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lunes, 14 de noviembre de 2016

Fuente de los Galápagos



La fuente de los Galápagos, se le ha se la ha conocido con dos nombres más: La de Isabel II y la de la Red de San Luis, se encuentra en el parque del Retiro y se construyó para conmemorar el primer aniversario del nacimiento de Isabel II. Fue un proyecto del arquitecto de la Villa, don Francisco Javier Mariátegui, mientras que los adornos y esculturas son del escultor José Tomás. Se realizó en bronce y piedra de Colmenar en 1831.



Esta fuente primero estuvo en la Red de San Luis, hasta que se trasladó al Retiro a finales del siglo XIX. Esta fuente no solo era ornamental, ya que servía como abastecimiento de los aguadores. En 1858 fue trasladada a la Plaza de Santa Ana, hasta su traslado final al Retiro en 1879, donde se colocó un pequeño parterre y un seto de boj rodeándola, dejando de ser accesible.

foto de URBANITY: Fuente de los Galápagos en Red de San Luis


En su emplazamiento actual, el parque del Retiro


Tres gradas se levantan sobre un zócalo, formando una cascada con ovas y en el centro una columna en forma de palmera con hojas acuáticas y sobre ella un tazón, de cuyo centro sobresale una caracola marina.







Adornan la fuente cuatro niños sobre delfines, dos de los cuales enroscan la cola en el pie de la taza, otros cubren con la suya a los genios y todos arrojan agua que corre por las gradas, que caen en unas conchas y después a la taza inferior, vertiendo agua potable las dos ranas y dos galápagos, que tienen la particularidad de haber sido las dos primeras piezas de bronce fundidas en Madrid.






miércoles, 22 de abril de 2015

Fuente de las Conchas



La Fuente de las Conchas, se encuentra en los jardines del Campo del Moro. Fue un proyecto de Ventura Rodríguez y los escultores que la esculpieron fueron Francisco Gutiérrez Arribas y Manuel Álvarez "el Griego".
La Fuente estuvo emplazada en el Palacio del Infante don Luis en Boadilla del Monte, y allí estuvo hasta que en el siglo XIX, los Duques de San Fernando de Quiroga, descendientes del Infante, decidieron donarla a la Corona. En 1844, la Fuente se instaló en los jardines del Campo del Moro de Madrid, en el proyecto de ordenación que tuvieron los jardines por el arquitecto Narciso Pascual y Colomer.








La Fuente está construida en mármol blanco de Macael, y consta de cuatro cuerpos escultóricos. El primero, en la parte inferior de la fuente, es un pilón donde están las esculturas de tres tritones niños, que sujetan cada uno una concha de la que están bebiendo.






En la parte central y segundo cuerpo, se encuentran unos tritones ancianos con el final de sus colas con cara de delfín, y sobre una base circular que adornan unas conchas gigantes y tortugas.




En la parte superior del conjunto, sujetada por los tritones ancianos, una taza donde se encuentran unas ninfas, que sujetan la última taza, más pequeña, que contiene la escultura de un niño abrazado a un delfín que hace de surtidor.











martes, 14 de abril de 2015

Monumento a Quevedo



El monumento a Francisco de Quevedo, fue erigido a petición del alcalde Alberto Aguilera, por el escultor Agustín Querol e inaugurado, aún sin terminar, el 5 de enero de 1902, en la plaza de Santa Bárbara, actual Alonso Martínez y con la presencia del rey, de Alberto Aguilera y las principales autoridades y personajes de Madrid.

La glorieta de Quevedo ha sido una de tantas plazas madrileñas por las que fueron desfilando larga serie de monumentos, un tanto errabundos, que han tardado años en hallar su ubicación definitiva.
Así, en 1902, el mismo año que se inaugura el monumento en la plaza de Santa Bárbara, se inaugura e instala en esta glorieta de Quevedo, la estatua de Lope de Vega (de la que hablaremos muy pronto en otro artículo), y años después, fue sustituida por los Héroes del Dos de mayo, de Aniceto Marinas. Más tarde, se instaló en este lugar, el monumento que nos ocupa y en el que sigue actualmente.




