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miércoles, 13 de abril de 2011

Viendo Madrid desde el Lago de la Casa de Campo




























martes, 18 de enero de 2011

Monumento a Sor Juana Inés de la Cruz



En los jardines en la calle de Ferraz muy cerca del Templo de Debod, se encuentra desde 1981 el monumento a Sor Juana Inés de la Cruz, obra del escultor cántabro Enrique Fernández Criach, escultor que reside en México y que recibió el encargo de un grupo de mexicanos residentes en Madrid para la realización de este monumento que rinde homenaje a la escritora y dramaturga. El bronce fue fundido en Madrid por el escultor y fundidor José Luis Fernández.




Esta estatua es una réplica de la que tiene en la ciudad de México D.F. y fue donada por el Claustro Sor Juana Inés de la Cruz. Se encuentra en los jardines de la calle Ferraz colindantes al Parque del Oeste y consiste en una estatua de bronce que representa a la mística y poetisa vestida con los hábitos y un rosario, sentada en una silla y en posición de escribir. La estatua se encuentra sobre un pedestal de granito.





La estatua está aquí desde 1995, ya que antes se ubicaba frente a la Rosaleda en el mismo parque del Oeste. Viendo la expresión y el modelado nos daremos cuenta que tiene poco valor artístico y que más parece que lleva una máscara de carnaval que un rostro humano. La estatua se encuentra entre unos setos de un sitio tranquilo del parque que tampoco ayuda a su lucimiento.

jueves, 9 de septiembre de 2010

Fuente de Juan de Villanueva



La fuente de Juan de Villanueva, se encuentra en el Paseo de Camoens del Parque del Oeste y se construyó para conmemorar el centenario de la muerte del arquitecto Juan de Villanueva. El proyecto que salió a concurso público, fue ganado por los arquitectos Victor d'Ors y Manuel Ambrós, y esculpida por el escultor Santiago Costa.
En su inauguración, en 1952, se instaló en la Glorieta de San Vicente, donde estuvo hasta mayo de 1995, que se trasladó al sitio donde se ubica actualmente. Pero en su traslado, perdió parte del monumento. La fuente tenía en el pilón tres grupos de esculturas que representaban tres temas madrileños, El Madrid de San Isidro, el Madrid artesano y el Madrid capital. Uno de ellos se encuentra en el Retiro, el que representaba al Madrid de San Isidro, otra parte del segundo, está en el Parque de la Dalieda de San Francisco y los demás no tengo ni idea, aunque creo que seguirá en el taller de Cantería de la Casa de Campo, o lo que es lo mismo, la Casilla de la Casa de Campo, de donde salen muchos de los monumentos, estatuas, fuentes y bordillos de las aceras de las que podemos observar por la ciudad.

Fuente de Juan de Villanueva



La estatua está construida en granito y el interior es de hormigón, imitando a los estilos arquitectónicos que utilizó Villanueva, dórico, jónico y corintio, de los que podemos observar en el trazado de la fuente, diversas columnas en su estructura, imitando esos estilos. También contiene unos relieves con forma de medallones, representando las distintas obras del arquitecto.


Surtidor y taza superior de la fuente



taza central, donde podemos ver las columnas dóricas y corintias








Curiosamente, nos encontramos ante una fuente que no tiene nombre y que la conocemos por el arquitecto al que fue dedicada. La fuente, es digna de verse en todo su esplendor. El agua que fluye desde los 22 metros de altura, cae a la taza de la parte superior, para verterse a otra taza mucho más grande en la parte central, que a su vez se vierte al pilón central en la parte inferior de la fuente. El efecto es espectacular, la caída del agua no deja ver la estructura de la fuente, cuando está en funcionamiento, solo se ven dos cascadas redondas de agua cayendo y con las corrientes de aire y el viento, el agua salpica todo el entorno, no dejando a ningún coche que pase por la Glorieta, a salvo de salir empapado mientras giran por ella. Pero hace ya un tiempo que los chorros superiores se han cortado al mínimo para no empapar la calzada, que supongo que será por el invierno y para que no se hiele el agua que queda por el suelo, y la espectacular caída ha desaparecido, dejando en su lugar una discreta caída de agua. La fuente iluminada por la noche es muy bonita y es una pena que muchos madrileños desconozcan este gran monumento que dedicado al gran Villanueva, perdura en nuestra ciudad.


