jueves, 5 de agosto de 2010

El árbol más viejo de Madrid



No tiene nada que ver con la familia de los cipreses, pero se le llama el "Ciprés Calvo". Este árbol es el más antiguo que se encuentra en Madrid y está en el Parque del Retiro. Va camino de los cuatrocientos años y cuentan que sirvió para que los franceses en su invasión a Madrid, se guardaran en sus ramajes, escondiendo allí los cañones con los que atacaban la ciudad. Sin duda alguna, es el árbol más valioso de la capital y fue traído según algunos, por Colón en su viaje a las Indias, otros que fue Cabeza de Vaca en uno de sus viajes a tierras exóticas y otros que incluso mantienen la leyenda de que era hijo del árbol donde lloró Hernán Cortés al perder no sé que batalla, pero la verdad es que no tenemos conocimiento exacto de su procedencia.
En aquella época en que estuvieron los franceses, el Retiro sufrió grandes daños por las tropas. Se talaron cientos de árboles, se abrieron zanjas en el suelo, se derrumbaron monumentos (no hay que olvidar que el árbol está en lo único que queda de los jardines de estilo francés del Palacio del Buen Retiro) y nuestro árbol tuvo la suerte de ser elegido por sus ramas ascendentes y frondosas, hecho también de que se le llame el árbol de los candelabros. Realmente es un Taxodium, otros le llaman ahuehuete (nombre original con el que le conocen los aztecas), aunque se le conoce por "Ciprés Calvo" por que en los países en donde habitan, no pierde la hoja, mientras que el del Retiro se ha acondicionado al clima de Madrid y cada otoño deja caer sus hojas que en esta época se vuelven rojas.
Cuando yo era muy joven, recuerdo que la persona que me lo enseñó por primera vez, me dijo: "ahí tienes el árbol más viejo de Madrid... un árbol prehistórico en el que algunos hechiceros se reunen por la noche para hacer sus conjuros". Yo recuerdo que me quedé con la palabra prehistórico y cada vez que lo veo desde entonces, no puedo evitar imaginarme a los dinosaurios comiendo las hojas de sus ramas. Y no sé que tendrá de cierto, pero el caso es que a principios de los años 90, después de encontrarse extrañas piedrecillas alineadas con formas extrañas y otras cosas raras, se decidió poner una reja alrededor de la base del tronco para protegerle de la cercanía de la gente y evitar los esporádicos rituales nocturnos.









Esta mañana me dí un paseo por el Parque y no pude evitar hacer unas fotos de este sobreviviente de hace casi cuatro siglos para que las veáis. Hay que decir que el árbol está en perfectas condiciones y esperemos que esté en la ciudad otros 1000 años más.




miércoles, 4 de agosto de 2010

Beatriz Galindo "La Latina"


Hace 475 años que moría Beatriz Galindo en Madrid. Apodada "La Latina" por ser la maestra de latín de Isabel la Católica y de sus hijos.
Beatriz Galindo fue una escritora y humanista, nació en Salamanca y fue una de las mujeres más cultas de su época, habiendo estudiado también teología y medicina. Estudió en la Universidad de Salamanca y enseguida mostró grandes dotes para el latín, no solo traduciendo y leyendo textos clásicos, sino que a los quince años era capaz de hablar perfectamente el latín. Su fama se fue corriendo por todo Salamanca y después por todo el reino, con le que pronto fue llamada a la Corte por la reina Isabel. Llegó a ser algo más que una simple profesora o preceptora, ya que la reina tenía muy en cuenta sus consejos. Madrid fue desde entonces el lugar de su residencia, fundando un convento y hospital en la calle Toledo con su marido, don Francisco Ramírez de Madrid "El Artillero", que murió en una acción de guerra dejando a Beatriz viuda a los veintiséis años de edad. Beatriz siguió al servicio de la reina hasta la muerte de ésta, en 1504.
Comenzó entonces la fundación del convento de la Concepción Jerónima, donde se retiró hasta el fin de sus días. En ese convento murió el 23 de noviembre de 1534 y allí fue enterrada, aunque no en el rico sepulcro plateresco que, gemelo al construido por su esposo se había preparado, sino en el coro del convento. Los bellos sepulcros con sus cuerpos yacentes en piedra, los vi en un par de ocasiones cuando estaban en el hall de la Hemeroteca Municipal en la Casa de Lujanes y eran una preciosidad. El último traslado de sus cenizas fue al convento de El Goloso, mientras que esos dos bellos sepulcros que nunca contuvieron ningún cuerpo, creo que se encuentran en el Museo Municipal, cosas que os aseguraré cuando vaya próximamente, ya que quiero hacer unas fotos a la maqueta de Gil de Palacios para un artículo en el blog. La portada gótica del hospital de La Latina se llevó a la Escuela de Arquitectura.
Madrid cuenta en la actualidad con bastantes cosas que recuerdan a la humanista. Un barrio entero donde se encuentra la zona de los Austrias más encantadora de la ciudad, una boca de metro, un teatro y todo un recuerdo para una de las mejores profesoras de latín que tuvo esta ciudad.