El monumento consta de dos partes: estatua y pedestal, la primera en mármol blanco y el segundo en piedra caliza, también blanca.
La estatua representa a Francisco de Quevedo en pie, gallarda y airosa figura, que porta las hojas de un libro en la mano izquierda y apoya la derecha en el puño de la espada, predominando en ella la versión romántica de espadachín y caballeroso aventurero, tan propio de principios de siglo.





El pedestal, aún más subjetivo y romántico, plasma, en libre composición y vagas formas que parecen perderse, desdibujadas, en el fondo del bloque, figuras alegóricas a los temas tratados por el escritor. Así, en el frente, tenemos a la Sátira enlazada con la Poesía; y en la cara posterior a la Historia y a la Prosa. Por último, en la parta baja del pedestal, vemos nueva serie de relieves alusivos a sus obras, acompañados por la inscripción de sus correspondientes títulos: Poderoso caballero, Don Dinero; Vida de Santo Toás de Villanueva; Historia de Marco Bruto, y Vida del gran tacaño.





Fuente: Fernando de Olaguer-Feliu y Alonso


miércoles, 23 de mayo de 2012

Dolmen de Dalí



El Dolmen de Dalí es un conjunto monumental que se encuentra al final de la Avenida de Felipe II, en la única plaza diseñada por Salvador Dalí. El proyecto nació entre Salvador Dalí y Enrique Tierno Galván, alcalde de Madrid en aquella época, ofreciéndole una plaza en la capital del reino, que valiera también en honor a su mujer. Esta impresionante obra de ingeniería y ciencia fue inaugurada el día 17 de julio de 1986,a las 13 horas y 13 minutos. El entonces Alcalde, Juan Barranco, leyó un telegrama del maestro, en el que Dalí compartió su emoción por esta obra con la memoria de Tierno Galván. El conjunto consta de 3 pilares que son diferentes, que sujetan una gran piedra. Delante una escultura de figura humana sobre un pedestal cúbico con una letra en cala lado formando la palabra GALA y un dibujo en el enlosado donde existían catorce rayos negros saliendo del dolmen y círculos de granito expandiéndose por toda la avenida, formando todo el conjunto un todo armónico y significativo. En el año 2002 el Ayuntamiento acordó un nuevo proyecto de remodelación de la zona que ponía fin a esta obra única en el mundo y que supondría la destrucción del monumento. Gracias a los vecinos del barrio, críticos de arte, conocedores de la obra de Dalí, personalidades del mundo de la cultura y apoyados por diversas instituciones, se constituyó la Plataforma Dolmen de Dalí, que más tarde pasarían a denominarse Grupo Dalí, y que consiguieron parar el proyecto después de muchos meses de lucha. No se pudo salvar sin embargo el maravilloso pavimento en forma radial original que diseñó el artista, pero se pudo conservar el dolme y la escultura, juntas en el mismo sitio.





El Dolmen de Dalí representa a una persona en evolución, dentro del cosmos. No a una persona cualquiera, sino a alguien que ya ha conseguido un alto grado de desarrollo.
Esa es la razón de que, a la estatua, se la denomine Homenaje a Newton. Newton aquí es el ejemplo, el modelo, el símbolo, de una persona de conocimiento reconocida por todos. Podría quizás haber sido Einstein, o Buda, o Ghandi ... Newton no es una mala elección, pues cumple algunos requisitos indispensables: genéricamente aceptado como una genio de la humanidad, buscador y conseguidor de conocimiento, y miembro de una gran cadena de personas que le han precedido y le han seguido en su esfuerzo. Esta cadena evolutiva se muestra en la existencia de un dedo de otra persona que ha pasado antes por allí y es superada.

Posee además otras virtudes estéticas y temáticas, como es que su trabajo está lleno de imágenes relativamente sencillas de representar, a su vez muy universales, y que son captadas con facilidad: la manzana, la gravitación, la luz ...

