viernes, 1 de octubre de 2010

Catedral castrense de las Fuerzas Armadas (Iglesia del Sacramento)



La iglesia Catedral de las Fuerzas Armadas, albergó el convento e Iglesia de las Religiosas Bernardas del Santísimo Sacramento. Una construcción del barroco madrileño del siglo XVII, fundada por Cristobal Gómez de Sandoval, duque de Uceda, hijo del duque de Lerma y poderoso ministro de Felipe III, que en 1616 hizo traer a sus primeras religiosas del monasterio de Santa Ana, de Valladolid hasta Madrid.
La calle actualmente se llama del Sacramento, nombre que le viene del convento, pero en su momento se llamó de Santa María por estar muy cercana a la iglesia del mismo nombre. Diremos que esta iglesia estaba en un estado lamentable de abandono y que desde que el Arzobispado de Madrid la cedió a la I Región Militar para sede del Vicariato Castrense y pasando a ser Catedral Castrense de las Fuerzas Armadas, el templo se restauró con una acertadísimo buen gusto y cuidado, devolviéndole todo el esplendor del barroco, siendo un ejemplo claro de como hay que cuidar el arte que tenemos en la ciudad. Hoy en día, es uno de los templos mejor cuidados y más bellos de la capital, desde luego... todo un ejemplo a imitar.









El proyecto fue de Juan Gómez de Mora en 1615, pero no se empezó la construcción hasta medio siglo después. Los arquitectos fueron Bartolomé Hurtado, Francisco Bautista y Manuel del Olmo. Andrés Esteban la concluyó en 1744, siendo este último el arquitecto encargado de todo el diseño del interior de la iglesia. La iglesia es de planta de cruz latina con nave de tres tramos, cubierta por bóveda de medio cañón con lunetos y una preciosa cúpula encamonada sobre una base ochavada y pechinas. con un tambor sin ventanas y una gran linterna que le da una iluminación asombrosa.


vista de la iglesia desde la calle Mayor



vista de la cúpula desde la plaza de la Paja



En la fachada, construida toda de piedra, predominan todavía los elementos herrerianos de la época. Con tres arcos (dos de medio punto y el del medio rebajado), predomina en su parte central un relieve del siglo XVIII con la apoteosis de San Bernardo y San Benito.

fachada del templo



La iglesia al carecer de torre o campanario, tiene su única campana en una ventana en la parte superior de la fachada.
Adosado a la iglesia estaba hasta hace muy pocos años, el monasterio convento, muy restaurado y modificado pero que conservaba todo su patrimonio artístico en el interior. Fue derribado sin remordimiento alguno para construir un edificio de viviendas.

vista superior de la fachada con la única campana del templo



En la entrada al interior, nos encontramos primero con un atrio donde hay una pintura del siglo XVIII de los hermanos González Velázquez, con una técnica pictórica que intenta engañar a la vista, jugando con la perspectiva y otros efectos ópticos, a lo que se le llama trampantojo. Representa un cielo abierto con angelitos y unas inscripciones que aluden a la Eucaristía.


pintura en el atrio, obra de los hermanos González Velázquez






Interior del templo



El interior es de planta de cruz latina y con una luminosidad increíble, pensando ahora así de pronto, podría asemejarla con las Calatravas o las Góngoras.
La nave es de medio cañón con lunetos, asentada por pilastras adosadas y rematadas por capitales compuestos. Todo el entablamento se encuentra sustentado por una serie de ménsulas pareadas, excepto en la cúpula, que se agrupan de cuatro en cuatro.


interior de la iglesia



Toda la decoración de la iglesia está hecha por los hermanos González Velázquez, artistas de los que hablamos continuamente en ese blog, ya que participaron en infinidad de templos madrileños.

