jueves, 17 de junio de 2010

Real Casa de Correos



La Real Casa de Correos, está ubicada en lo que fueron dos manzanas de casas que el arquitecto Ventura Rodríguez se encargó de derribar, dirigiendo los trabajos para preparar el solar donde se habría de alzar el nuevo edificio. Era la época de Fernando VI cuando ocurría todo esto entre 1756 y 1760. Fue el Marqués de la Ensenada el promotor inicial de la idea de la nueva Casa de Correos en la Puerta del Sol, pero fue destituido de todos sus cargos oficiales en 1754 a causa de una serie de intrigas palaciegas.





El proyecto original de Ventura Rodríguez no solo incluía levantar el edificio, sino la proyección de una reforma de toda la plaza. Pero el 10 de Agosto de 1759 muere Fernando VI y ocupa el trono Carlos III, quién encarga el proyecto de las obras del nuevo edificio al arquitecto francés, Jaime Marquet. Tras la coronación de Carlos III, empieza la destitución paulatina de Ventura Rodríguez. Marquet empieza como director de obras en tareas secundarias y poco a poco sus competencias van creciendo hasta que a finales de 1760, figura como único responsable de la obra. Esa fecha será la que aparece por todos los historiadores como la de inicio de la construcción del edificio.
El edificio será de planta rectangular que se organiza en función de dos patios interiores. La fachada principal, recorrida al igual que las laterales por un zócalo de granito, está formada por cinco cuerpos ordenados simétricamente. El central, de almohadillados sillares de piedra caliza, comprende la puerta principal, de arco de medio punto con un medallón de Hércules sobre la clave, flanqueada por dos vanos, a la que se superponen tres vanos de sencillas molduras y un recuadro con guirnalda sobre cada uno de ellos, que dan lugar a un volado balcón corrido apoyado en cuatro grandes ménsulas de cabeza de león que sostienen una argolla con la boca. La cornisa es rematada por un frontón triangular que ostenta el escudo real con leones y trofeos, obra, al igual que el resto de la decoración, del escultor Antonio Primo.





Además de Casa Real de Correos, este edificio albergó la Capitanía General, el Gobierno Militar y la Guardia de Prevención. En 1847 fue sede del Ministerio de la Gobernación, para lo que el edificio fue reorganizado interiormente, aunque su planta baja seguía siendo utilizada como oficina principal de Correos. En esta época que era Ministerio del Interior, le fue añadida una torreta metálica para el espejo telegráfico, que más tarde se suprimiría.

Cuando fue derribada la iglesia del Buen Suceso de la Puerta del Sol, el reloj de la iglesia, conocido por los madrileños como el reloj impuntual, se colocó en la fachada de nuestro edificio, dando las campanadas adelantadas, atrasadas y marcando una hora totalmente irregular siempre. A pesar de las veces que se intentó arreglar la maquinaria del reloj, no fue hasta 1866, cuando se instaló el actual, obsequio del relojero José Rodríguez de Losada, lo que motivó la construcción que hoy presenta sobre el frontón y más tarde se levantó el templete que cobija la famosa bola que desciende al dar las doce campanadas.















En la época franquista, el edificio se convirtió en la Dirección General de Seguridad del Estado, posiblemente el peor momento que pudo vivir este singular edificio, donde las historias de torturas en sus calabozos, no han podido olvidar más de uno. Actualmente el edificio, tras ser adquirido por la Comunidad de Madrid, es la sede de la Presidencia de la Comunidad.

Por la Real Casa de Correos, ha pasado cantidad de sucesos, como el levantamiento del 2 de mayo, algaradas, proclamas, barricadas, aclamaciones, atentados, una de las más famosas páginas de la historia de este edificio, fue la proclamación de la Segunda República española, el 14 de abril de 1931.






sábado, 12 de junio de 2010

Luis Candelas


He aquí la historia de un bandolero madrileño que por amor a una mujer acabó en el garrote vil a los 33 años, sin que se le concediera la clemencia que pidió a la reina María Cristina de Borbón. Antes de morir pronunció la frase "Patria mía, sé feliz".