El grado de desarrollo alcanzado está caracterizado por los vacíos de su cuerpo y por la realización de sus obras. Está eviscerado, libre de las tensiones, instintos y tendencias animales, que han conseguido controlar, sublimar, para que no le haga efecto. Sus logros se evidencias en las esferas interna y externa. La esfera es símbolo inequívoco de perfección.
Los elementos que definen el alto desarrollo personal son, entre otros: ha conseguido hacer la esfera interior y exteriormente (coherencia y arte en alto grado); ha superado la animalidad (está eviscerado, sin vísceras, no está anclado en la visceralidad, sino en la mentalidad); su intención y su mira está en los más altos ideales (la cabeza es un huevo, uno de los más antiguos, hermosos y verdaderos símbolos de la divinidad). Sin embargo, aun vive en la tierra y es imperfecto, como se muestra por su cojera (pie derecho roto) y porque continúa caminando. Y no es el único que camina, un dedo gordo de otra persona dice claramente que otros han pasado por allí antes. Y otros vendrán después.






LA COSMOGONÍA DE DALÍ

Una persona de su talla y condición no podría limitarse a un reflejo emocional, personal, pegado a esta vida, que dejase un regusto sentimental. Eso, por supuesto, debía estar ahí, como si dijéramos el Dalí humano. No hay por qué negarlo ni obviarlo, pero de Salvador Dalí se espera mucho más, y nunca defrauda.
Era necesario dejar constancia de su visión del mundo, del cosmos, del universo, de la vida. Una tarea ardua, impensable para la mayoría; un deber para los genios, ésos que, como decía Eliphas Leví, “difieren de los simples videntes por la facultad que poseen de hacer sentir a los demás hombres lo que ellos ven y hacerse creer por entusiasmo y por simpatía”.

Su cosmogonía está animada por los principios emanativo y evolutivo, tanto en lo físico como en lo mental, emocional y espiritual. El caos primordial, etéreo, representado por la piedra superior del dolmen, baja por los pilares de la manifestación hasta la realidad sustancial del suelo. Desde ahí se expande por el universo físico, en un big bang cósmico –los rayos y círculos-. De esa materia prima se concretan, primero los minerales –el cubo-, y pasando por el reino animal –esa pierna/aleta/anca-, se llega a la humanidad.
Por fin, la persona sigue caminando, evolucionando, a pesar de sus limitaciones –el pie partido-. Su trabajo tiene recompensa –las esferas-, y consigue un estado de consciencia de unión con la divinidad, representada por la cabeza en forma de Huevo, símbolo universal del Absoluto Creativo.








SURREALISMO, SEXO Y MUERTE

La proyección psicoanalítica y la realidad subjetiva que se muestra, son dos características del arte investigador surrealista. Aun quedan otras facetas que remarcan esta condición, relativas a la sexualidad y a la muerte.
Son particularmente las sombras del dolmen a la luz de la mañana las que más destacan el aspecto freudiano. Respecto a la figura humana como ego, el dolmen es el superego, el ego de valores. Representa por tanto la figura del padre. El perfil del dolmen es claramente fálico, pero se hace más evidente observando la sombra que proyecta sobre la estatua, un gran pene que cubre y camufla el negro de la estatua y su pedestal.

A nivel estructural, considerando la planta del monumento, el arco formado por la C/ Antonia Mercé hace las veces de sexo femenino, una vulva que se prolonga en la vagina que es la Avda. de Felipe II, con las que la sombra del dolmen-falo se une a diario, en un acto continuo de amor, del que nace la figura humana resplandeciente al anochecer.
La presencia de la muerte es asimismo relevante. El dolmen es una estructura paleolítica de enterramiento, y su importancia es tal que, para que no haya ninguna duda, Dalí lo eligió como nombre de toda la obra. Es lo que define la posición y la orientación de todo el resto de elementos, por lo tanto puede entenderse que quiso construir una estructura funeraria, su propio mausoleo.
Nada más acorde que situar en ella la tumba de Gala, y disponerse él mismo a morir, avanzando confiado hacia la puesta del sol.
El número 13, el del Arcano de la Muerte del Tarot, es también un tema repetitivo en esta obra: Altura del dolmen 13 m. 13 cm., peso 230,13 Tm ... Pero el 13 no es muerte, sino el cambio de conciencia, el renacimiento continuo que permite evolucionar a través de las formas, la regeneración. Esto se remarca por los símbolos de movimiento: la estatua andante, los círculos y rayos en expansión hacia adelante, el ciclo solar que vuelve a diario y año a año.






