurado por Mariano Bellver








En el lado de la Epístola, nos encontramos con dos esculturas de Francisco Vergara el Mozo, una a los pies de la nave y otra al final. La del comienzo es de San Antonio de Padua y la del final, San José, que algunos cronistas no la atribuyen a Vergara y yo tampoco doy crédito a ese dato, sinceramente no me parece en absoluto de Vergara. Acostumbrados a verle con el niño en un brazo, aquí le vemos con el niño más crecidito y de la mano.

San Antonio de Padua, obra de Francisco Vergara "el Mozo"



escultura de San José, obra atribuida por algunos a Vergara "el Mozo"




Cerca de San Antonio de Padua, hay un cristo crucificado, talla del siglo XX, el Cristo de la Providencia. No veo la escultura equilibrada, no sé... le veo las piernas demasiado cortas.

El Cristo de la Providencia, talla del siglo XX




A mitad de la nave, en un retablo neoclásico, un altar cerrado con cristal, dedicado al Santísimo Cristo de la Misericordia, que comparte altar con la imagen de la Virgen de la Soledad. El Cristo, una impresionante y bellísima talla del siglo XVII, es anónimo, mientras que la imagen de la Virgen, es una talla más reciente, del XIX. Solo por ver la talla de este Cristo, la visita, habrá merecido la pena.

retablo neoclásico con el Santísimo Cristo de la Misericordia y la Virgen de la Soledad





La preciosísima imagen del Santísimo Cristo de la Misericordia, talla del siglo XVII





La cúpula, como ya dijo Pedro de Répide, parece un cascarón colocado encima, a lo que yo añado que parece también, la tapa de un huevo kinder y creo recordar que alguna vez tuve una ensaladera igual, con ese mismo dibujo en el borde, y está sobre pechinas, pintadas con los cuatro evangelistas.

la sosísima cúpula y pechinas pintadas con los cuatro evangelistas



Una placa en la iglesia, nos recuerda que en este templo se casó Rosalía de Castro con Manuel Murguía en 1858.

San Ildefonso vista desde la plaza del mismo nombre






POR FAVOR, BASTA YA!




miércoles, 10 de febrero de 2010

Monumento a los Saineteros (o a los chisperos)



El monumento a los chisperos, un grupo escultórico ejecutado por Lorenzo Coullaut-Valera (el mismo que hizo el monumento a Cervantes de la Plaza de España), se encuentra en la calle Luchana, en la desembocadura de la calle Manuel Silvela y haciendo esquina con Francisco de Rojas y es un homenaje en honor de los saineteros madrileños.
Qué curioso, una plaza que no tiene nombre, mira que hay plazas pequeñas en Madrid, pero esta, que incluso es bastante más grande que muchas otras, permanece innombrable, así que nos referiremos a ella como esa parte ajardinada de la calle Luchana.

cuatro vistas distintas del grupo arquitectónico superior. Una Manola, un chispero y una pareja típica












Sobre un pedestal, aparecen dos parejas típicas del Madrid del siglo XVIII y XIX.
Adosados al pedestal, se encuentran los bustos de Ramón de la Cruz y Ricardo de la Vega representando el sainete, y de Chueca y Barbieri, en representación de los que llevaron a la escena las costumbres típicas del pueblo madrileño que se escribieron en sainetes. En la parte inferior del monumento, se encuentran representadas en relieves, cuatro escenas típicas.

pedestal del monumento



bustos de Ricardo de la Vega y Barbieri, en el otro lado se encuentran los de Ramón de la Cruz y Barbieri



uno de los cuatro relieves de escenas típicas de sainetes. En este que enseñamos: Las castañeras picadas




Fuente de esta foto: ABC
11 de Agosto de 1910 en ABC, Coullaut-Valera, enseña el monumento al alcalde de Madrid Francos Rodríguez



Placa del monumento


La placa dice textualmente:



Ayuntamiento de Madrid
MONUMENTO
A LOS SAINETEROS MADRILEÑOS
OBRA DE LORENZO COULLAUT-VALERA
AÑO 1913
LOS BUSTOS REPRESENTAN A RAMÓN DE LA CRUZ,
RICARDO DE LA VEGA, CHUECA Y BARBIERI.
LOS BAJOS RELIEVES ESCENIFICAN OBRAS DEL GÉNERO.
CORONA EL MONUMENTO UN GRUPO FORMADO
POR CHISPERO, MANOLA Y UNA PAREJA TÍPICA
DEL MADRID CASTIZO DEL SIGLO XIX.



