miércoles, 22 de abril de 2015

Fuente de las Conchas



La Fuente de las Conchas, se encuentra en los jardines del Campo del Moro. Fue un proyecto de Ventura Rodríguez y los escultores que la esculpieron fueron Francisco Gutiérrez Arribas y Manuel Álvarez "el Griego".
La Fuente estuvo emplazada en el Palacio del Infante don Luis en Boadilla del Monte, y allí estuvo hasta que en el siglo XIX, los Duques de San Fernando de Quiroga, descendientes del Infante, decidieron donarla a la Corona. En 1844, la Fuente se instaló en los jardines del Campo del Moro de Madrid, en el proyecto de ordenación que tuvieron los jardines por el arquitecto Narciso Pascual y Colomer.








La Fuente está construida en mármol blanco de Macael, y consta de cuatro cuerpos escultóricos. El primero, en la parte inferior de la fuente, es un pilón donde están las esculturas de tres tritones niños, que sujetan cada uno una concha de la que están bebiendo.






En la parte central y segundo cuerpo, se encuentran unos tritones ancianos con el final de sus colas con cara de delfín, y sobre una base circular que adornan unas conchas gigantes y tortugas.




En la parte superior del conjunto, sujetada por los tritones ancianos, una taza donde se encuentran unas ninfas, que sujetan la última taza, más pequeña, que contiene la escultura de un niño abrazado a un delfín que hace de surtidor.











sábado, 18 de abril de 2015

Puerta de Toledo



La Puerta de Toledo, fue mandada construir por Napoleón como un arco triunfal cuando arrebató el reino a Fernando VII, aunque en un principio iba dedicado a su hermano José Bonaparte. Pero quién le iba a decir al Emperador, que el gran arco triunfal que había proyectado para representar su triunfo contra el rey español, se volvería contra él, representando justo lo contrario, ya que el destino quiso que al final se convirtiera en un monumento triunfal en honor del rey Fernando VII y su triunfo contra Napoleón.

Esta es la tercera puerta de Toledo que se construye, ya que la primera data del siglo XV, y una segunda en el siglo XVII cuando se construyó la cerca de Felipe IV. Pero de estas puertas no sabemos apenas nada, así que vamos a centrarnos en la tercera y actual Puerta de Toledo, la última gran puerta monumental que se construyó en Madrid.

En sus cimientos, Pepe Botella mandó enterrar algunas monedas, calendarios, guías y constituciones de su reinado, pero en 1813, una vez expulsado el rey plazuelas, el Ayuntamiento constitucional de Madrid acordó continuar la obra con el fin de que fuera un símbolo de independencia contra los invasores franceses. Se extrajeron las reliquias enterradas para sustituirlas por el texto de la Constitución española, junto a medallas de Fernando VII, el mismo rey que luego hizo remover sus cimientos, al abolir la Constitución de 1812, y pasó de ser un monumento constitucional, a un monumento absolutista.

La puerta tiene similitud con la Puerta de Alcalá y está construida de granito, pero esta contiene solo tres vanos. Un gran arco central de medio punto y a los lados dos puertas adinteladas. La decoración consiste en medias columnas jónicas estriadas enmarcando el arco central y pilastras del mismo estilo enmarcan las puertas laterales.





Sobre el arco central, se encuentra un gran ático que expresa el predominio de la cabeza sobre el cuerpo, donde se encuentra el grupo escultórico de José Ginés que representa la alegoría de España portando el escudo de Madrid y al lado, la personificación de las Artes con una matrona que simboliza las provincias. Completa el grupo, un león que representa el poder monárquico y distintos trofeos militares.
El proyecto fue del arquitecto don Antonio López Aguado, y la parte escultórica de José Ginés, que fue ejecutada en piedra por Ramón Barba y Valeriano Salvatierra.









Hay dos cartelas: una en latín y otra en castellano, que dicen: "A Fernando VII el Deseado, padre de la Patria, restituído a sus pueblos, esterminada la usurpación francesa, el Ayuntamiento de Madrid consagró este monumento de fidelidad, triunfo y alegría. Año de 1827"
En las revoluciones de 1854 y 1868 se destruyeron estas inscripciones, que han sido modernamente rehechas.