La fuente sin nombre, dedicada al gran arquitecto del edificio del Museo del Prado

sábado, 4 de septiembre de 2010

Monumento del Ángel Caído



A 666 metros a nivel del mar, se encuentra en el Retiro, la fuente, estatua o monumento del Ángel Caído. Dicen que es la única estatua en el mundo dedicada a Lucifer, pero eso no es cierto, ya que existen muchas otras en otros lugares del planeta, basta con navegar un rato por internet para comprobarlo. Lo cierto es que la glorieta del Ángel Caído, ha sido medida por la Red Oficial de Gerencia y Urbanismo de Madrid, dejando constancia de la exactitud de los 666 metros. Pero yo no podía escribir este artículo sin comprobarlo, así que el que quiera hacerlo también, es tan fácil como llevar un GPS a dicha glorieta del Retiro y comprobará in-situ el número de la bestia. Curioso es saber que en la época que fue construido, no existían mecanismos técnicos que midieran esa altitud tan exacta, con lo que tenemos que dejar al azar y la casualidad, la coincidencia del número del diablo. Pero también es justo mencionar que toda esa zona de Madrid, se haya en torno a los 667 metros, con lo que dejamos la casualidad un poco más en "causalidad".



Lo cierto, es que la estatua es bella como pocas y no deja indiferente a nadie. Sobre un tronco de madera, se apoya contorsionada la bella figura de Lucifer con uno de sus pies sobre unas rocas, el ángel más bello y hermoso que por desafiar y desobedecer a dios, cayó del paraíso a la tierra y con un gesto de espanto, desesperación y consternación, mira hacia el cielo convertido en Satanás, despechado, con odio y gran soberbia por haber sido vencido y arrojado del Paraíso a los abismos del mal.
Con un cuerpo perfecto y sus alas extendidas, lleva el brazo izquierdo hasta la cabeza, mientras que las serpientes rodean su brazo derecho y sus piernas.









Para muchos es la estatua más bella de toda la ciudad. Estatua en la que en los años 30 y 40, se reunían a su alrededor sectas satánicas, akelarres y otros actos esotéricos, y hasta hubo un tiempo en que llegó a peligrar su existencia por ese motivo, llegándose a plantear su retirada del Retiro. La policía tuvo que actuar y vigilar el lugar para evitar esas reuniones nocturnas y nuestro Ángel llegó hasta nuestros días, en el mismo sitio en el que se inauguró. A pesar del mal rollo que creó la estatua entre la sociedad de la época y algunos representantes de la iglesia, nadie pudo impedir que se pusiera, ni siquiera la iglesia, que al final no puso ningún impedimento, y es que en su momento ya se pronunció diciendo que la estatua no representaba al diablo en sí, y que el Ángel Caído era un pasaje de la biblia.








Pero sepamos más sobre el monumento...
Fue el duque Fernán Nuñez el creador del proyecto del Ángel Caído que incluso donó 11.000 duros para su realización. El escultor madrileño Ricardo Bellver construye la obra en yeso, inspirado en la obra de Milton "el Paraíso perdido", con motivo de la Exposición Nacional de Bellas Artes en 1877, ganando el primer premio de dicha exposición. El Estado adquirió la obra y decidió presentarla al año siguiente a la Exposición Universal de París. En dicha Exposición solo se admitían obras en mármol y bronce, con lo que la estatua se fundió en bronce para enviarla a París y más tarde se destruyó el molde de yeso. Una vez acabada la exposición fue expuesta en el Museo Nacional. En 1879, el director del Museo, Benito Soriano Murillo, quiso exponer la estatua públicamente, diciendo que debería estar expuesta al aire libre para contemplación de todo el mundo dada su originalidad y material del que estaba hecha, no debía estar en una sala cerrada, sino en un sitio público al aire libre, donde el espacio y el horizonte remalcase su belleza artística visual. La petición tuvo sus frutos y la estatua fue donada al Ayuntamiento para ser expuesta al aire libre tal y como quiso el director. El lugar elegido sería el solar de los Jardines del Buen Retiro que ocupara la ermita de San Antonio Abad y que una vez derribada, se construiría por orden de Carlos III, la antigua Fábrica de Porcelanas de la China, destruida en la invasión francesa.