.

martes, 9 de febrero de 2010

Iglesia de las religiosas de Maria Inmaculada (Casa Madre)



En 1907, el arquitecto Daniel Zabala, en unos jardines interiores de la calle Fuencarral, construyó una capilla con cripta que se unía mediante unas pasarelas a dos palacios. Uno era un palacete pequeño, y el contiguo, era el palacio, que Martín López Aguado había construido en 1853 para el Conde Vistahermosa, que daba a la calle de Fuencarral, Divino Pastor y llegaba hasta la calle San Andrés. Una vez comprados los dos palacios, se estableció la Casa Madre, de las Religiosas de María Inmaculada, del Servicio Doméstico, una Institución que acogía jóvenes y las instruía para trabajar en el servicio doméstico y educaban en la doctrina cristiana. Este palacio había sido habitado por el duque de Montpensier, D. Antonio de Orleans, cuñado de Isabel II y que una vez salió triunfante de la revolución de septiembre, creyó que tenía todas las probabilidades de hacerse con el trono de España. Un desafío a duelo con el Infante Don Enrique, en el campo de las Ventas de Alcorcón, acabaron con todas las esperanzas del duque y sus sueños acabaron del mismo modo que acabó su vida. El palacio pasó a manos de Fermín Lasala, duque de Mandas, que llegó a ser Ministro, y en los salones de dicho palacio se hicieron reuniones donde asistieron todos los primates de la Restauración. En los jardines delanteros de este palacio, sería donde se levantase la iglesia que nos ocupa. En 1898, la Institución religiosa adquirió ambos palacios, encargando al arquitecto José Marañón, las obras de reforma y ampliación, para convertirlos en la sede del Colegio. Aquí fue cuando desapareció la imagen clasicista, rematada con torreones en las esquinas que tenía el palacio. Entre 1910 y 1915, en lo que eran los jardines delanteros, se levantó la actual iglesia neogótica haciendo chaflán entre Divino Pastor y Fuencarral, quedando el palacio encajonado detrás del nuevo edificio.







Con una fachada neogótica de dudoso gusto, a la que no sabemos si le falta una torre o si en el proyecto original le dejaron con una, se levanta esta iglesia de estilo neogótico donde estuvo el cuerpo incorrupto de su fundadora. Es una iglesia que para muchos pasa desapercibida, pero que por situarse muy cerca de mi casa, he pensado escribir este artículo para que el que no la conozca, pueda visitarla virtualmente.

vista de la portada en la fachada



balcón en la fachada neogótica





Interior del templo








El interior de la iglesia es la típica construcción neogótica, con nervaduras en sus bóvedas, arcos y ventanas ojivales y el típico blanco limpio que suelen dar de aspecto las iglesias que no son góticas de verdad. Desde luego, si en esta iglesia estuviera la piedra ennegrecida y envejecida y con los altares y ornamentos oscuros, y sus columnas no fueran corintias, podría dar el pego y pasar por gótico perfectamente. Es bastante bonita en su interior y bastante alta para lo pequeña que es. De las esculturas que contiene, ninguna es de mención importante.







arcos ojivales y bóveda con nervaduras en la nave central




El interior fue ornamentado con altares e imágenes, realizados en los talleres creados por el sacerdote asturiano, Félix Granda. El templo fue muy maltratado en la guerra, y en 1943, buena parte del interior fue restaurado por el mismo taller

pequeña nave lateral




interior del templo















En un altar lateral, bajo el ara, se conserva una réplica con el molde original de la cara hecho en cera de la santa navarra, fundadora de las Religiosas de María Inmaculada (Servicio Doméstico), beatificada por el papa Pío XII en 1950 y canonizada en 1975 por el Papa Pablo VI, madre Vicenta María López y Vicuña.