TIEMPO Y LUZ; ESPACIO Y SÍMBOLOS

El tiempo fue una de las grandes obsesiones o pasiones del artista, uno de los misterios que buscó comprender. El tiempo está íntimamente ligado al movimiento
Para percibir el tiempo, hemos de notar el movimiento en el espacio. Para notar el movimiento, requerimos la luz, y ciertos puntos de referencia.
En esta obra, el movimiento es una constante. Todo es cambio, parece decirnos, en consonancia con lo expuesto anteriormente de su visión evolutiva, que igualmente precisa transformaciones a lo largo del tiempo.
Las esferas están sostenidas por hilos que deben ser imperceptibles, lo cual significa que están cayendo. La figura humana está caminando. Los círculos y los rayos se expanden. Las circunferencias completas se mueven por una órbita. El pilar trasero del dolmen se inclina hacia delante; el perfil de la piedra superior se afila hacia occidente.
Y el Sol. ¿Qué sería de esta maravilla sin el Sol? Apenas nada. Métanla entre cuatro paredes, y desaparecerá gran parte de su encanto y su misterio.
En efecto, es un gran reloj de sol, de connotaciones astronómicas. En el suelo, los rayos oblicuos más occidentales son los que corresponden a las sombras matutinas del dolmen en el solsticio de verano y en el solsticio de invierno.
Son dignas de observar las sombras conjuntadas estatua-dolmen, hacia occidente y hacia oriente.


TODO SE INICIA EN UN PUNTO

No debemos dejarnos llevar por las apariencias.

El elemento fundamental de la Plaza no es la estatua, ni siquiera el dolmen. La clave del conjunto es el punto emanativo del que surgen todas las cosas, y de qué forma surgen. Desde el centro situado en la intersección de C/ Antonia Mercé con Av. Felipe II, se expanden rayos y círculos, onda y corpúsculo, la doble naturaleza de la luz.

El cosmos en expansión desde un Big-Bang.
Sobre ese baricentro -centro de gravedad- se erige el dolmen, que explica y desarrolla ese punto origen: La Unidad y sus Tres aspectos. Los hace evidentes, comprensibles.
Es sobre el tercer círculo que se erige la estatua, recordando la posición del planeta Tierra. Ahí se levanta la Humanidad, desde el cubo mineral al huevo místico, pasando por los distintos estadios evolutivos. Y avanzando, en una cadena infinita de pasos que se suceden.
Pero la expansión del foco no es simétrica. También tiene movimiento, refuerza en sí mismo el avance Este-Oeste. Las asimetrías, las tangentes, los rayos duplicados, así lo indican. La tesis es sencilla y verdadera: el Sol también evoluciona.
El suelo de la Plaza y sus alrededores están llenos de detalles que han de ser estudiados, porque las dimensiones, los ángulos, las medidas, tienen una importancia inaudita.
No en vano son obra de Salvador Dalí. Así lo atestigua la inscripción, precisamente en la losa central: "Plaza de Salvador Dalí 1986", firmada por su autor.






Fuente: Plaza de Dalí
Fotos: Bélok

viernes, 24 de febrero de 2012

Fuente de la Alcochofa



La Fuente de la Alcachofa se encuentra en el Parque del Retiro de Madrid, en la Plaza de la República de Honduras, junto al estanque grande.
Fue un proyecto de Ventura Rodríguez en 1776 y lo realizaron Alfonso Giraldo Bergáz, Antonio Primo y José Rodríguez, entre 1781 y 1782. El proyecto formaba parte de la reestructuración del Salón del Prado, en la que Ventura Rodríguez diseñó varias Fuentes monumentales para la ciudad de Madrid. En un principio estuvo ubicada en la Glorieta de Atocha, en la esquina con el final del Real Jardín Botánico y la Cuesta de Moyano, hasta que en 1880 fue trasladada a los jardines del Retiro.

La fuente que tiene un pilón central del que sobresale una columna sobre pedestal, consta de dos cuerpos, el primero, el construido por Bergáz, trata de un tritón y una sirena sujetando un escudo de armas de Madrid y en la parte de atrás un relieve representando el Otoño.