En el coro alto, hoy se encuentran los tubos del órgano y sobre el coro, un lienzo de San Juan Bautista en el desierto. En los techos de la nave, tres pinturas representando a Santa Isabel, Santa Catalina de Suecia y Santa Gertrudis.




frescos en el techo de la nave y encima del coro




Las pechinas representan a San Bernardo, San Benito, Santa Escolástica y Santa Humbertina. En el techo del crucero de la Epístola, pintura de una santa cisterciense. En el interior de la cúpula, motivos decorativos y florales. En el tambor, pinturas de El Salvador, San Juan Bautista, Sansón, un símbolo eucarístico, un paisaje, y cabezas de los Cuatro Evangelistas en la parte inferior.


vista superior del crucero con la cúpula, pechinas y cornisas




pinturas del interior de la preciosa cúpula








El retablo mayor es neoclásico, con dos columnas de orden compuesto que enmarca el hermoso lienzo que representa la Adoración de la Eucaristía por parte de San Benito y San Bernardo, obra de Gregorio Ferro en el siglo XVIII. En la parte superior, una gloria alrededor del Espíritu Santo con dos ángeles en estuco, en aptitud de adoración.

vista del altar mayor y el retablo




retablo neoclásico que enmarca el soberbio lienzo que representa la Adoración de la Eucaristía por parte de San Benito y San Bernardo, obra de Gregorio Ferro en el siglo XVIII





Como es costumbre, nos situamos en los pies de la nave en el lado de la Epístola y comenzamos el recorrido del templo:

Altar dedicado a las Benditas Ánimas del Purgatorio, con un lienzo del finales del XVIII. Su situación aquí, data de una vieja costumbre en la iglesia, según la cual, el primer o último padrenuestro que se rezaba al entrar o al salir de un templo, se hacía para sacar un alma del Purgatorio, por eso los altares de Ánimas se colocaban cerca de las puertas.




Retablo neoclásico con una escultura de Santo Toribio de Mogrobejo, Arzobispo de Lima. Esta escultura es muy interesante ya que es muy rara la representación en España de este santo cántabro, natural de Liébana. Podemos ver como está dando la doctrina cristiana a un indígena.





Retablo barroco del siglo XVIII rematado con dosel, con la escultura de San Francisco Javier bautizando a un indio americano, obra castellana del siglo XVIII. A los lados esculturas de la misma época de San Juan Nepomuceno y San Judas Tadeo.





En el crucero de la Epístola, el retablo de Nuestra Señora del Patrocinio, una escultura de vestir del siglo XVIII. A los lados esculturas de Santa Lutgarda y la Virgen del Carmen, ambas del XVIII de la escuela castellana.





En el machón del crucero, un altar con la escultura de San Bernardo, de la escuela madrileña del siglo XVIII, al igual que el altar que la cobija.





En el ático del mismo hay un soberbio lienzo de la Sagrada Familia, obra de Lucas Jordán





En el machón del lado del Evangelio, un altar muy similar al anterior, con la escultura de San Benito, talla de la misma época que las anteriores.





En su ático, otro lienzo de Lucas Jordán que representa la Educación de la Virgen por parte de San Joaquín y Santa Ana.





En los dos machones restantes, se encuentra dos tallas de la Congregación del Santísimo Cristo de la Fe


Cristo de los Alabarderos




María Inmaculada Reina de los Ángeles





Ya en el lado del Evangelio, retablo dedicado a la Piedad, con una soberbia escultura del siglo XVIII, de la escuela de Luis Salvador Carmona. A los lados, dos pequeñas tallas de Santa Teresa y San Francisco de Asís, ambas de la escuela castellana del siglo XVIII. La primera sigue los modelos de Gregorio Fernández y la segunda de Pedro Mena.




vista de la Piedad




Retablo de la Sagrada Familia, obra del siglo XVIII de talleres andaluces.





Retablo neoclásico con la escultura de San Antonio de Padua sobre un trono de nubes, obra de la escuela madrileña del siglo XVIII según los modelos de Salvador Carmona.





Retablo moderno del año 2000, obra de Juan Antonio Martínez, que alberga un magnífico crucifijo del siglo XVII de los talleres andaluces.








Antigua sacristía convertida en capilla del Santísimo Sacramento, con un crucificado del siglo XVIII y un aguamanil de mármol, de gran calidad y realizado en el siglo XVIII en estilo barroco, con un magnífico trabajo en su decoración.





El antiguo huerto del convento, se ha convertido en un pequeño jardín donde se ha puesto una fuente de bronce del siglo XVIII realizada en París. Un lugar que nos transporta a tiempos pasados, un lugar de sosiego y reposo, del que habla en otro artículo.