Veamos unas fotos antiguas en donde la Puerta se usaba como tal, y por debajo de sus arcos pasaban transeúntes, carros, caballos y tranvías, teniendo los arcos sus puertas que cerraban el acceso de la cerca. (Fotos de Urbanity)










Como anécdota contaremos que desde que se construyó el túnel que pasa por debajo del monumento, el arco central de la puerta se encuentra deformado al haber cedido parte del terreno, aunque no es perceptible a primera vista.
Es una lástima que una puerta tan maravillosa y grandiosa como esta, se encuentre rodeada de edificaciones sin ningún interés y ningún valor estético. La Puerta fue construida pensando en una entrada monumental desde el camino de Andalucía y Toledo, cuadrada con el eje del magnífico puente de Toledo de Pedro de Ribera y esa increíble vista desde esa zona inferior en altura, perfilándose la Puerta en lo alto del camino de Toledo.




Para rematar el conjunto, se pensó en una grandiosa remodelación de la zona urbanística que rodea a la Puerta y que nunca se realizó. Por tanto, este gran monumento neoclásico, sobrio y grandioso, se encuentra alejado del resto de grandes edificaciones de la época, y la plaza quedó en un cruce de caminos, que no hace honor a la Puerta y que merecería un marco mucho más digno que en el que se encuentra. Una lástima que no haya habido todavía ningún cargo que se encargue de dar a esta Puerta el reconocimiento que merece. Puestos a imaginar... que fama tendría esta Puerta, si hubiera estado en la glorieta de Atocha, por ejemplo??, entre el Jardín Botánico, el edificio del Reina Sofía, el Ministerio de Agricultura, la marquesina de la Estación de Atocha y el Observatorio astronómico en lo alto de la Cuesta Moyano. Seguro que tendría el rango que merece, verdad?.


martes, 14 de abril de 2015

Monumento a Quevedo



El monumento a Francisco de Quevedo, fue erigido a petición del alcalde Alberto Aguilera, por el escultor Agustín Querol e inaugurado, aún sin terminar, el 5 de enero de 1902, en la plaza de Santa Bárbara, actual Alonso Martínez y con la presencia del rey, de Alberto Aguilera y las principales autoridades y personajes de Madrid.

La glorieta de Quevedo ha sido una de tantas plazas madrileñas por las que fueron desfilando larga serie de monumentos, un tanto errabundos, que han tardado años en hallar su ubicación definitiva.
Así, en 1902, el mismo año que se inaugura el monumento en la plaza de Santa Bárbara, se inaugura e instala en esta glorieta de Quevedo, la estatua de Lope de Vega (de la que hablaremos muy pronto en otro artículo), y años después, fue sustituida por los Héroes del Dos de mayo, de Aniceto Marinas. Más tarde, se instaló en este lugar, el monumento que nos ocupa y en el que sigue actualmente.




El monumento consta de dos partes: estatua y pedestal, la primera en mármol blanco y el segundo en piedra caliza, también blanca.
La estatua representa a Francisco de Quevedo en pie, gallarda y airosa figura, que porta las hojas de un libro en la mano izquierda y apoya la derecha en el puño de la espada, predominando en ella la versión romántica de espadachín y caballeroso aventurero, tan propio de principios de siglo.





El pedestal, aún más subjetivo y romántico, plasma, en libre composición y vagas formas que parecen perderse, desdibujadas, en el fondo del bloque, figuras alegóricas a los temas tratados por el escritor. Así, en el frente, tenemos a la Sátira enlazada con la Poesía; y en la cara posterior a la Historia y a la Prosa. Por último, en la parta baja del pedestal, vemos nueva serie de relieves alusivos a sus obras, acompañados por la inscripción de sus correspondientes títulos: Poderoso caballero, Don Dinero; Vida de Santo Toás de Villanueva; Historia de Marco Bruto, y Vida del gran tacaño.





Fuente: Fernando de Olaguer-Feliu y Alonso


jueves, 1 de enero de 2015

Feliz Año 2015