En el segundo cuerpo, realizado por Primo, sobre una taza, varios amorcillos, niños o angelitos (como os guste más), que sujetan otra taza más pequeña a modo de parapeto relleno de hojas, del que emerge una alcachofa. Todo está construido con piedra caliza, menos la alcachofa que corona el monumento y que le da nombre, que es de granito.




Comentar que en la reforma urbanística que se hizo en la Glorieta de Carlos V, conocida popularmente como la Glorieta de Atocha, se colocó una réplica de la fuente realizada en bronce.

jueves, 9 de febrero de 2012

Fuente de La Cruz Verde



Estamos ante la Fuente de Diana Cazadora, conocida popularmente como la Fuente de la Cruz Verde, por estar en esta plaza. Nombre que le viene por haber existido en ella una gran cruz de madera pintada de verde.
Porque una cruz verde?, pues porque era lo que se ponía en el lugar donde se llevaban a cabo las ejecuciones de la Inquisición. Se construyó esta fuente en 1850 estando como corregidor alcalde de Madrid, el marqués de Santa Cruz, como reza en la piedra. El grupo escultórico de la fuente era el que estaba en la desaparecida "Puerta Cerrada", realizado en el siglo XVIII por Ludovico Turqui y Francisco del Valle.




Está alojada en el muro que separa el alto desnivel entre la calle de Segovia y la calle Mayor, y era la fachada del antiguo huerto del convento del Santísimo Sacramento, del que hablamos en otro artículo dentro de este blog. Podemos ver que la fuente no es igual que las que se solían construir en la época y parece más la típica fuente de caños para abastecer de agua potable a la barriada. Junto a la escultura de Diana en blanco mármol, junto a dos delfines mitológicos, podemos contemplar un escudo de Madrid con el Oso y el Madroño y una placa donde reza el nombre del marqués de Santa Cruz y el año de construcción. La fuente se remata con siete caños de agua.






Una visita a esta plaza de Madrid es esencial para cualquiera que quiera recorrer otros tiempos de la ciudad. Justo enfrente de la fuente se encuentra la iglesia de San Pedro (de la que hablamos también en otro artículo) y la plaza de la Paja. El único inconveniente es pensar en toda esa gente que moriría en ese lugar por algo tan dramático que existió en este país, como fue la Santa Inquisición.

lunes, 23 de enero de 2012

Fuente de Neptuno



La Fuente de Neptuno se encuentra en la Plaza de Cánovas del Castillo, entre el Hotel Palace y el Hotel Ritz, cerca del Palacio de Villahermosa (Museo Thyssen), del Monumento a los héroes del dos de Mayo, la Bolsa de Madrid y a muy poquitos pasos del Museo del Prado, de la iglesia de los Jerónimos y del Palacio de las Cortes.




Carlos III fue el que dotó a Madrid del Salón del Prado, un gran paseo donde se juntaba la cultura y el esparcimiento de los madrileños, con museos, fuentes, árboles y monumentos. Para este paseo se proyectaron tres Fuentes que trazó Ventura Rodríguez: La Cibeles, Apolo y Neptuno.




La Fuente de Neptuno en su ubicación original estuvo en el Paseo de Trajineros, que era la calle que unía Cibeles con la Plaza de la Lealtad, mirando de frente a la Cibeles, pero en 1898 se instaló en su ubicación actual. Se comenzó a construir en 1777 con mármol blanco de Montesclaros (Toledo), aunque sinceramente... yo no la veo muy blanca ultimamente, alguien debe haber cogido una brocha para darle una manita de pintura y se ha quedado tan fresco. Fue Juan Pascual de Mena el que empezó con las esculturas, pero murió en plena construcción del pilón. Las figuras de Neptuno y los caballos, se cree que los esculpió José Arias.






Al igual que la Cibeles, la de Neptuno también consiste en un carro, que en esta ocasión en vez de leones, son caballos marinos, con medio cuerpo de pez. El carro, es una concha gigante sobre la que está la figura del dios de las aguas, apoyando uno de sus pies en una caracola. En la parte trasera una pequeña pila también en forma de concha, recoge el agua que expulsa una especie de delfín o bicho marino, con cara de pocos amigos, que está apoyado en la pierna del Poseidón. Más cerca del agua, focas y delfines, estos últimos se encargan de expulsar un ridículo chorrito de agua por la boca. Tres surtidores expulsan grandes chorros de agua, dos verticales saliendo del pilón que expulsan a varios metros de altura y uno en forma de arco que sale de la concha. Neptuno porta una serpiente marina en la mano derecha y un tridente en la izquierda.