El arquitecto Francisco Jareño sería el encargado de diseñar el pedestal donde se alojaría la escultura de Bellver. La base consistió en un pedestal octogonal, con caras de diablos en cada lado, que sujetan peces, lagartos y serpientes, con tres surtidores cada cara y alojado en una fuente con pilón, todo construido en granito, piedra y bronce. Todo el conjunto está rodeado por parterre.





Hoy en día, en la glorieta del Ángel Caído, confluyen los paseos del Duque de Fernán Nuñez, el de Cuba y el de Uruguay.

Lucifer, nombre que significa "el que da luz", "el más brillante del cielo", "hijo del lucero del alba y de la Aurora". Pero en su caída se convirtió en Satanás o Diablo, que significa "el Opositor", "el calumniador, "el acusador", "el adversario", "el enemigo"... y paradojas del destino que se quedó a vivir en Madrid, en el Retiro. Al fin y al cabo, como ya sabéis que "De Madrid al cielo... y un agujero para verlo", pues que mejor lugar para estar vigilado desde arriba, que nuestra ciudad. Si alguien quiere, no hace falta que vaya hasta el infierno, puede venir al Retiro a visitar el Ángel que por desobediencia y envidia, se convirtió en estatua de bronce para quedarse a vivir aquí, por ser el mejor sitio que se vigila desde el cielo.

sábado, 21 de agosto de 2010

Obelisco a los héroes del dos de mayo



Estamos ante uno de los monumentos más olvidados y desconocidos de Madrid. Es curioso que este mismo monumento levantado en cualquier otra ciudad europea, sería centro de atención por parte de los turistas y vecinos, pero en la nuestra, además de desconocido, por si fuera poco, lo tenemos escondido dentro de un pequeño jardín entre unos frondosos árboles que no le dejan lucirse, (el mismo problema que tiene el Museo del Prado, que manía en esta ciudad de poner árboles delante de monumentos y donde tiene que haberlos, los quitan) una reja lo circunda, con lo cual, la única forma de verlo es rodeando la verja, para llegar al punto de partida, que ni siquiera desde la verja es posible contemplarlo en todo su esplendor.
En este mismo lugar, que hoy es la Plaza de la Lealtad, el general encargado de las tropas francesas, Joachim Murat, mandó fusilar a 48 madrileños. Fueron días muy difíciles para nuestra ciudad. Durante el 2 y el 3 de mayo, las tropas francesas se cebaron con el pueblo que se había levantado contra el ejército francés.
El monumento consta de una base, donde alberga una urna de piedra, donde reposan las cenizas de los madrileños fusilados, entre los que se encuentran Daoíz y Velarde, héroes de aquel levantamiento, por haber defendido el Cuartel de Monteleón, del que hablaremos cuando lleguemos al artículo de Malasaña.





Sobre el cuerpo de la base y a continuación de un medallón con las efigies de los mencionados Daoíz y Velarde, se encuentra otro cuerpo con esculturas que modeló el escultor Esteban de Ágreda y que representan la Constancia (Francisco Elías), el Valor (José Tomás), la Virtud (Sabino Medina) y el Patriotismo (Francisco Pérez).




y encima de todo ello, nos encontramos con el obelisco del cual no os puedo dar su altura, ya que según he leído en varios sitios, unos dicen que mide 29 metros, algunos que 34 y otros que 46, así que mientras no me coja un metro y vaya un día a medirlo, lo único que os puedo decir, es que está construido de granito común azulado de las canteras de Alpedrete, granito de color teja de Hoyo del Manzanares y piedra blanca de las canteras de Colmenar y que fue un proyecto con concurso público y suscripción popular, donde incluso trabajaron madrileños de calle anónimos, y que ganó el arquitecto Isidro González Velázquez, el cual presentó dos proyectos fuera de plazo, y que el primero se trataba de una pirámide y el segundo, este que ganó, con un obelisco.