Declarada Monumento Histórico Artístico Nacional en 1982.

jueves, 30 de septiembre de 2010

Puente de la Reina Victoria



El Puente de la Reina Victoria, cruza el río Manzanares de Madrid, uniendo la calle Aniceto Marinas con la Ribera del Manzanares. De estilo modernista, es un proyecto de 1907, del arquitecto Julio Martínez-Zapata Rodríguez y el ingeniero José Eugenio Ribera Dutaste. Se inauguró el 13 de junio de 1909, día de San Antonio de Padua, por estar próximo a la ermita de San Antonio de la Florida.







El tablero se sujeta por dos bóvedas elípticas paralelas de hormigón armado y se une mediante ejes verticales que dejan diferentes vanos que dan ese típico aspecto al puente.





El puente sustituyó a otro más antiguo que llamaban Puente Verde, por el color de su barandilla.

En la parte superior, en el tablero, se encuentra la ornamentación, que consta de cuatro jarrones y ocho farolas de hierro, que tienen en la base forjados en hierro, unos osos rampantes que referencian al escudo de Madrid. Fueron realizados por la Fundación de hierro Fco. Iglesias











Unos balaustres de piedra unidos entre sí por una verja de hierro ornamentada, conforman el pletil del puente.
















En la segunda República, el Puente pasó a llamarse Puente de Galicia, hasta que después de la guerra civil, se le devolvió su nombre original, en homenaje a la esposa de Alfonso XIII, la reina Victoria Eugenia.


miércoles, 29 de septiembre de 2010

Iglesia de San Manuel y San Benito



La iglesia de San Manuel y San Benito es un templo de estilo neobizantino y se encuentra en la calle de Alcalá, esquina con Lagasca, en lo que fueron los terrenos donde se ubicaba la antigua plaza de toros. Lo que más nos llamará la atención es su inmensa cúpula cobriza y su campanile de estilo italiano.
Fue el empresario catalán don Manuel Caviggioli y su esposa doña Benita Maurici Gaurán, los que donaron los terrenos para levantar este edificio mortuorio. En 1902, ya fallecido el marido, doña Benita se comprometía con los Padres Agustinos a construir una iglesia que sirviera de panteón para su difunto esposo y para ella. También se construiría un convento para la instrucción gratuita de obreros. De ahí el nombre de la iglesia, San Manuel (el marido) y San Benito (por ella, que al no existir una santa con el nombre de Benita, se eligió el de San Benito).
El proyecto fue del arquitecto Fernando Arbós y Tremanti, que recibió el encargo de don Manuel, el que quería una iglesia suntuosa. Arbós proyectó una torre que tenía afinidades con los campanarios de Florencia, Siena, Venecia, etc, eligiendo para el templo un estilo que estaba de moda en ese momento, como era el inspirado en los modelos bizantinos e italianos de la arquitectura veneciana y sienesa. Las obras duraron desde 1903 hasta el 31 de diciembre de 1910 que se abrió al culto bajo la dirección de los Agustinos. Así estuvo hasta la guerra civil de 1936, en que la iglesia se convirtió en almacén y economato. Se convirtió en Parroquia en 1965 y se restauró en 1975 por el arquitecto José Antonio Arenillas.





El templo está construido por grandes bloques de mármol blanco. La planta es un gran espacio octogonal, típico de los edificios funerarios, formado por una capilla absidial y dos laterales, más una nave longitudinal que se amplía hasta la entrada. En el cuerpo central, cuatro vanos monumentales formados por arcos apuntados. Este espacio está iluminado por vidrieras que se encuentran en torrecillas de inspiración islámica tipo miranetes, y que hacen de contrafuerte a la gran cúpula. La cubierta de la cúpula se compone de una gran chapa de cobre rojo con decoración ojival ciega entrelazada, con una linterna rematada por una cruz. En el tambor se abren dieciséis ventanales que dan luz al interior del templo.




La torre o "Campanile", se divide en cuatro cuerpos decorados con arquerías y molduras horizontales, coronado por un templete o campanario con un vano de arcos apuntados a cada lado, rodeados por un balcón. Está cubierto por un tejadillo rematado con una cruz.