Dicen que es la más bella de todas las fuentes del Paseo, pero yo me sigo quedando con la diosa. Veo a Neptuno como... no sé... muy bajito?

lunes, 19 de diciembre de 2011

Monumento a la Reina Maria Cristina de Borbón



El monumento a la reina María Cristina de Borbón, cuarta esposa de Fernando VII y gobernadora durante la minoría de edad de Isabel II, se encuentra delante de la fachada principal del Casón del Buen Retiro. La idea surgió por una proposición de ley del senador José Polo de Bernabé y por los senadores y diputados: marqués de Novaliches, Lorenzo Álvarez Capra, Andrés Mellado y el conde de Xiquena. Esta comisión que se encargó del proyecto fue creada por la Reina Regente María Cristina de Habsburgo y se sacó a concurso público con tres requisitos: Que fuera de bronce, que no sobrepasara las 150.000 pesetas y que la estatua figurase de pie, ya que se pretendía que representara la idea política de promulgación de la Constitución y apertura de las Cortes durante su regencia.

En diciembre de 1887 se exponen cuatro monumentos al visto bueno de la Real Academia de San Fernando, encargada de seleccionar los candidatos, quedando desierto por no llegar a un acuerdo entre los académicos.

Otra vez en diciembre, pero esta vez de 1889, la Real Academia convoca de nuevo el concurso, al que se presentan otros cuatro candidatos, siendo el ganador, el proyecto presentado por el arquitecto Miguel Aguado y del escultor Mariano Benlliure.





Tras una difícil elección del lugar donde se ubicaría el monumento, y digo difícil, porque nadie se ponía de acuerdo en el lugar de emplazamiento. Unos querían en Atocha, otros en la glorieta de Bilbao, otros en la plaza de Isabel II, pero al final, y tras consultar con los autores del proyecto, se decidió por unanimidad, instalarlo en el cruce entre las calles Felipe IV y Moreto, justo delante del Casón del Buen Retiro, zona que tanto significó en el reinado de la reina María Cristina.

La escultura de la reina, la realiza Mariano Benlliure en Roma, conteniendo el Estatuto Real en una mano, mientras que con la otra se sujeta la capa del vestido con una notoria femineidad. El complicado atuendo de la reina que el escultor quiso remarcar en especial, hizo que propusiera hacer la escultura en piedra, por ser un material más adecuado para atenuar los pliegues del vestido, bordados y joyas, incluso llegó a proponer que él mismo pagaría los gastos que suponía cambiar de material, pero la comisión denegó la petición por encontrarse en la convocatoria de ley del concurso, que el material sería en bronce. La escultura nos traslada a la época romántica, dejando ver su juventud y belleza.




El monumento consta de un pedestal con dos cuerpos, siendo el inferior octogonal y el superior cilíndrico, siendo todo él muy ornamentado. En el frente se sitúa la estatua femenina de la alegoría de la historia, realizada en piedra, que soporta un libro en cuya portada lleva inscrita la palabra "Historia". Los distintos frentes del pedestal llevan varias inscripciones que representan hechos de la regencia.






En el segundo cuerpo se encuentra una cartela con la siguiente inscripción: "A MARÍA CRISTINA DE BORBON/ ESPAÑA RECONOCIDA".







Sobre ella se encuentra en piedra el escudo real, con dos bajorrelieves con escenas que aluden a su reinado. Rodea el cuerpo cilíndrico un friso de guirnaldas que alterna cabezas de leones con flores y frutas.





El monumento está rodeado por una verja de hierro forjado con planta octogonal, de la que una de las llaves le fue entregada al alcalde de Madrid, por el Presidente de la Comisión Manuel Pavía, marqués de Novaliches.

El monumento se inauguró en 1893 con toda solemnidad, asistiendo el rey Alfonso XIII y su madre la Reina Regente María Cristina de Habsburgo, junto a las autoridades del reino, en el que se rindieron honores militares a la soberana.