En el popular barrio de Lavapiés de Madrid nació en el mes de marzo de 1806 un niño, hijo de un carpintero, que había de dar que hablar a los madrileños y llegaría a convertirse en un mito.
La niñez de Luis Candelas, que este era el nombre del futuro héroe, se curtió en las pedreas entre bandas rivales, que en las afueras, al amparo de un ribazo o de alguna tapia derruida, se trababan, casi diariamente, entre los muchachuelos de los contornos, a golpe de honda o con el impulso del propio brazo, bien adiestrado. De las pedreas y de las pequeñas raterías fue pasando a las mayores y muy pronto fueron las mujeres fuente de ingresos para él.
La muerte del padre en 1823 dio a Luis mayores libertades, si es que alguna le faltaba, para sus hazañas. Poco después, en 1827, casó con una costurera, Manuela Sánchez, con la que viaja a Zamora, donde la abandona. A su regreso a Madrid, centro siempre de sus aventuras, reune a su alrededor a un grupo que le secunda en sus trabajos delictivos, que llegan ya a mayores horizontes. El escalo de un almacén, el del Genovés, es quizá la primera acción importante del grupo. Después, la banda actuará durante bastante tiempo en las afueras de la Villa: asaltos a diligencias y viajeros, robos en casas de campo y de labranza, son la fuente de ingreso de la pandilla. Las quintas de recreo que muchas familias madrileñas sostienen en los Carabancheles, forman también parte de sus habituales raterías, que van a culminar, en esta primera parte, con el asalto a mano armada del Balneario de Sacedón. Vienen después los robos en comercios de Madrid, el de la Posada del Rincón, del espartero de la calle de Segovia, pueden ser ejemplo de éstos.
Mientras tanto los frecuentes y fructíferos golpes han producido al bandido ganancias crecidas, se trata, pues, de cubrirse ante la acción de la justicia, que, con los frecuentes desmanes de la banda, comienza a tomar ésta en consideración. Para esto se fabrica una nueva personalidad y con el nombre de Luis Álvarez de los Cobos, y haciéndose pasar por un acaudalado caballero llegado del Perú, de donde todas las fortunas son posibles, vive en una casa de la calle de Tudescos, cuya salida posterior facilita sus planes. Desde esta posición se oculta a la justicia y se pone en lugar que le permite planear más fructíferos golpes, siempre ayudado por su banda.
Esta situación confusa y alguna escapada de la cárcel, más debida a un generoso reparto de onzas de oro que a otra razón, le han dado fama de inaprehensible. Un golpe audaz va a coronar esta fama: el asalto a la casa de la modista de la reina, Vicenta Mormín, en la calle de Preciados, que realiza el domingo de Carnaval 13 de febrero de 1837. Amordazando y maniatando a cuantos encuentra en el domicilio, alcanza buen botín. El golpe es sonado y la policía la sigue, pero refugiado en la personalidad peruana puede burlarla.
El amor a una burguesita remilgada que rapta y con la que huye, pero que quiere volver a la casa paterna, le hace caer en manos de los guardias, cuando regresa para entregarla. Ya no le valdrán sus artes de fuga: el 6 de noviembre de 1837 es ajusticiado en las afueras de la Puerta de Toledo.
Si algo hace simpático a este maleante habitual es su aspecto a la vida humana, contra la que nunca atentó. Sus asaltos y robos, planeados con indudable ingenio y siempre con audacia, le dieron el favor popular y la admiración de las gentes.

Fuente: Cien madrileños ilustres. Espasa Calpe

jueves, 3 de junio de 2010

Trivial Madrid 14




SOLUCINADO







J.J. Guerra Esetena = 27
Samantha = 22
Antonioiraizoz = 8
Luisso = 5
Mercedes = 3

viernes, 28 de mayo de 2010

Rosaleda del parque del Oeste II: Las rosas



La Rosaleda del parque del Oeste alberga desde el 26 de mayo de 1956, el concurso internacional de las rosas nuevas. Después del artículo sobre los jardines de la Rosaleda, veamos ahora su protagonista: la rosa

Podemos ver rosas francesas, danesas, belgas, americanas, alemanas, españolas, todo un sin fin de rosales de todos los países, que no nos dejará indiferentes. Sus colores, una amplia gama de maravillosos tonos y sus fragancias, desde la que no tiene olor a la más perfumada. Veamos pues estas rosas, que desde la más delicada a la más fuerte, se abre ante nuestros ojos en estos jardines.



Fotografías tomadas en la Rosaleda de Madrid en Mayo del 2010























































































































































































































































































1ª parte del artículo aquí: Rosaleda del parque del Oeste I: Los jardines