El monumento a la reina María Cristina de Borbón, cuarta esposa de Fernando VII y gobernadora durante la minoría de edad de Isabel II, se encuentra delante de la fachada principal del Casón del Buen Retiro. La idea surgió por una proposición de ley del senador José Polo de Bernabé y por los senadores y diputados: marqués de Novaliches, Lorenzo Álvarez Capra, Andrés Mellado y el conde de Xiquena. Esta comisión que se encargó del proyecto fue creada por la Reina Regente María Cristina de Habsburgo y se sacó a concurso público con tres requisitos: Que fuera de bronce, que no sobrepasara las 150.000 pesetas y que la estatua figurase de pie, ya que se pretendía que representara la idea política de promulgación de la Constitución y apertura de las Cortes durante su regencia.
En diciembre de 1887 se exponen cuatro monumentos al visto bueno de la Real Academia de San Fernando, encargada de seleccionar los candidatos, quedando desierto por no llegar a un acuerdo entre los académicos.
Otra vez en diciembre, pero esta vez de 1889, la Real Academia convoca de nuevo el concurso, al que se presentan otros cuatro candidatos, siendo el ganador, el proyecto presentado por el arquitecto Miguel Aguado y del escultor Mariano Benlliure.
Tras una difícil elección del lugar donde se ubicaría el monumento, y digo difícil, porque nadie se ponía de acuerdo en el lugar de emplazamiento. Unos querían en Atocha, otros en la glorieta de Bilbao, otros en la plaza de Isabel II, pero al final, y tras consultar con los autores del proyecto, se decidió por unanimidad, instalarlo en el cruce entre las calles Felipe IV y Moreto, justo delante del
Casón del Buen Retiro, zona que tanto significó en el reinado de la reina María Cristina.
La escultura de la reina, la realiza Mariano Benlliure en Roma, conteniendo el Estatuto Real en una mano, mientras que con la otra se sujeta la capa del vestido con una notoria femineidad. El complicado atuendo de la reina que el escultor quiso remarcar en especial, hizo que propusiera hacer la escultura en piedra, por ser un material más adecuado para atenuar los pliegues del vestido, bordados y joyas, incluso llegó a proponer que él mismo pagaría los gastos que suponía cambiar de material, pero la comisión denegó la petición por encontrarse en la convocatoria de ley del concurso, que el material sería en bronce. La escultura nos traslada a la época romántica, dejando ver su juventud y belleza.
El monumento consta de un pedestal con dos cuerpos, siendo el inferior octogonal y el superior cilíndrico, siendo todo él muy ornamentado. En el frente se sitúa la estatua femenina de la alegoría de la historia, realizada en piedra, que soporta un libro en cuya portada lleva inscrita la palabra "Historia". Los distintos frentes del pedestal llevan varias inscripciones que representan hechos de la regencia.
En el segundo cuerpo se encuentra una cartela con la siguiente inscripción: "A MARÍA CRISTINA DE BORBON/ ESPAÑA RECONOCIDA".
Sobre ella se encuentra en piedra el escudo real, con dos bajorrelieves con escenas que aluden a su reinado. Rodea el cuerpo cilíndrico un friso de guirnaldas que alterna cabezas de leones con flores y frutas.
El monumento está rodeado por una verja de hierro forjado con planta octogonal, de la que una de las llaves le fue entregada al alcalde de Madrid, por el Presidente de la Comisión Manuel Pavía, marqués de Novaliches.
El monumento se inauguró en 1893 con toda solemnidad, asistiendo el rey Alfonso XIII y su madre la Reina Regente María Cristina de Habsburgo, junto a las autoridades del reino, en el que se rindieron honores militares a la soberana.