Fotografías de Salvador Amaya





Monumento a Beatriz Galindo en Navalcarnero. Esta preciosa escultura fue realizada por el artista madrileño Salvador Amaya en el 2006

martes, 3 de agosto de 2010

El Oso y el Madroño



La estatua es obra del escultor Antonio Navarro Santafé (1906-1983) y se inauguró en 1967. Fue promovida por la sección de Cultura del Ayuntamiento de Madrid, que quiso representar monumentalmente los principales símbolos heráldicos de la ciudad.

La primera aparición de un oso rampante y de un madroño frutado en el escudo de la villa se sitúa en el siglo XIII. Con anterioridad, las armas incorporaban únicamente a un oso en actitud pasante, sustituido a partir del citado siglo por las dos actuales figuras.
Con este cambio se quiso simbolizar la resolución adoptada por el municipio y el Cabildo de Curas y Beneficiarios, tras un largo litigio por el control de los pastos y árboles de las tierras madrileñas. Según este acuerdo, los primeros pasaron a ser propiedad del Cabildo y los segundos del concejo. De ahí que se modificasen las armas, con la inclusión de un madroño y de una nueva postura para el oso, erguiéndose sobre el árbol.
La escultura siempre ha estado en la Puerta del Sol, aunque con dos ubicaciones diferentes dentro de la plaza. Hasta 1986 estuvo situada en el lado occidental de la misma, en las inmediaciones del edificio que se levanta entre la calle de Alcalá y la Carrera de san Jerónimo. En ese año fue trasladada al inicio de la calle del Carmen, en el contexto de las obras de reforma y remodelación de la plaza impulsadas por el alcalde Enrique Tierno Galván. En septiembre de 2009, con la renovación integral de la plaza promovida por Alberto Ruiz-Gallardón, ha vuelto a su emplazamiento original. Ahora será un lío cuando la gente quede en él, ya que el oso y el madroño ha servido como sitio donde citarse a generaciones enteras.

La estatua del oso y del madroño está realizada en piedra y bronce. Pesa aproximadamente 20 toneladas y mide 4 m de altura. Descansa sobre un pedestal cúbico escalonado, hecho en granito.

Representa de forma realista las armas heráldicas de Madrid, con el madroño superando en altura al oso y éste apoyando sus manos sobre el tronco y dirigiendo sus fauces hacia uno de los frutos.

Textos: wikipedia
Fotos: Bélok


El Oso y el Madroño en la Puerta del Sol, al comienzo de la calle de Alcalá, su nueva ubicación

lunes, 2 de agosto de 2010

La Mariblanca

Estaba allí entre dos columnas abandonada a su suerte en un pequeño estanque con cascaditas que hay en el Paseo de Recoletos. Estaba sola, sin ninguna estatua más que le hiciera compañía. Cuantas veces pasé a su lado sin preguntarme quién era ni que hacía allí, hasta que un día un amigo nos presentó y me contó su historia. Ya han pasado muchos años desde que conocí a la Mariblanca en aquél paseo y una noche desapareció sin más.

