domingo, 3 de octubre de 2010

Palacio de los Bauer



El Palacio fue construido en el siglo XVIII para los marqueses de Guadalcázar sobre un solar que perteneció al antiguo Noviciado de la Compañía de Jesús y en el siglo XIX fue adquirido por una familia de banqueros hebreos, Los Bauer.

El Palacio de los Bauer fue el centro de la vida musical en Madrid en donde se dieron grandes fiestas aristocráticas, con un amplio jardín y un extraordinario salón de música, que fue el centro de la casa y de la ciudad entera, musicalmente hablando y sin olvidarnos del Palacio de Parcent que se encontraba en la misma calle y que compartieron experiencia musical. En el Palacio había dos tipos de reuniones: las grandes fiestas con baile de gala y otras más íntimas, que eran las que preferían los artistas. Los Bauer protegían a los artistas a la vez que los tenían cerca para su diversión y los artistas seguían ese interés con el suyo propio al poder ejercer como tal. Aquí debieron de empezar a cocerse los paparazzis, porque a altas horas de la noche, la gente se agolpaba cerca del palacio para poder ver quien salía de los bailes y los conciertos. Después los Bauer que era una familia de banqueros hebreos y tras un escabroso tema financiero, tuvieron que abandonar el país y vendieron el palacio, que cayó en el olvido sumiendo en una profunda tristeza a todos los artistas.
Pero musicalmente hablando, estaría por llegar la época dorada de este edificio, cuando el palacio se convierte en el centro más vivo de la música madrileña.


Foto de Urbanity, fijaos que no está la ventana ovalada encimma de la puerta




En 1940 se hace cargo del palacio el Estado y el palacio Bauer se convierte en Conservatorio gracias al padre Otaño, una personalidad de la música española y de una forma un poco tramposa, logró conseguir el antiguo palacio para sede del Conservatorio de Música y Declamación. Tras reformar el edificio y su jardín, y transformar el salón de baile en auditorio, el conservatorio estaba a pleno funcionamiento gracias al recién nombrado presidente de la Orquesta Filarmónica, académico de Bellas Artes de San Fernando, miembro del Consejo Nacional de la Música y director de la revista Ritmo, padre Otaño. El ambiente en la zona era insuperable. Enfrente estaba la Universidad Central y la animación de los estudiantes de las facultades y los del Conservatorio, hicieron de la calle San Bernardo un ir y venir de jóvenes que daban vida a este trozo de la ciudad que se había convertido en el centro musical y de enseñanza.









El Conservatorio se traslado más tarde al Teatro Real y otra vez quedó abandonado, pero la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando declararon el edificio monumento nacional, entregándose el edificio para la Escuela Superior de Canto. En 1971 se creó el Coro de la Escuela Superior de Canto, que hoy en día es el Coro Nacional.




Este magnífico palacio decimonómico del Madrid del siglo XVIII sigue estando en pié y bien cuidado, es todo un placer ver sus ventanas enrejadas y pensar en los grandes conciertos que el Cuarteto Vegh, interpretando los cuartetos íntegros de Bela Bartok, iniciaron los llamados Conciertos del Conservatorio, en donde se agrupó lo más sensible de la afición madrileña y que luego le siguieron otros, siendo como hemos dicho, el centro de la vida musical en Madrid. Aquellos días en que los jóvenes universitarios cruzaban la calle para poder conquistar a las jóvenes estudiantes del Conservatorio. Qué tiempos...


1 comentarios:

Carlos Osorio. dijo...

Métete un día a ver el salón de actos, antiguamente salón de baile, vas a flipar.

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