En la parte que da a la calle de Lagasca con Columela, podemos ver proyectado hacia el exterior, el sepulcro de los fundadores que guarda el interior. Está rematado por una gran cruz y en la parte baja hay dos coronas que aluden a sus enterramientos.





Aunque tiene forma de cruz latina, es desigual en estructura y no guarda proporción. Esto es debido a la forma del solar donde se construyó. El crucero se completa con una cúpula sobre pechinas.








interior de la iglesia









A los pies de la iglesia, se encuentra el coro, que sostiene un magnífico órgano construido por la casa alemana Walcker, de Stuttgart en 1910. Este órgano es extraordinario y se usa habitualmente para liturgia y conciertos.





El material decorativo predominante es el mosaico que ornamenta el ábside, la cúpula y pechinas con las tonalidades de rojo, amarillo y verde. La nave de la iglesia está decorada con una gran greca que abraza todo el edificio debajo de la cual, se disponen paneles rectangulares de mármol bicolor.

Las capillas laterales que corresponden al presbiterio y a los brazos del crucero, están decoradas por mosaicos y precedidas por grandes arcos apuntados, sustentados por columnas adosadas. La decoración fue realizada por la firma "Facchina et Cia", de París en 1908.

En el centro del templo, se levanta la magnífica cúpula, en cuyas pechinas aparece la representación simbólica de los Cuatro Evangelistas, en mosaico, inscritas en un medallón y rodeados de motivos geométricos. En estas pechinas se abren cuatro ventanas poliloboludas con vidrieras. Sobre las pechinas corre una cenefa con una inscripción del Salmo nº 85 de David. "OMNES GENTE QUASCUMQUE FECISTI VENIENT ET ADORABUNT CORAM TE, DOMINE: ET GLORIFICABUNT NOMEN TUUM. QUONIAM MAGUS ES TU FACIENS MIRABILIA: TU ES DEUS SOLUS (PS LXXXV)" ("Vendrán todas las gentes que hiciste y se presentarán ante ti, Señor, y glorificarán tu nombre. Porque eres grande y obras maravillas. Sólo tú eres Dios.")

















La base del tambor está formada por dieciséis ventanas con vidrieras, entre las que figura el nombre de cada uno de los dieciséis santos representados en la cúpula. Culmina el interior de la cúpula por un resplandeciente sol, en cuyo centro se eleva la linterna.


interior de la cúpula











El ábside es de forma semicircular y en el centro se levanta el altar mayor, de mármol de Macaél, con incrustaciones geométricas de magnífico cromatismo. Preside sobre un globo terráqueo, una figura de El Salvador, en actitud de bendecir, flanqueado por dos esculturas sobre columnas de San José y San Agustín. Las tres esculturas son de mármol de Carrara. El casquete está con mosaico veneciano, donde figura el Pantocrator, rodeado del Colegio Apostólico. Cada figura de apóstol se sitúa en el eje que separa dos de cada una de las ventanas que ocupan el ábside.









Crucifijo del siglo XIX donado por los Talleres de Caridad de Santa Rita, de Madrid, en 1915.





Capilla de los fundadores del templo, todo en mármol de Carrara y lugar donde se encuentran enterrados los mecenas de este edificio. En el centro un templete contiene la escultura de San Benito, del que se eleva una alta columna coronada por un ángel. A ambos lados se encuentran los sepulcros de enterramientos. A la izquierda el de don Manuel y a la derecha el de su esposa. Cada sepulcro contiene un medallón con el busto del enterrado.






Altar de Santa Rita de Casia, con la escultura de la santa en mármol de Carrara. Se encuentran también las esculturas policromadas de Nuestra Señora del Camino, patrona de León y la Virgen de la Consolación y Correa, patrona de los Agustinos. También se encuentra en esta capilla, la imagen de Nuestra Señora de Luján, patrona de Argentina, muy venerada por los argentinos que viven en Madrid.




Piedad que representa la Dolorosa Nuesta Señora del Camino de León

Nuestra Señora de Luján

Virgen de la Consolación y Correa, patrona de los Agustinos

Pequeño jardin en el exterior

vistas nocturnas