La estatua llegó de Italia de las manos del escultor Florentino Ludovico Turqui, allá por el año 1625 y destinada a coronar la fuente que había delante de la iglesia del Buen Suceso en lo que hoy es la confluencia de la calle Alcalá y la Carrera de San Jerónimo en la puerta del Sol. La fuente se llamaba "Fuente de la Fe" y era una obra monumental con un montón de caños. La estatua representa a Venus o a Diana (nadie se pone de acuerdo), pero de todas formas, siempre se le llamó Mariblanca por lo blanco que es el mármol del que está construida. Cuantas cosas vería nuestra diosa desde las alturas, allí permaneció durante más de dos siglos viendo la vida pasar a sus pies.
La vida de nuestra Venus ha sido un camino duro y en constante desplazamiento. En su camino a Madrid, ya llegó sin cabeza por los bruscos movimientos del viaje, motivo por el que Ludovico Turqui descontó a Domingo Nuñez, carretero que transportó la estatua, 100 reales en concepto de reparación. Mal entrada tuvo nuestra estatua a su llegada a la Villa, aunque eso no era nada para lo que le esperaba. En 1838 se desplaza a una fuente mucho más modesta en la plaza de las Descalzas Reales, hasta que en 1892 es sustituida por un monumento al fundador del Monte de Piedad, Pedro Piquer. Es llevada a un almacén de la Villa donde permanecería varios años encerrada hasta que se decide en 1912 ubicarla en los jardines del Parque del Retiro. Allí estuvo hasta los años setenta en que se la volvió a trasladar al Paseo de Recoletos entre dos columnas. Allí fue donde yo la conocí, solitaria, escondida y desamparada.

Entre esas columnas se encontraba la Mariblanca en el Paseo de Recoletos antes del brutal ataque



Cuanta gente pasó a su lado sin fijarse en su blanco mármol. Nadie se imaginaba lo que el destino le tenía preparado a nuestra Venus. Una noche el vandalismo se cebó con ella y amaneció al día siguiente destrozada en varios trozos. Nuestra diosa fue ultrajada y despedazada sin remordimiento alguno, acabando esparcida por el suelo junto a las cadenas que la mutilaron. La estatua fue restaurada y guardada para siempre en una sala del Ayuntamiento. En 1985 salió a la calle de nuevo camino de la Puerta del Sol (aunque en esta ocasión la que se instaló allí era una réplica) e instalada junto a una parada de autobús, el mismo sitio que ocupara la original cientos de años atrás. Tiempo más tarde, para preservarla de los humos y la contaminación, es llevada al Museo Municipal de Madrid en donde volvió a estar oculta de los ojos de los madrileños durante un tiempo. Pero mientras, algunos dicen que la verdadera Mariblanca es otra figura que se encuentra en el Museo de Madrid en la calle Principe de Vergara y otros que la verdadera sigue en el Ayuntamiento. Yo os digo desde aquí, que la auténtica sigue en la Casa de la Villa desde que se restauró por la barbarie de aquella noche brutal. No obstante, la Mariblanca ha vuelto a salir de nuevo a la calle de Madrid y desde Septiembre se encuentra de nuevo en la Puerta del Sol, en esta ocasión, en donde comienza la calle Arenal. Por lo que si contamos bien, tenemos tres estatuas y no sabemos cual de ellas es la auténtica. Lo que si os puedo contar es que la que ahora está expuesta en la calle, es de piedra caliza y es la que estuvo en Sol esperando un autobús que no nunca llegó. Si pusiéramos a las tres juntas, estoy seguro que casi cuatrocientos años después, sabríamos enseguida cual es la auténtica. Ante nuestros ojos, sin duda... el blanco le delataría.