En 1821 se colocó la primera piedra, pero por la vuelta de absolutismo a Madrid, se paró hasta que en 1836 se reemplende, inaugurado como no podía ser de otra forma, el 2 de mayo de 1840. En 1985, tras su restauración, el Rey Juan Carlos I reinauguró de nuevo el monumento y pasó a llamarse "Monumento a los caídos por España", colocándose una llama de gas que no se apaga nunca (salvo a principio de la década de los 90, cuando un corte de suministro al Ministerio de Defensa que estaba con déficit presupuestario, dejó sin combustible el monumento) y que así se equiparaba a otros monumentos en el mundo, donde se refleja la tumba al soldado desconocido. Comentaros también, que junto a este monumento, se encuentra el madroño más grande de la ciudad, del que hablaremos en otro artículo cuando nos refiramos a los madroños de Madrid.

jueves, 5 de agosto de 2010

El árbol más viejo de Madrid



No tiene nada que ver con la familia de los cipreses, pero se le llama el "Ciprés Calvo". Este árbol es el más antiguo que se encuentra en Madrid y está en el Parque del Retiro. Va camino de los cuatrocientos años y cuentan que sirvió para que los franceses en su invasión a Madrid, se guardaran en sus ramajes, escondiendo allí los cañones con los que atacaban la ciudad. Sin duda alguna, es el árbol más valioso de la capital y fue traído según algunos, por Colón en su viaje a las Indias, otros que fue Cabeza de Vaca en uno de sus viajes a tierras exóticas y otros que incluso mantienen la leyenda de que era hijo del árbol donde lloró Hernán Cortés al perder no sé que batalla, pero la verdad es que no tenemos conocimiento exacto de su procedencia.
En aquella época en que estuvieron los franceses, el Retiro sufrió grandes daños por las tropas. Se talaron cientos de árboles, se abrieron zanjas en el suelo, se derrumbaron monumentos (no hay que olvidar que el árbol está en lo único que queda de los jardines de estilo francés del Palacio del Buen Retiro) y nuestro árbol tuvo la suerte de ser elegido por sus ramas ascendentes y frondosas, hecho también de que se le llame el árbol de los candelabros. Realmente es un Taxodium, otros le llaman ahuehuete (nombre original con el que le conocen los aztecas), aunque se le conoce por "Ciprés Calvo" por que en los países en donde habitan, no pierde la hoja, mientras que el del Retiro se ha acondicionado al clima de Madrid y cada otoño deja caer sus hojas que en esta época se vuelven rojas.
Cuando yo era muy joven, recuerdo que la persona que me lo enseñó por primera vez, me dijo: "ahí tienes el árbol más viejo de Madrid... un árbol prehistórico en el que algunos hechiceros se reunen por la noche para hacer sus conjuros". Yo recuerdo que me quedé con la palabra prehistórico y cada vez que lo veo desde entonces, no puedo evitar imaginarme a los dinosaurios comiendo las hojas de sus ramas. Y no sé que tendrá de cierto, pero el caso es que a principios de los años 90, después de encontrarse extrañas piedrecillas alineadas con formas extrañas y otras cosas raras, se decidió poner una reja alrededor de la base del tronco para protegerle de la cercanía de la gente y evitar los esporádicos rituales nocturnos.









Esta mañana me dí un paseo por el Parque y no pude evitar hacer unas fotos de este sobreviviente de hace casi cuatro siglos para que las veáis. Hay que decir que el árbol está en perfectas condiciones y esperemos que esté en la ciudad otros 1000 años más.




viernes, 28 de mayo de 2010

Rosaleda del parque del Oeste II: Las rosas



La Rosaleda del parque del Oeste alberga desde el 26 de mayo de 1956, el concurso internacional de las rosas nuevas. Después del artículo sobre los jardines de la Rosaleda, veamos ahora su protagonista: la rosa

Podemos ver rosas francesas, danesas, belgas, americanas, alemanas, españolas, todo un sin fin de rosales de todos los países, que no nos dejará indiferentes. Sus colores, una amplia gama de maravillosos tonos y sus fragancias, desde la que no tiene olor a la más perfumada. Veamos pues estas rosas, que desde la más delicada a la más fuerte, se abre ante nuestros ojos en estos jardines.



Fotografías tomadas en la Rosaleda de Madrid en Mayo del 2010























































































































































































































































































1ª parte del artículo aquí: Rosaleda del parque del Oeste I: Los jardines